Controlar más eficazmente la calidad del aire y de la luz en ambientes interiores puede beneficiar a sus usuarios no solo respecto al consumo energético, sino también a su salud. GRINDOOR es un proyecto programado para tres años, hasta junio de 2016 y financiado por la Unión Europea que hace frente a estos dos aspectos mediante la aplicación de los nanomateriales. La luz y el aire son dos elementos sobre los que se incide para conseguir beneficios potencialmente “medicianales”.
GRINDOOR, Green Nanotechnology for the Indoor Environment, se dedica al refinado de materiales y al desarrollo de dispositivos para lograr ambientes interiores más saludables. Para esto es fundamental aprovechar ciertos nanomateriales nuevos basados en algunos óxidos de metales de transición, especialmente los óxidos de níquel, tungsteno y titanio. El objetivo de GRINDOOR es fabricar una variedad de productos para mejorar el control de los ambientes interiores depositando estos nanomateriales sobre capas delgadas. Presta especial atención a dos aspectos de los ambientes interiores: la luz y el aire. En lo que respecta a la luz, se aplica nanomaterial en recubrimientos electrocrómicos sobre ventanas ‘inteligentes’ con el objetivo de regular la entrada de luz visible y energía solar. También es posible aplicar en las ventanas solamente recubrimientos termocrómicos o bien estos junto con recubrimientos electrocrómicos, para lograr un amplio control -dependiente de la temperatura- de la entrada de radiación solar infrarroja. Las propiedades de los recubrimientos electrocrómicos y termocrómicos se controlan automáticamente, para compensar los cambios en las condiciones externas y en los requisitos de los usuarios. En lo que respecta al control de la calidad del aire, se trabaja en el desarrollo de sensores de gas a base de óxidos, especialmente respecto del formaldehído, y se aplican recubrimientos fotocatalíticos para depurar el aire aprovechando la energía solar
Los resultados técnicos del proyecto se han centrado en el desarrollo de las formas más eficaces de depositar los recubrimientos para optimizar su rendimiento. Se perfeccionó la orientación de los nanocristales, con buenos resultados en las propiedades electrocrómicas. Además, el proyecto ha revelado una nueva técnica para rehabilitar películas degradadas de óxido de tungsteno aplicando una pequeña corriente a las mismas. Hasta ahora se pensaba que el proceso de degradación era irreversible, y la técnica descubierta puede aprovecharse en una gran variedad de aplicaciones. Esto ha sido difundido en un artículo en Nature Materials.
El coordinador de GRINDOOR, Claes-Göran Granqvist, catedrático de Física del Estado Sólido en el Departamento de Ciencias de Ingeniería, Física del Estado Sólido de la Universidad de Upsala, considera que los resultados del proyecto permitirán mejorar la salubridad de los ambientes interiores y al mismo tiempo reducir el consumo energético. Claes-Göran Granqvist prevé que la tecnología podrá reducir en cerca de un 10% el consumo de energía en edificios comerciales, si bien esta cifra dependerá en cierto grado de las características del edificio. Además, gracias al control automático de la calidad de la luz y del aire, habrá menor demanda de aparatos de aire acondicionado y así disminuirá el ‘síndrome del edificio enfermo’ en los centros de trabajo. «Este proyecto mejorará la calidad del aire en los ambientes interiores y las personas se sentirán más cómodas y trabajarán mejor», aseguró Claes-Göran Granqvist.
La nanotecnología y los productos perfeccionados y desarrollados en GRINDOOR poseen un importante valor comercial. Estos productos pronto saldrán al mercado y se estima que la nueva empresa tecnológica establecida para su fabricación crecerá muy notablemente en 2016. En particular, la nanotecnología ha producido un material laminado que es muy ligero y puede ser utilizado por cualquier fabricante de ventanas para producir vidrio laminado con propiedades electrocrómicas. No hay productos similares en el mercado, y el profesor Grangvist espera que este producto logre una importante repercusión comercial.
FUENTE | CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitarion