Autora: Daniela Viloria García. Lightign Designer en Broadway Malyan
Hace poco regresé de la Professional Lighting Design Convention Paris 2017, un evento que sin duda me ha dejado aún más entusiasmada y comprometida con la luz que nunca.
Como es natural, muchos me han preguntado ¿Qué tal me fue? ¿Qué vi? ¿Qué aprendí? ¿De qué hablamos 2000 freakys de la luz durante 3 días seguidos? Y en las preguntas, en su mayoría de mis compañeros arquitectos, otras de amigos de diversas profesiones, se evidencia el profundo desconocimiento generalizado sobre lo que hacemos, cómo lo hacemos y sobre todo para qué sirve. Es culpa nuestra sin duda, probablemente estamos tan fascinados en nuestro micro mundo que no nos hemos percatado de que los demás nos ven como bichos raros sin saber hasta qué punto les podemos afectar la vida diaria. Así que les cuento, a ustedes muggles que viven en la oscuridad, lo que desde mi experiencia han sido los tres temas clave que se trataron recurrentemente durante la PLDC 2017.
Si creen que lo que nos quita el sueño son los vatios y las ópticas, ¡van a alucinar! Nada que ver, eso son solo herramientas para atender los verdaderos retos de los que vamos por la vida iluminando.
Media Architecture
Qué alivio sentí al saber que no soy la única que no sabe cómo encajar las susodichas pantallas LED en el proyecto. Y es que nadie niega que son maravillosas las posibilidades que presenta la capacidad de mediatizar cualquier cosa, pero como todo, hay que digerirlo, estudiarlo, comprenderlo y luego aplicarlo. Vamos a decirlo sin tapujos, la mayoría de las pantallas LED son un invento del demonio que solo está sirviendo para que los arquitectos con pereza de diseñar una fachada en condiciones se disfracen de modernos plantando un televisor en cada superficie ciega, sin ninguna sensibilidad hacia el usuario, la ciudad y todos aquellos temas que sí nos corresponden. ¡Hala! ¡Me he quedado a gusto!
Tampoco entendemos en qué momento se nos encasquetó la responsabilidad de generar contenidos audiovisuales, pero ante el peligro de que dicha tarea la siga asumiendo gente sin comprensión de su efecto en el espacio habitable, pues nos sacrificaremos por la causa y nos comprometemos a integrar el tema audiovisual en el proyecto de iluminación, pero solo como una herramienta más que no debe imponerse a las buenas prácticas de iluminación general. No nos queda otra opción y lo haremos de buen ánimo, vamos a trabajar en la verdadera integración de los componentes digitales en los elementos arquitectónicos para que la arquitectura se expanda en su capacidad de comunicar.
Internet of Things (IoT)
Y como una cosa lleva a la otra, este tema tampoco pasó desapercibido. Primero es una pantalla o lámpara LED, luego la pantalla se conecta a internet, con esa conexión todo usuario se convierte en generador de contenido, con la información que le envías al dispositivo agrandamos la base de datos de Google y ahí ya la hemos liado. Hipotecamos de un solo golpe la arquitectura, la privacidad, la salud, todo.
En este punto sentí que no llegamos a ninguna conclusión ya que su aplicación aún está en desarrollo, pero sí quedó a flor de piel la preocupación común sobre hasta dónde nos puede llevar el tema de la hiperconectividad. ¿Y por qué nos afecta profesionalmente? Porque la industria está pretendiendo que uno de los principales canales de intercambio de datos sean las luminarias y elementos audiovisuales.
Tenemos que ir con pie de plomo con esto de la Smart City, LI-FI, realidad aumentada, inteligencia artificial, entre otros. Hay mucho tema bioético que discutir antes de que nosotros, diseñadores y prescriptores, decidamos incluir estos elementos en los espacios.
Human Centric Lighting (HCL)
Pero no todo es apocalíptico, por fortuna la medicina también avanza y nos empieza a dar las respuestas que llevamos años buscando. Desde hace pocas décadas conocemos la existencia del ritmo circadiano o reloj biológico, descubrimiento que recientemente le ha merecido el Premio Nobel de la Medicina 2017 a los científicos estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young.
Desde entonces el impacto de la luz en la salud es una certeza que aún no hemos podido cuantificar, pero sin duda estamos muy cerca de conseguirlo. Por lo pronto sabemos que tiene un impacto directo en la regulación de este ciclo y que a su vez de éste dependen funciones fisiológicas tan vitales como la regulación del sueño, la liberación de hormonas, el comportamiento alimentario e incluso la presión sanguínea y la temperatura corporal.
Una vez determinemos con exactitud el papel que juega la luz natural en la salud y hasta qué punto algunos tipos luz artificial son perjudiciales, podremos y deberemos replantearnos muchos hábitos y elementos que damos hoy por sentado como los horarios y entornos laborales, el tipo de luminarias que consumimos e incluso la regulación de los ya comentados elementos mediáticos que pueden resultar tan invasivos.
El futuro ha llegado y los Lighting Designers estamos encantados de darle forma.