Diseñar iluminación con voluntad de permanencia implica renunciar a los códigos estéticos de la moda y centrarse en la funcionalidad, la durabilidad formal y la coherencia técnica. Bajo esta premisa, el equipo de diseño de Faro Lab ha desarrollado Matilda, una colección de luminarias que destaca por su lenguaje geométrico elemental, su versatilidad de uso y su neutralidad cromática.
Geometría y síntesis formal
La colección Matilda se caracteriza por la adopción de formas básicas —cilindros, discos y estructuras lineales— que remiten a una cierta austeridad constructiva. Esta depuración formal responde a un criterio funcional claro: reducir el diseño a sus componentes esenciales para facilitar su integración en entornos diversos sin condicionar el lenguaje espacial en el que se inserta.
El diseño monocromático, disponible en beige, burdeos y negro, potencia esta cualidad integradora. Al evitar el contraste cromático y prescindir de acabados brillantes o tratamientos decorativos llamativos, las luminarias de la familia Matilda se presentan como elementos silenciosos, que no compiten con el espacio, sino que lo acompañan, favoreciendo a crear un ambiente relajado y atemporal.
Flexibilidad funcional
Uno de los elementos técnicos más significativos de la colección es su capacidad de orientación y ajuste. Las versiones de pie y sobremesa incorporan sistemas que permiten regular tanto la altura como el ángulo de orientación de la pantalla, lo que permite adaptar el haz lumínico a distintas necesidades.
Este grado de control aporta una doble funcionalidad a las luminarias: pueden ser empleadas como puntos de luz focal para tareas concretas —como lectura o trabajo puntual— o bien como emisores de luz ambiental difusa, dependiendo de la posición de la pantalla. Esta variabilidad hace que Matilda funcione tanto en contextos domésticos como en entornos profesionales o de hospitality, donde la versatilidad es una condición fundamental.
Coherencia de lenguaje y escala
La colección se articula en cuatro versiones tipológicas: lámpara de pie, sobremesa, aplique fijo y aplique en barra. Esta diversificación responde a una lógica de familia coherente: un mismo lenguaje formal y constructivo se adapta a diferentes escalas y ubicaciones, manteniendo una unidad visual.
En síntesis, la colección Matilda pone de relieve cómo un diseño centrado en la funcionalidad, la adaptabilidad y la sobriedad formal puede ofrecer soluciones técnicas coherentes y versátiles. Su planteamiento responde a criterios de uso y durabilidad, integrándose con facilidad en contextos diversos sin recurrir a elementos superfluos ni depender de tendencias pasajeras.