Una nueva investigación de la Universidad de Ciencias de la Salud de Arizona ha descubierto cómo los terapias de luz verde pueden reducir la frecuencia e intensidad de los dolores de cabeza, mejorando la calidad de vida de las personas que sufren migrañas. En concreto, “se logra una reducción de aproximadamente el 60% de la intensidad del dolor de la fase de cefalea y del número de días al mes en que las personas experimentaban dolores de cabeza por migraña”.
La migraña es un trastorno neurológico multifásico asociado con múltiples síntomas, entre los que se incluyen dolor de cabeza de moderado a intenso, fotofobia, fonofobia, náuseas y vómitos. Es un trastorno muy común con una prevalencia mundial estimada del 14,7%, con una prevalencia anual y a lo largo de la vida del 18% y el 33% en las mujeres, respectivamente, y del 6% y el 13% en los hombres. Según la Fundación para la Investigación de la Migraña, la migraña es la tercera enfermedad más prevalente en el mundo, y afecta a 39 millones de personas en los Estados Unidos y a 1.000 millones en todo el mundo. A pesar de los avances recientes, el tratamiento contra las migrañas sigue siendo todo un desafío. Los tratamientos farmacológicos pueden ser ineficaces para algunos pacientes, por lo que el desarrollo de enfoques no farmacológicos pueden ser una alternativa realmente útil, ya bien sea como una opción autónoma, o como un complemento.
“Este es el primer estudio clínico que evalúa la exposición a la luz verde como una potencial terapia preventiva para pacientes con migraña. Como médico, esto es realmente emocionante. Ahora tenemos otra herramienta a nuestra disposición para tratar una de las condiciones neurológicas más difíciles, la migraña”, explica el médico Mohab Ibrahim, autor principal del estudio y profesor asociado de la Facultad de Medicina de Arizona.
En general, la exposición a la luz verde redujo el número de días de cefalea por mes en un promedio de alrededor del 60%. La mayoría de los participantes del estudio – 86% de los pacientes con migraña episódica y 63% de los pacientes con migraña crónica – informaron de una reducción de más del 50% de los días de dolor de cabeza al mes. La migraña episódica se caracteriza por hasta 14 días de dolor de cabeza al mes, mientras que la migraña crónica es de 15 o más días de dolor de cabeza al mes.
“El beneficio promedio general ha sido estadísticamente significativo y la mayoría de las personas estaban sumamente contentas”, dijo el Dr. Ibrahim de los participantes, a quienes se les dieron tiras de luz e instrucciones para que las siguieran mientras completaban el estudio en casa. “Una de las formas en que medimos la satisfacción de los participantes fue que cuando inscribimos a las personas les dijimos que tendrían que devolver la luz al final del estudio. Pero cuando llegó el final del estudio, les ofrecimos la opción de quedarse con la luz, y 28 de los 29 decidieron quedarse con la luz».
Estudiando los efectos de la exposición a la luz verde
El estudio clínico inicial incluyó a 29 personas todas las cuales experimentan migrañas episódicas o crónicas y han fracasado en múltiples terapias tradicionales, como los medicamentos orales y las inyecciones de Botox.
Durante el estudio, los pacientes fueron expuestos a la luz blanca durante una o dos horas al día durante 10 semanas. Después de un descanso de dos semanas, fueron expuestos a la luz verde durante 10 semanas (tiras led de 525 nm de longitud de onda). Completaron encuestas y cuestionarios regulares para rastrear el número de dolores de cabeza que experimentaban y la intensidad de esos dolores de cabeza, así como mediciones de la calidad de vida, como la capacidad para dormirse y permanecer dormido o para realizar un trabajo.
Utilizando una escala numérica de dolor de 0 a 10, los participantes observaron que la exposición a la luz verde daba lugar a una reducción del 60% del dolor, de 8 a 3,2. La terapia de luz verde también acortó la duración de los dolores de cabeza, y mejoró la capacidad de los participantes para dormirse y permanecer dormidos, realizar tareas, ejercicio y trabajo. Ninguno de los participantes del estudio informó de ningún efecto secundario de la exposición a la luz verde.
«En este ensayo, tratamos la luz verde como una droga», dijo el Dr. Ibrahim. «No es ninguna luz verde. Tiene que ser la intensidad correcta, la frecuencia correcta, el tiempo de exposición correcto y los métodos de exposición correctos. Al igual que con los medicamentos, hay un punto dulce con la luz»
«El uso de una terapia no farmacológica como la luz verde puede ser de gran ayuda para una variedad de pacientes que o bien no quieren tomar medicamentos o no responden a ellos. La belleza de este enfoque es la falta de efectos secundarios asociados. Si acaso, parece mejorar el sueño y otras medidas de calidad de vida», explica el Dr. Patwardhan, profesor asociado y vicepresidente de investigación del Departamento de Anestesiología de la Universidad de Arizona.
Puede consultar el estudio en el siguiente enlace:
https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0333102420956711
Créditos de imágenes: University of Arizona Health Sciences/Kris Hanning