Investigadores de la Universidad Monash de Australia muestran que la iluminación nocturna no solo revela el diferente grado de desarrollo de unos países y otros sino también permite observar el favoritismo regional de los líderes con su tierra, al existir una correlación entre la intensidad lumínica de las regiones del planeta y el origen de sus gobernantes. En especial en África y Asia, los líderes tienden a favorecer a sus lugares de origen a través de la iluminación.
La idea de este estudio no constituye ninguna novedad. Hace ya dos años, un estudio publicado en la American Economic Review se propuso demostrar la correlación existente entre la iluminación nocturna y el Producto Interior Bruto (PIB). Lo que intuían desde un inicio ya se podía ver a simple vista a través de estas imágenes de la NASA del planeta por la noche (imagen de portada). En la imagen se observan las zonas urbanas iluminadas y las grandes manchas de oscuridad en los países menos desarrollados lo que demostró que las zonas más iluminadas eran también las más desarrolladas.
Hipótesis: ¿más luz en una zona si el gobernante ha nacido en ella?
En esta ocasión, el equipo de investigadores de la Universidad de Monash ha recurrido a datos de la red de satélites meteorológicos de Estados Unidos, para revisar la intensidad de la iluminación nocturna de 38.422 regiones administrativas de más de un centenar de países buscando correlacionar los datos de localidades partiendo de la hipótesis de que tal como ocurre en Gbadolite, los gobernantes tienden a favorecer su lugar de origen a través de la intensidad de su iluminación. Su hipótesis es: ¿las regiones tienen más luz cuando el que gobierna el país ha nacido en ellas? Gbadolite es la ciudad natal de Mobutu Sese Seko, dictador de Zaire durante tres décadas. No hay datos anteriores, pero se puede observar su vivo resplandor durante los últimos años en que Mobutu detentó el poder y su casi desaparición cuando tuvo que exiliarse.
Así, los investigadores a simple vista han comprobado que en aquellas regiones en que nacieron líderes políticos las luces brillan más. Para los investigadores, esto podría servir como indicativo del fenómeno que ellos llaman “favoritismo regional”.
Los investigadores crearon una escala de intensidad desde el cero para oscuridad absoluta, hasta el 63, para concentraciones de luz nocturna como las de la costa este de Estados Unidos o el eje París-Berlín. En paralelo, utilizaron múltiples fuentes de información para establecer el lugar de nacimiento de todos los gobernantes de los 126 países incluidos en su estudio entre 1992 y 2009. Al cruzar los datos, observaron que, de media, las regiones que habían visto nacer a un gobernante en esas fechas tenían un aumento de su luminosidad del 3,9%. Este “favoritismo regional” es particularmente pronunciado en el África subsahariana, con incrementos de más del 30%, seguida de muchas naciones de Asia. La relación es mucho menor, a veces inexistente, en Europa, América u Oceanía.
Paul Raschky, investigador del Centro para el Desarrollo Económico y la Sostenibilidad de la Universidad Monash y coautor del estudio, recién publicado en The Quarterly Journal of Economics explica “Nuestros resultados sugieren que ser el lugar de nacimiento del líder aumenta la intensidad de la iluminación nocturna alrededor del 4% y el PIB sobre el 1%”. Si bien estos son los valores medios para todas las regiones del mundo, en determinados lugares estas cifras llegan a multiplicarse por diez.
Correlación con educación e institucionalización de la política
El estudio muestra una correlación con dos indicadores claves de desarrollo que los investigadores añadieron. Así, introdujeron en su análisis la educación (en años de escolarización) y la institucionalización de la política (elecciones libres periódicas) y vieron que en las regiones con peores niveles educativos e instituciones políticas más débiles, las localidades del líder brillaban más cada noche. Llevando algo más lejos el estudio, los investigadores obtuvieron las coordenadas geográficas de la localidad donde nació cada líder y así pudieron comprobar que, mientras estuvo en el poder, la iluminación aumentó en un radio de cinco kilómetros a la redonda de su hogar, aunque el pico de luz se extendía por toda la unidad administrativa (comarca, provincia o condado) y, en menor medida, por la región entera.
Este análisis de luminosidad del planeta lo realizaron en base a datos de los satélites meteorológicos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que orbitan la Tierra 14 veces al día. Sus datos son utilizados por la Agencia Meteorológica estadounidense (NOAA) para establecer la intensidad lumínica con una resolución de hasta un kilómetro cuadrado. La ventaja de esta precisión es que permite llegar a un nivel muy local si bien la limitación es que solo se encuentran datos fiables de 1992 en adelante.
Vuelta a la oscuridad tras la salida del líder del poder
Sin embargo, determinadas regiones más desarrolladas o que incluyen las ciudades más importantes de un país, pueden tener más oportunidades de ver nacer a su líder y estar bien iluminadas antes de la llegada de éste al poder. Buscando controlar este efecto los investigadores midieron los cambios de luminosidad de cada región y sus vecinas antes, durante y después de la llegada al poder de determinado líder.
“No hay una diferencia estadística significativa entre aquellas regiones antes de que el líder llegue al poder”, asegura Raschky. “Aún más interesante, en los primeros años en el poder, el grado de iluminación en la región del líder es muy similar al de las otras regiones. Sólo después de unos años, el efecto líder se concreta en más intensidad lumínica”, añade.
Otra observación de este estudio es que en muchos países, la iluminación no deja de crecer durante años mientras que en otros se produce un bajón entre el undécimo y el duodécimo año, dándose este último caso en los países cuyos líderes políticos tienen un número limitado de ocasiones de presentarse a las elecciones.
La conclusión más reveladora del estudio es que una vez que el líder deja el poder, su región vuelve a la oscuridad. “Lo que demuestra que el efecto no es muy sostenible”, comenta Raschky. Una razón podría encontrarse en el hecho de que se produce un aumento temporal del PIB en la región del líder ya que la mayor parte del dinero que el líder desvía a su zona se dedica al consumo. “Una vez que los fondos se agotan, el consumo se acaba. Además, puede que las infraestructuras y otros activos se construyan, se usen y se mantengan pero, una vez que el líder está fuera del poder, no hay más fondos que los hagan funcionar y caen”, añade.