Investigadores de la Universidad de Colorado (CU Anschutz), han demostrado que la gestión de los ritmos circadianos mediante una terapia de luz intensa y tratamientos cronológicamente programados podría prevenir o tratar una variedad de condiciones del sistema circulatorio, incluyendo enfermedades del corazón.
La investigación, liderada por Tobias Eckle, MD, PhD, profesor de anestesiología en la Universidad de Colorado School of Medicine, junto con Tami A. Martino, PhD y catedrática en investigación molecular y cardiovascular en la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, marca un hito en la comprensión y aplicación de la biología circadiana del corazón.
Los ritmos circadianos, que regulan las variaciones físicas, mentales y conductuales en un ciclo de aproximadamente 24 horas, juegan un papel crucial en la salud cardiovascular. Estos ritmos influyen significativamente en cómo opera el sistema cardiovascular, dictando patrones en la presión arterial y la frecuencia cardíaca que crecen durante el día y disminuyen por la noche.
«Sin embargo, los estudios preclínicos traslacionales dirigidos a la biología circadiana del corazón acaban de surgir y están llevando al desarrollo de un nuevo campo de la medicina llamado medicina circadiana«, explica Eckle.
Terapias de luz intensa: un rayo de esperanza para el corazón
Una de las facetas más prometedoras de este estudio, cuyos resultados fueron publicados recientemente en Circulation Research, es la exploración del uso de terapia de luz intensa para tratar lesiones cardiacas y ayudar en la recuperación postquirúrgica. La investigación sugiere que cuando la luz alcanza el ojo humano, se transmite al núcleo supraquiasmático, una estructura en el hipotálamo del cerebro que regula la mayoría de los ritmos circadianos en el cuerpo. Esta exposición a la luz intensa estabiliza el gen PER2 e incrementa los niveles de adenosina, que bloquea las señales eléctricas en el corazón que causan ritmos irregulares, ofreciendo así protección cardíaca.
Eckle ha observado resultados positivos en pacientes postquirúrgicos tratados con terapia de luz, incluyendo niveles reducidos de troponina, una proteína cuya elevación puede señalar un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Estos hallazgos no solo demuestran el potencial de la luz para curar el cuerpo después de la cirugía del corazón, sino también para protegerlo de lesiones durante la cirugía, incluida la reducción de las posibilidades de isquemia cardíaca.
Hacia una era de Medicina Circadiana
Este estudio no solo revisa la investigación actual en medicina circadiana, sino que también insta a un uso más agresivo de estas terapias en humanos, en lugar de depender principalmente de modelos animales. La investigación subraya cómo la enfermedad cardiovascular puede diferir entre hombres y mujeres y cómo la administración de medicamentos en momentos específicos del día para coincidir con el reloj interno del cuerpo puede acelerar la curación.
Dada la creciente evidencia de que la luz intensa y los tratamientos farmacológicos cronometrados son efectivos, Eckle y su equipo argumentan que es hora de avanzar con más ensayos clínicos. «Los ritmos circadianos juegan un papel crucial en la salud cardiovascular», afirma Eckle, «influyendo en el momento de inicio y la gravedad de los eventos cardiovasculares y contribuyendo al proceso de curación de la enfermedad».
Conclusiones y Futuro
Este estudio abre nuevas avenidas para el tratamiento y prevención de enfermedades cardiovasculares, enfatizando la necesidad de una integración más profunda de los principios de la medicina circadiana en las prácticas clínicas. Al ajustar nuestros enfoques terapéuticos para alinearlos más estrechamente con los ritmos biológicos naturales del cuerpo, se pueden abrir la puerta a tratamientos más efectivos y personalizados que prometen mejorar significativamente los resultados para los pacientes con este tipo de dolencias.
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