La asociación europea de la industria de la iluminación, LightingEurope, ha lanzado un nuevo vídeo divulgativo con un objetivo claro: acercar a los profesionales del sector el concepto del Smart Readiness Indicator (SRI), un instrumento regulatorio que transformará la manera en que se evalúa el rendimiento y la inteligencia de los edificios en Europa.
El SRI forma parte de la revisión de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) y comenzará a aplicarse a partir de junio de 2027 en grandes edificios no residenciales con una capacidad de climatización superior a 290 kW. Este indicador pretende medir no solo la eficiencia energética, sino también la capacidad de un edificio para utilizar tecnologías digitales y sistemas automatizados que mejoren su funcionamiento, su capacidad de respuesta ante la red eléctrica y, sobre todo, el confort de los ocupantes.
Una herramienta para medir la inteligencia de los edificios
El Smart Readiness Indicator (SRI) se concibe como un complemento a los certificados de eficiencia energética tradicionales (EPC). Mientras estos últimos miden el rendimiento energético estático, el SRI añade una dimensión dinámica y tecnológica, evaluando hasta qué punto un edificio puede adaptarse a su entorno, a sus usuarios y a la red eléctrica mediante el uso de sensores, automatización y sistemas de control integrados.
En el vídeo publicado por LightingEurope —disponible en su canal oficial de YouTube— se explican de forma didáctica los principios de funcionamiento del SRI, los dominios técnicos que abarca y los criterios de evaluación. Entre ellos, la iluminación ocupa un lugar destacado.
El SRI se basa en tres grandes áreas de impacto:
- Optimización del rendimiento energético y operativo, es decir, la capacidad del edificio para reducir su consumo sin afectar el confort.
- Adaptación a las necesidades de los ocupantes, evaluando cómo los sistemas responden al comportamiento humano, las condiciones ambientales y la salud visual.
- Interacción con la red eléctrica, que valora la capacidad del edificio para ajustar su demanda energética en función de señales externas o variaciones en la generación.
Cada dominio técnico —como climatización, ventilación, seguridad o iluminación— se evalúa según niveles funcionales que determinan su grado de “inteligencia”. En este esquema, los sistemas de control de iluminación son decisivos, ya que combinan ahorro energético, automatización y bienestar de los ocupantes.

La luz como indicador de inteligencia
LightingEurope subraya cómo la iluminación desempeña un papel fundamental en la evaluación del SRI. Funcionalidades como la detección de presencia, el aprovechamiento de la luz natural, la configuración de escenas y la iluminación centrada en el usuario contribuyen de manera directa a mejorar la eficiencia energética y el confort en los edificios.
En palabras de Elena Scaroni, Secretaria General de LightingEurope, “la iluminación inteligente es un factor clave en el rendimiento de los edificios según el SRI. Los sistemas de iluminación que se adaptan a las personas y a su entorno son esenciales para crear espacios energéticamente eficientes, receptivos y confortables. La iluminación inteligente garantiza que los edificios no solo cumplan con las normas, sino que también ofrezcan mejores experiencias de vida y de trabajo”
La incorporación de sistemas de control de iluminación inteligente facilitará, por tanto, el cumplimiento de los nuevos requisitos establecidos por la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) y permitirá que los edificios avancen hacia un modelo de diseño más eficiente, adaptativo y orientado al bienestar de los ocupantes.

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