Los consumidores deben tenerlo claro a la hora de comprar lámparas. Según la directiva de la UE ErP (Energy Related Product), los fabricantes y vendedores son responsables de asegurar que las lámparas que venden son las apropiadas. Para ello la directiva establece qué información debe aparecer en el embalaje (caja o blister) y que ésta sea más uniforme en toda Europa con el fin de proteger al consumidor.
Los cambios producen resistencia y Sylvania pretende hacerles la vida más cómoda a los usuarios que ya deben adaptarse a las nuevas nomenclaturas y a unos lineales repletos de nuevas lámparas. Por ello, en línea con su filosofía de calidad e innovación la compañía ha renovado el embalaje de toda su gama de lámparas, de manera que éste ayude a los consumidores a saber elegir la que más convenga a sus necesidades. El diseño del nuevo embalaje, además de presentar una información clara sobre tono de luz, vida útil y lúmenes, incluye un color codificado que diferencia a cada tipo de tecnología, utilizando el azul para halógenas, el verde para CFL y LFL, el violeta para LED, el verde para HID y el naranja para lámparas incandescentes.
«Hemos trabajado duro para desarrollar un nuevo diseño de embalaje que ayudará a nuestros responsables de almacenes y clientes a identificar el producto que más se ajuste a sus necesidades”, comenta Eduardo Fuentes, Country Manager de Havells-Sylvania Spain. “Previamente hemos llevado a cabo una investigación de mercado para conocer los hábitos de compra de los clientes, llegando a la conclusión de que las características en las que más se fijan los consumidores a la hora de comprar una lámpara son vida útil, ahorro de energía, brillo y color. Con este nuevo diseño, nos hemos asegurado de poner en relieve todos estos conceptos”.
Este cambio de diseño responde a la nueva normativa por la cual se actualiza el Sistema de Etiquetado de Energía y se aplica la nueva legislación que rige las lámparas direccionales. Además, la legislación actual también especifica la información técnica que debe incluir el embalaje, como el flujo luminoso útil en un cono de 90º para cualquier lámpara direccional, el sistema de etiquetado de energía actualizado y el número de lúmenes con su correspondiente equivalencia en vatios.