El proyecto conocido como MHS-Enercon² está promovido por la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico y Telnet y tiene como objetivo incentivar el desarrollo tecnológico y la innovación en torno a la eficiencia energética y la conservación preventiva de los edificios históricos, respetando la comodidad de los usuarios.
La iniciativa, financiada por el Ministerio de Industria, Economía y Competitividad, se pondrá en marcha en tres edificios piloto: el Palacio de la Diputación Provincial de Palencia, la catedral de San Antolín de la ciudad y el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.
MHS-EnerCon2 se concretará en la generación de una plataforma inteligente que servirá para analizar la información que transmitan una red de sensores instalados en los edificios estudiados. Los datos se transformarán en información útil, que facilitará la gestión de los espacios y la toma de decisiones. De hecho, el proyecto se ha adaptado a las necesidades de cada uno de los inmuebles, seleccionados atendiendo a su variedad de usos y tipologías, para que sea lo más efectivo posible.
Tres espacios, un reto
En todos los casos se utilizarán diferentes tipos de sensores para controlar parámetros ambientales y de consumo energético, junto a otros más relacionados con la gestión y el uso de cada uno de los edificios. Así, por ejemplo en el Palacio de la Diputación Provincial y el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, uno de los objetivos del proyecto será facilitar el control de los almacenes de obras de arte o el uso de los espacios públicos, mientras que en la catedral de Palencia, el proyecto se centrará más en aspectos como el control de la iluminación exterior o del consumo energético.
En el Palacio Provincial, donde se ha desarrollado la presentación, se instalarán un total de 105 sensores, desplegados en 21 puntos, en la seo palentina serán 23 dispositivos en 6 zonas de control, que completarán el trabajo desarrollado hace años en el marco del proyecto SHBuildings, finalmente, en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se contempla la instalación de un total de 112 dispositivos en 14 áreas.
Nuevo modelo de gestión
¿El reto? Crear una gran base de datos, cuyo estudio e interpretación proporcione a los gestores información objetiva que facilite la toma de decisiones. De hecho, con los datos obtenidos, el programa propondrá para cada edificio un nuevo modelo de gestión, que integre conservación y eficiencia energética, sin perder de vista el confort del usuario.
Para lograrlo, la plataforma se servirá de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías, de modo que, en todo momento, los gestores puedan conocer datos sobre cuestiones como el ahorro total derivado de determinadas acciones de mejora o la reducción de la huella de carbono de cada inmueble, aspectos que les permitirán, sin duda, mejorar la gestión y el uso futuro de los edificios.
«El patrimonio es nuestra memoria – explicaba Juan Carlos Prieto – nuestro legado, pero también es un elemento generador de desarrollo, un recurso para los territorios. Las nuevas tecnologías nos ayudan, además, a tomar el pulso a los edificios históricos, para saber en todo momento, en tiempo real, cómo se hallan y actuar en consecuencia, con datos reales y objetivos que nos permiten evitar daños mayores». Recordaba, igualmente, el director de la Fundación que la experiencia de la entidad permite determinar que «por cada euro invertido en conservación se ahorran de 3 a 5 en restauración».
El proyecto cuenta con un presupuesto global de 564.180 euros y se extenderá hasta agosto de 2018, momento en el que se celebrará un seminario para exponer los resultados y conclusiones, que se verá completado con otras acciones de comunicación y difusión. Explicaban los responsables de la iniciativa que una vez determinados las necesidades de cada edificio, la instalación de sensores comenzará en los próximos meses.