Linea Light Group presenta una nueva solución desarrollada y patentada por la Universidad de Strathclyde en Glasgow la cual utiliza la luz de alta intensidad de espectro estrecho (High Intensity Narrow Spectrum – HINS) para descontaminar las superficies y prevenir infecciones destruyendo hasta el 70-80% de las bacterias con uso continuado.
Al utilizar una longitud de onda de luz de 405 mm, la solución puede iluminar y descontaminar salas, evitando la necesidad de utilizar tecnologías ultravioletas que utilizan frecuencias entre 240 y 260 nm, y que requieren que las salas están vacías durante la desinfección, además de causar efectos de degradación en los materiales fotosensibles. ¡
La acción de dos fuentes de luz, un LED de color azul violáceo combinado con un LED blanco, permite que esta tecnología, denominada como “Environment Care Lighting” por la compañía, ofrezca dos funciones al mismo tiempo: iluminación y protección de la salud humana.
“Las evaluaciones clínicas llevadas a cabo por la Universidad de Strathclyde determinaron que la iluminación HINS continua es capaz de reducir significativamente la contaminación bacteriana, y un estudio concreto demostró reducciones del 53% después de dos días, del 69% después de cuatro días e incluso del 86% después de siete días”, explica Gianluca Salciccia, Director de Ventas de Linea Light Group.
Linea Light Group utilizará la patente HINS-Light de la Universidad de Strathclyde en luminarias de las colecciones Woofer y Rollip de la compañía, pudiéndose utilizar en oficinas y espacios públicos, hospitales y entornos sanitarios y zonas residenciales y edificios polivalentes.
Tecnología HINS-light
La tecnología denominada como High Intensity Narrow Spectrum Light (HINS-light) se desarrolló en el Laboratorio Robertson Trust de Tecnologías de Esterilización Electrónica (ROLEST) de la Universidad de Strathclyde gracias al trabajo de un equipo de expertos dirigido por el profesor Scott MacGregor, vicedirector de la Universidad, con el profesor John G Anderson, la doctora Michelle Maclean y el profesor Gerry Woolsey.
Esta utiliza una alta intensidad de luz enfocada dentro de un espectro estrecho con un pico de emisión a 405 nm de longitud de onda. Es importante señalar que esto cae justo dentro del espectro de luz visible como se muestra en el diagrama espectral donde aparece como una luz de color azul/violeta. Los investigadores de ROLEST establecieron que una amplia gama de microbios son eliminados por la exposición a la luz de 405 nm. Sin embargo, como luz visible, la luz HINS es segura para la exposición humana y por ello se ha podido desarrollar un sistema de descontaminación por luz visible que es seguro para su uso tanto en entornos ocupados como no ocupados.
La luz HINS mata a los microbios mediante un proceso de inactivación fotodinámica. Esto se debe a que los microbios contienen moléculas sensibles a la luz llamadas porfirinas. Cuando la luz de 405 nm penetra en las células microbianas, la luz reacciona con las moléculas de porfirina y se producen especies reactivas de oxígeno (ROS). Estas sustancias químicas reactivas son muy tóxicas para las células microbianas, causando daños en las estructuras celulares que conducen a la muerte de los microbios.
“Aunque los microbios son eliminados por la luz HINS, ésta es inofensiva para los seres humanos a los niveles empleados. Se han realizado evaluaciones de seguridad utilizando normas internacionalmente aceptadas empleadas por el Comité Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP) y por la Asociación Americana de Higienistas Gubernamentales (AGIH). Estas evaluaciones han demostrado que la luz HINS es tan segura como la luz interior normal y más segura que la luz solar exterior”, detalla el profesor John G. Anderson, investigador de Ingeniería Electrónica y Eléctrica de la Universidad de Strathclyde y miembro del equipo de investigación de la tecnología HINS-light.
La eficacia de HINS-light se ha probado en ensayos clínicos en el Glasgow Royal Infirmary, un importante hospital universitario cercano a la Universidad. En estos ensayos clínicos se evaluaron los niveles de contaminación bacteriana presentes en diversas superficies de la sala de pruebas. A continuación, se encendió la luz durante varios días y se volvieron a tomar muestras de las superficies de la sala. Por último, se apagó la luz y varios días después se volvieron a tomar muestras. De este modo se evaluó la eficacia de la descontaminación de las superficies de la sala. La habitación de prueba estaba ocupada por un paciente y se llevaron a cabo los procedimientos normales de limpieza y control de infecciones, de modo que las reducciones bacterianas obtenidas fueron superiores a las logradas por los procedimientos normales de limpieza y control de infecciones”, declaró el profesor Scott MacGregor.
Fuente de imágenes: Linea Light Group