El Ayuntamiento de Santander ha iniciado los trabajos para la renovación de la iluminación interior del Mercado de la Esperanza, con una inversión de 111.000 euros, que permitirá dotar al edificio de una iluminación moderna y eficiente y que, además de servir para embellecer el propio mercado, contribuirá al ahorro energético, al sustituir las actuales lámparas de mercurio por otras de tecnología LED.
El proyecto de renovación de la iluminación interior, que ejecutará la empresa Proyelec en un plazo de 3 meses, conllevará la fabricación y montaje de 2 nuevos cuadros de protección y maniobra de las instalaciones, el tendido de una nueva red de canalizaciones, con una longitud total estimada de 397 metros, y de una nueva red de distribución de energía al sistema de iluminación, con 4.400 metros lineales de conductores.
Se instarán 28 luminarias de tipo led en la planta baja y 60 en la primera planta, mientras que el sistema de alumbrado de señalización y emergencia estará compuesto por 43 puntos de luz
Asimismo, se contempla la mejora de los cuadros de mando y su adaptación a las normativas actuales, así como la renovación del cableado y la instalación de iluminación de emergencia.
Con estos trabajos se continúa el proceso de mejora permanente que se está desarrollando en el mercado con el objetivo de potenciar este espacio, poner en valor el mercado tradicional y dinamizar su actividad, ha apuntado la alcaldesa.
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha destacado la importancia del Mercado de la Esperanza desde el punto de vista histórico, turístico y del patrimonio, así como su apuesta por el producto de Cantabria, lo que conlleva movilizar a numerosos proveedores de la comunidad autónoma, y la atención personal y profesional que ofrece a sus clientes.
Un mercado más que centenario
El Mercado de la Esperanza, que abrió sus puertas el 10 de abril de 1904, es una de las escasas muestras de arquitectura en hierro decimonónica que se conservan en España. Fue obra de Eduardo Reynals y Juan Moya, reconocidos con la Medalla de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Destinado fundamentalmente a alimentación, es el mayor mercado de este tipo en Cantabria. La planta baja se dedica en su totalidad a la venta de pescado y marisco, mientras que en la planta alta se distribuyen puestos de productos cárnicos, lácteos, frutas y verduras.