La luz regula una serie de funciones en el cuerpo humano que pueden influir en el desempeño de las tareas diarias tal como ya publicamos recientemente en el Blog de Miguel Cacheda. Desde Havells Sylvania recomiendan una serie de pasos que ayudan a reducir la incidencia de una iluminación inadecuada en la salud.
La luz artificial se compone de luz visible y de radiaciones ultravioletas (UV) e infrarrojas (IR) que podrían ser dañinas para la piel y los ojos de las personas. Además, tanto la luz natural como la artificial pueden alterar el reloj biológico humano y el sistema hormonal o los llamados ritmos circadianos, pudiendo causar problemas de salud.
Algunos de los efectos provocados por una iluminación inadecuada en espacios de trabajo o estudio podrían ser los siguientes:
• Trastornos oculares: dolor e inflamación en los párpados, fatiga visual, pesadez, lagrimeo, enrojecimiento, irritación, visión alterada.
• Cefalalgias: Dolores de cabeza. Ocasionalmente, el médico tratante debe revisarlos para detectar si es la iluminación la que los causa.
• Fatiga: Falta de energía, agotamiento. Cuando es causada por la iluminación, una persona que se levanta con energía, la pierde fácilmente. Si la persona está agotada por estrés o falta de sueño, la fatiga se extiende todo el día.
• Efectos anímicos: Falta de concentración y de productividad, baja atención y desánimo.
Cinco preguntas básicas para evaluar la iluminación
Entre las preguntas que debemos hacernos para evaluar si la iluminación en nuestro lugar de estudio o trabajo es adecuada, destacan las siguientes:
1. ¿En qué horario se utiliza el espacio? ¿de día, de noche o ambos?
2. ¿El espacio cuenta con entrada de luz natural durante el día, a través de puertas y ventanas?
3. ¿Existe solo un tipo de luz –blanca, directa, indirecta, fluorescente- en el espacio o varios?
4. ¿Se producen destellos, resplandor o exceso de luz solar a alguna hora del día?
5. ¿Qué tipo de tarea se hace en el espacio? (trabajo de ordenador, trabajo manual detallado, reuniones, presentaciones…).
Los cinco principios básicos de la iluminación óptima para trabajo y estudio
Algunas de las soluciones generales que se pueden aplicar para mejorar la calidad de la iluminación en espacios de trabajo y estudio se señalan a continuación:
1. Aprovechar al máximo niveles bajos de la luz natural, para que esta no incida directamente sobre las personas.
2. Considerar la luz artificial como un complemento a la natural en el día y como la fuente principal en la noche: no debe usarse la misma iluminación durante las 24 horas.
3. Utilizar una mezcla de iluminación general uniforme, localizada e iluminación focalizada. Todas deben tener controles individuales para variarse durante el día.
4. Controlar las fuentes de deslumbramiento y resplandor.
5. Si en el espacio hay ordenadores, debe considerarse la temperatura, luz y efecto de reflejo en las pantallas.
Finalmente Havells Sylvania recomienda consultar con un especialista en iluminación para una evaluación más profunda y encontrar soluciones adecuadas a las necesidades puntuales.