Madrid necesitaba un restaurante que ofreciese no sólo lo mejor de la gastronomía gala, también que pudiese transportar a sus comensales al centro de París sin salir de la capital. Maison Mélie ha abierto en junio sus puertas con una decoración donde el chic francés impregna salones cargados de una elegancia natural.
Maison Mélie nos recibe con una fachada que define, sin el menor atisbo de dudas, el contenido del local. Sus elegantes toldos en azul añil, los sutiles apliques dorados, las lámparas esféricas de inspiración retro y las vitrinas y ventanales de estilo Art Déco realizados en maderas nobles, son el preludio que da paso al corazón de este restaurante boutique, que introduce un concepto especial gastronómico que combina una boulangerie y una pâtisserie: estamos en Madrid, sí; pero podría ser cualquier calle de París.
Ubicado en pleno centro de Madrid, Maison Mélie abre sus puertas para traer a la capital lo mejor y más genuino de la gastronomía gala. Inspirado por la historia y tradición del panadero Mélie Denancé que fundó su propio obrador en 1894 en Honfleur, Francia, Maison Mélie destaca por representar la unión perfecta entre la cocina tradicional y las técnicas culinarias más contemporáneas. Mientras se saborea su impresionante gastronomía es imposible no verse transportado a cualquier elegante barrio parisino, gracias a un estilo creado desde la tradición, pero con un certero aire de modernidad. Este acento queda patente de forma gráfica gracias a la implementación del toile de Jouy, que tapiza gran parte de las paredes del local, un tejido eminentemente francés que representa estampados de escenas pastoriles, en tono monocromático sobre colores degradados
Dividido en dos alturas, Maison Mélie se distribuye en dos grandes salones, uno en cada planta, organizados a lo largo de sus dos barras, realizadas en madera por ebanistas, donde poder tomar un refrigerio o una copa de vino de Burdeos en sus taburetes tapizados en blue velvet (el mismo tejido que cubre sus confortables sillas y sofás) bajo la luz de lámparas realizadas en latón dorado con grandes lágrimas de cristal, que crean el ambiente definitivo de elegancia e intimidad (una intimidad que se aplica con sutilidad gracias a las numerosas plantas que decoran y dan vida al espacio). Si en el sótano destacan sus techos abovedados en ladrillo visto, en la primera planta están revestidos en paneles de madera blanca, una perfecta combinación con sus suelos de cerámica blanca y negra dispuestos en damero.
Pero no existe chic parisién sin detalles, ahí es donde reside la fuerza de este estilo. Es imposible que en Maison Mélie la mirada no se pierda recorriendo los numerosos espejos de marcos dorados que penden de las paredes, y que marcan el tono vintage que recorre todo el local. Una identidad reforzada por las botellas de botellas “Eau de Seltz” que hay distribuidas por todo el espacio y que bajo la incidencia de la retroiluminación proyectan un sutil tono azulado en los espacios. También en la selección de obras de arte que dominan su escalera, que evocan los retratos franceses de la nobleza y la burguesía del siglo XIX.
En este nuevo rincón francés de Madrid, la decoración nos permite disfrutar de un conjunto de cartas y menús especiales inspiradas en los productos y recetarios más tradicionales de Francia. Aunque su especialidad es el pan, en Maison Mélie no falta el foie gras, los macarons, y los chouquettes pero además, cuentan con cafés artesanales, crema y mantequilla con origen de AOP Isigny, huevos bio y orgánicos, y harina de nominación francesa hecha como en el siglo XIX. Para los celíacos, Maison Mélie ofrece una tarta deliciosa elaborada con chocolate de Sao Tomé; más exclusivo, imposible.
Fuente de imágenes: The Apartment Strategic Communcation