Investigadores de la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EEUU) han desarrollado un nuevo método para aumentar el brillo, la eficacia y la claridad de los LED, que son ampliamente utilizados en los teléfonos inteligentes y dispositivos electrónicos portátiles, y cada vez más comunes en iluminación.
Usando una nueva estructura a nanoescala, los investigadores, dirigidos por el profesor de ingeniería eléctrica Stephen Chou, aumentaron el brillo y la eficiencia de los LED hechos de materiales orgánicos (láminas flexibles basadas en carbono) en un 57 por ciento. Los investigadores también prevén que su método debería producir mejoras similares en LED basados en materiales inorgánicos (basados en silicio), utilizados más comúnmente hoy en día.
Esta investigación ya se inicio en 2002 cuando Stephen Chou de la Universidad de Princeton consiguió desarrollar una nanoestructura que, al ser incorporada en células solares, implicaba una mejora del 175% de la eficiencia de éstas gracias a que aumenta la cantidad de luz absorbida al 96% del total que impacta.
Basándose en este hallazgo Chou junto a otros investigadores fueron más allá en este concepto y pensaron que si era capaz de absorber luz, podría quizás ser también capaz de irradiar luz. Aplicando la nanotecnología para implementar una nanoestructura a los diodos emisores que forman las pantallas LED, los investigadores consiguieron mejorar en un 400% la claridad de la luz que emiten estos diodos respecto a las actuales pantallas.
Para Chou quien lleva trabajando en este campo más de 30 años «La nueva nanotecnología puede cambiar las reglas de las formas en que manipulamos la luz» y añade «Podemos usarla para conseguir que los dispositivos tengan un rendimiento sin precedentes.»
La premisa sobre la que parte este hallazgo es sin embargo bastante sencilla, y una realidad que supone un gran reto para la iluminación LED: en un LED normal una gran porción de la luz queda atrapada, y sólo un porcentaje ínfimo llega a salir en realidad. La nanoestructura de Chou soluciona este problema dejando salir muchísima más luz. Y otra ventaja importantísima es que los LED orgánicos con esta nanoestructura se pueden imprimir muy fácilmente gracias a un proceso muy barato que el propio Chou inventó en 1995, lo que convertiría a esta nueva tecnologia en mucho más barata respecto a la actual.