Investigadores del Departamento de Geografía del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la UAB (ICT-UAB) han diseñado una nueva metodología para realizar un análisis cuantitativo y mapear las áreas vitales de una ciudad. Se trata del primer estudio que sintetiza y aplica las teorías de la activista urbana Jane Jacobs sobre la configuración que una ciudad moderna debe tener para garantizar la vitalidad en sus calles.
Los investigadores Xavier Delclós y Carme Miralles utilizaron los datos del censo y del registro de la propiedad, así como de sistemas de información geográficos, para reunir seis variables y crear un índice de análisis llamado JANE. El resultado es una interpretación espacial detallada de una Barcelona que combina los atributos de las ciudades mediterráneas tradicionales y de los tejidos urbanos resultantes de las actuales lógicas de planificación urbana.
“El índice JANE ayuda a comprender dos elementos claves: en primer lugar, la forma que se diseñan y construyen las ciudades puede crear entornos con niveles muy diferentes de vida en la calle y, en segundo lugar, en el caso específico de Barcelona, se pueden encontrar áreas con altos niveles de vida en la calle en barrios periféricos y tradicionalmente pobres, y por lo tanto no sólo en el centro de la ciudad”, señala Xavier Delclós.
La región analizada incluye la ciudad de Barcelona y 9 ciudades aledañas, con una población total de aproximadamente 2,4 millones de habitantes.
Los resultados indican que los niveles de vitalidad en la conurbación de Barcelona están lejos de ser homogéneos: el 23% del área presenta un alto nivel de vitalidad, mientras que el 34% es moderado, y una parte significativa se clasifica como poco (25%) o nula (17%).
Vitalidad Urbana no solo en los centros urbanos
El patrón de distribución de esta vitalidad urbana identificado por los investigadores puede explicarse en gran medida por la presencia de centros históricos en las aglomeraciones analizadas.
Así, hay tres “corredores” de vitalidad, que se extienden desde el centro de Barcelona: uno hacia el barrio de Grácia, que constituye el vertebrado de la vitalidad de toda la conurbación, otro hacia el límite noreste de la localidad de L’Hospitalet de Llobregat y un tercero en dirección norte hacia los barrios de Horta-Guinardó y Sant Andreu. Aislados de estos tres los investigadores detectaron otros dos puntos de vitalidad satélite en los centros de las ciudades de Santa Coloma y Badalona.
Además de estos puntos principales, hay un alto nivel de vitalidad en los barrios periféricos que no coinciden con ningún tejido histórico, como las calles de Rambla Prim en el distrito de Sant Martí y Via Júlia en el distrito de Nou Barris. “Esto demuestra que la vitalidad urbana también se puede encontrar en los nuevos desarrollos, si están diseñados correctamente”, explica Carme MIralles. “Estos dos puntos fueron rediseñados antes de los Juegos Olímpicos y los proyectos urbanos tomaron en cuenta las demandas históricas de los vecinos, lo que puede explicar en gran medida el éxito de llevar esa vida a sus calles”.
Efectos nocivos de diseños urbanos
Por el contrario, las áreas con poca o ninguna vitalidad se encuentran principalmente en las afueras de la ciudad, donde hay numerosos ejemplos de edificios aislados, un legado de la expansión urbana de los años 60 y 70.
Sin embargo, el estudio destaca específicamente en estas categorías los efectos nocivos de recientes construcciones urbanas que no han cumplido con los requisitos de Jacobs, como los Barrios de la Villa Olímpica, e incluso algunas áreas específicas en las cercanías del centro comercial Diagonal Mar. “Necesitamos un análisis de mayor profundidad sobre las condiciones que no se cumplen en estos proyectos específicos: tipos de construcción y usos, densidad y diversidad de habitantes, etc., a fin de generar la variedad necesaria para que no solo sea un lugar donde residir, sino también un lugar en el que vivir la vida «, indica Carme Miralles.
«La herramienta que creamos caracteriza el área urbanizada y su capacidad teórica para fomentar la vida urbana según las variables propuestas por Jacobs. El índice puede aplicarse a otras ciudades, dada su simplicidad en la definición y el hecho de que utiliza datos que generalmente están disponibles para el público. Sin embargo, este es solo el comienzo. Nuestro objetivo es mejorarlo y agregar nuevas variables que podrían ser específicas para cada tipo de ciudad en la que se aplica, y relacionarlo con otros datos sobre cómo se usan estos entornos y qué tan específicos los fenómenos que existen hoy en día se producen «, concluyen los investigadores.
Condiciones Jane Jacobs para una vitalidad urbana
Una de las figuras más influyentes pero controvertidas en la historia de la planificación urbana no es ni un arquitecto ni un urbanista, sino una periodista que, en la década de 1960, pudo comprender la verdadera naturaleza de las ciudades. Su lucha contra el jefe de planificación de Nueva York, Robert Moses, se hizo mundialmente conocida porque su legado trascendió la esfera activista para convertirse en una parte central de la teoría urbana.
Las ideas que elocuentemente expresó en su libro “La muerte y vida de las grandes ciudades americanas (1961)” ahora son ampliamente consideradas como puntos de referencia en estudios urbanísticos y de planificación.
Los investigadores, basándose en las cuatro condiciones que Jane Jacobs propuso para una vitalidad urbana, tomaron en cuenta seis indicadores para medir el grado de vitalidad en cada una de las áreas, 4 básicos y 2 complementarios:
- Concentración: densidad de habitantes, hogares y edificios
- Diversidad: combinación de usos primarios de edificios (residencial, profesional, comercial e institucional
- Oportunidades de contacto, con construcciones que favorecen un cierto grado de contacto impersonal, con intersecciones proporcionadas por pequeños bloques de edificios y calles a escala humana
- Mezcla de edificios antiguos y nuevos, que en teoría representan diferentes niveles de ingresos y usos
- Accesibilidad: distancia al transporte público y calles peatonales
- Distancia para vaciar espacios “fronterizos”, creados por grandes instalaciones de transporte, edificios con un único propósito (como hospitales) y grandes áreas verdes.