Un grupo de investigadores de la Universidad de Guelph, Ontario en Canadá, trabaja con LED en invernaderos con la idea de que esta tecnologia permita a los astronautas producir alimentos en el espacio.
Las últimas investigaciones del grupo, liderado por el profesor Michael Dixon, jefe del Environment Facility Systems Research, (Centro de Investigación de Sistemas Ambientales) de la Universidad de Guelph en Ontario se centran en probar longitudes de onda de luz específicas sobre varias plantas. La finalidad de este estudio es encontrar aquella longitud de onda de luz que mas potencie el crecimiento de las plantas en ambientes raros, lo que ayudará a las tripulaciones de naves espaciales garantizando su alimentación durante todo el viaje en futuras misiones a Marte. Según Dixon nuestros sucesores harán muy a menudo viajes de exploración y por ejemplo en veinte años ir a la luna será frecuente. Cuando esto ocurra dice “Necesitaremos importantes sistemas de control de ambiente y sistemas de apoyo a la vida basados en la biología de las plantas porque no puedes aprovisionar a Marte de alimentos fácilmente”. Dixon sabe que hay muchas batallas que conquistar tanto a nivel científico como a nivel de fondos del gobierno para investigación, antes de que los tomates cherry o las fresas crezcan en un ambiente minuciosamente controlado a cientos de miles de kilómetros de nuestro pequeño planeta.
Funcionamiento
La iluminación LED es la tecnología que permite optimizar el crecimiento de plantas. Esta tecnología genera muchos fotones (partículas elementales responsables de las manifestaciones cuánticas del fenómeno electromagnético) con poca energía, un factor de gran importancia cuando los recursos son escasos. Las luces pueden redireccionar sus ondas para desarrollar los alimentos.
En un laboratorio equipado con varias estancias o cámaras a medida, Dixon busca la «receta mágica» de la luz – con las cantidades y longitudes de onda de luz ideales de color rojo, azul o ámbar o ultra violeta,- que contribuirán a las condiciones de cultivo más idóneas posibles, potenciando la fotosíntesis y la productividad de las plantas.
«La eficiencia eléctrica de estos sistemas y la intensidad que puede salir de los LED hoy en día es mucho mayor de lo que hubiera creído posible hace apenas cinco años», dice Dixon. Los avances tecnológicos en el alumbrado público y la iluminación del automóvil han ayudado a allanar el camino para esta investigación.
«Las permutaciones y combinaciones son infinitas, por lo que a pesar de que estamos partiendo de una suposición bastante bien asentada en cuanto a cómo construir el espectro de luz ideal, las plantas te confunden porque se adaptan.»
En su laboratorio, la lechuga se utiliza como un conejillo de indias porque crece fácilmente y rápidamente y los resultados están siendo satisfactorios. Pero los cultivos objetivo son «cultivos frutales de valor relativamente alto «, como los tomates cherry y las fresas, más ricos en nutrientes.
Dixon considera que la receta mágica del LED permitirá que gran cantidad de alimentos puedan ser cultivados en el espacio dentro de 15 a 20 años, un tiempo suficiente para que la humanidad hable de alimentación garantizada en sus misiones a Marte.
Mike Dixon, profesor de la Universidad de Guelph y director de su Centro de Investigación de Sistemas Medio Ambientales Controlados,