En Logroño se ha instalado en el vial de acceso al Hospital San Pedro, en la senda de los Pedregales, un novedoso alumbrado público, dentro del modelo de eficiencia energética y sostenibilidad en el que la ciudad está inmersa.
En concreto se compone de luminarias tipo LED autosuficientes gracias a la colocación de placas fotovoltaicas en la columna de cada una de las farolas. Con ellas, las farolas siguen el sistema “en isla” que quiere decir que no están conectadas a la red eléctrica sino que se alimentan exclusivamente con la energía solar, una energía “limpia e inagotable”.
“El beneficio ambiental y económico es grande”, ha señalado la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, aportando unos cuadros comparativos en los que gráficamente se pueden observar las ventajas en consumo -de potencia y energía-, reducción de emisiones de CO2, contaminación lumínica, horas de vida de la lámpara, efciacia, costes…
Pero, además, “este proyecto es importante también por ser ejemplo de cómo el espacio urbano, con sus elementos de mobiliario urbano y sus servicios públicos, se convierte en laboratorio de experimentación para nueva tecnología y proyectos de sostenibilidad que redundan en bienestar para los ciudadanos”.
Es por tanto la primera vez que una zona de Logroño acogerá este sistema de alumbrado público, que se suma a otras actuaciones de eficiencia energética que el Ayuntamiento viene desarrollando en los últimos años. Como ha precisado la alcaldesa, “viales como éste, del extrarradio, son los más adecuados para estas soluciones porque al estar ubicados en espacios muy abiertos se favorecen de una exposición continua al sol, sin las sombras de calles más estrechas”.
18 farolas con más de tres días de autonomía
En esta ocasión se ha iluminado un vial de circulación mixta (vehículos y peatones) de 400 metros con zonas de tránsito peatonal y/o ciclista.
A lo largo de este espacio se han ubicado 18 nuevas farolas de última tecnología LED con sistema de captación de energía, dispuestas a 9 metros de altura y en hilera de cada 20 metros en un único lateral.
Las farolas tienen alta resistencia a la corrosión y protección antigraffiti hasta los 3 metros.
El sistema está preparado para que funcione únicamente con energía solar, cargándose durante el día y utilizándose por la noche, teniendo una capacidad de almacenaje que proporcionaría una autonomía de cerca de tres noches completas (24 horas).
Una posibilidad que garantiza el correcto funcionamiento del alumbrado incluso en sucesivas jornadas sin sol y que aún podría prolongar aún más el suministro en caso de ser necesario regulando la potencia (disminuyéndola en un porcentaje pequeño, por ejemplo pasando de un 100% a una potencia del 75 ó 80%) mediante una telegestión. “Es un caso práctico y representativo de los beneficios de un control inteligente de las farolas de la ciudad”.
Esto es posible porque las farolas llevan incluidas unas centralitas inteligentes que se encargan de gobernar todos los parámetros; gestiona los valores de los paneles solares, las baterías y luminarias para adecuar su funcionamiento y ofrecer un resultado óptimo.
Por otra parte, como ha señalado Gamarra, “con esta iluminación, además de las ventajas en sostenibilidad, conseguimos una mayor visibilidad para una vía que hasta el momento carecía de ella y es cada vez más transitada, sobre todo por usuarios del San Pedro pero también por vecinos de los barrios de La Estrella y de Cascajos y por paseantes en general. Con la luz que proporcionan y la disposición de las luminarias conseguimos una mayor visibilidad, y por tanto seguridad, tanto en la acera y el carril bici existente como en las dos calzadas y en la mediana”.
Las obras de instalación del nuevo alumbrado público exterior han sido ejecutadas por la empresa local Electrificaciones Riojanas y en ellas el Ayuntamiento ha invertido 47.111 euros. Las farolas han sido diseñadas y construidas por Ekiona Iluminación Solar.