Múltiples organizaciones ambientalistas y en defensa del consumidor se han unido para presentar una demanda colectiva en contra de la decisión tomada por la administración Trump de revertir las normas de eficiencia energética que exigían el uso de bombillas mucho más eficientes para enero de 2020.
Asociaciones como el Consejo de Defensa de los Recursos Nacionales (NRDC), Earthjustice (que representa al Sierra Club, la Federación de Consumidores de América, y la asociación de inquilinos de vivienda pública de Masachusetts), Environment América y el U.S. Public Interest Research Group, han presentado la demanda en la Corte de Apelaciones de Estados Unidos.
Además, un grupo de 15 de estados liderados por New York y California, más la ciudad de Nueva York y el distrito de Columbia, presentaron una demanda por separada en el mismo tribunal. Las demandas sostienen que el Departamento de Energía de la administración Trump actuó de forma ilegal para revertir las reglas con dos años de antigüedad, ampliando los tipos de bombillas requeridas para ser más eficientes desde el 1 de enero de 2020, según una ley aprobada por el Congreso en 2017.
“Es indignante que el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) le haya dado la espalda a la ley aprobada por el Congreso y respaldada por la industria hace más de 12 años para garantizar que nuestra iluminación sea lo más eficiente posible en términos de energía”, declaró Kit Kennedy, director de programa de energía limpia y cambio climático del NRDC.”No solo es ilegal dar marcha atrás en los estándares de eficiencia energética, sino que Estados Unidos se convertirá en el vertedero de las bombillas incandescentes y halógenas ya prohibidas en Europa y que están siendo eliminadas por países de todo el mundo”:
La medida, que pretendía eliminar de forma gradual al bombillas incandescentes y halógenas ineficientes a partir del 1 enero de 2020, fue revisada por el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) eliminando las exigencias de mayores niveles de eficiencia energética para la comercialización de este tipo de bombillas de uso general. Los argumentos que esgrima el gobierno de Trump es que estos cambios beneficiarán a los consumidores al mantener los precios más bajos.
La luz que hace que Trump se vea naranja
Ante la controversia surgida por la decisión tomada, el propio Trump dio su opinión al respecto en en un discurso el pasado mes de septiembre. El Washington Post se hacía eco de las declaraciones del presidente y las transcribía de forma exacta:
“Las bombillas. La gente dice ¿que pasa con las bombillas?. Esta es la historia. Las bombillas que nos obligan usar, su luz no sirve. Siempre me veo naranja. Y tú también. Su luz es lo peor”.
“The lightbulb. People said what’s with the lightbulb? I said here’s the story. And I looked at it, the bulb that we’re being forced to use, number one to me, most importantly, the light’s no good. I always look orange. And so do you. The light is the worst.”
El comentario provocó risas en la audiencia, aunque no quedó claro de inmediato si el presidente lo decía en broma o en serio.
Antecedentes de la normativa
La legislación, que data del año 2007 durante la presidencia de George W. Bush, exigía la introducción gradual de nuevos estándares de eficiencia energética en los productos de iluminación. Los mayores estándares de eficiencia comenzaron en el año 2012, cubriendo sólo las bombillas tipo A, o tipo “pera”, que son las más comunes. Según lo ordenado por la ley, el DOE realizó posteriormente un análisis para determinar qué otras categorías de bombillas califican como “iluminación de servicio general” y deberían estar cubiertas por estándares más altos. Sobre la base de los datos de ventas, las características técnicas y otros criterios, se determinó que siete categorías adicionales de bombillas de uso común deberían cubrirse a partir de 2020. Asimismo se establecieron exenciones para otras 15 categorías de bombillas que no se usan con tanta frecuencia.
Sin embargo, el DOE de Trump anunció este año que revocaría esa decisión a pesar de que se registraron casi 64.000 comentarios en contra esta reversión, incluidas 37 grandes empresas de servicios eléctricos que prestan servicios a 55 millones de clientes en 42 estados y el Distrito de Columbia. El único apoyo provino de algunas personas que se oponen a las regulaciones en general, cinco compañías de iluminación y su asociación comercial.
Este último paso del DOE sigue un patrón de sucesivos retrasos, frenos y reducciones en cuanto a los requisitos de eficiencia energética. El mes pasado, un tribunal federal de apelaciones ordenó al DOE a implementar cuatros estándares de eficiencia energética que retrasó de forma ilegal durante casi tres años.