Son pocos los que han oído hablar del Li-Fi pero debemos de empezar a acostumbrarnos a él, porque esta nueva tecnología se perfila como la sustituta o complementaria del Wi-Fi, 100 veces más rápida y de menor coste.
Este nuevo sistema de conexión inalámbrica ha llegado para revolucionar la manera de acceder a internet. Li-Fi, acrónimo del término inglés light fidelity (“fidelidad de la luz”), emplea luz, en lugar de ondas de radio como el Wi-Fi o el Bluetooth.
En la actualidad la iluminación LED se está convirtiendo en la tecnología de iluminación más usada, tanto para iluminar hogares, edificios, empresas, negocios, etc. Pues bien, la tecnología Li-Fi pretende usar este tipo de iluminación para transmitir información hacia cualquier dispositivo perceptible a la luz LED o que esté dentro del área de incidencia de esta, mediante cambios de intensidad de la luz. Por tanto, la tecnología Li-Fi consiste en transmitir información por medio de la luz LED.
La primera vez que se habló del Li-Fi fue hace seis años, y lo hizo un ingeniero de la universidad de Edimburgo, Harald Haas, en su TED Global Talk donde introdujo la idea de «datos inalámbricos de cada foco».
Los antecedentes del Li-Fi
Tal y como indican en Huffingtonpost.es, la transmisión de información por medio de luz no es una idea novedosa; códigos como el Morse se han empleado históricamente para enviar mensajes a través de señales luminosas, por ejemplo en el mar o en el campo de batalla.
El Li-Fi hace lo mismo, solo que es otra máquina la que recibe y descifra la transmisión. El lenguaje es aún más sencillo que el Morse: código binario, donde encendido es 1 y apagado es 0. Otro antecesor del Li-Fi es el mando a distancia, ya que funciona por luz infrarroja, solo que en este caso la comunicación es unidireccional. También empleamos la luz para comunicaciones a larga distancia por cable, a través de la fibra óptica.
La luz puede codificar mensajes igual que las transmisiones de radio, dado que ambas están compuestas por ondas electromagnéticas; sólo cambia la frecuencia. De hecho, el empleo de luz ofrece una enorme versatilidad: no solo porque las comunicaciones actuales están saturando el espectro radioeléctrico, sino también porque la banda de la luz visible es unas 10.000 veces más ancha que la de las frecuencias de radio.
Transmisión a gran velocidad
Una de las ventajas del Li-Fi es la velocidad de transmisión. Según indica el propio Haas, “el Li-Fi podría transmitir hasta 100 Gbps y posiblemente hasta más, pero esto requeriría un cambio en la tecnología de iluminación”.
En cifras más realistas, los experimentos de laboratorio han logrado velocidades de más de 10 Gbps. Pero según Haas, «los LED comercialmente disponibles hoy aún no han logrado velocidades de transmisión de 1 Gbps».
A pesar de esta gran ventaja, son algunos los inconvenientes que amenazan esta nueva tecnología como por ejemplo la saturación y la necesidad de tener luz para tener Li-Fi, pero a pesar de ello, sí que podría ser una tecnología útil para hospitales, por ejemplo.
¿La luz infrarroja podría ser la solución?
Según el portal Omicrono una estudiante de la Universidad de Tecnología de Eindhoven (Países Bajos) podría haber dado con la solución. Para evitar ambos inconvenientes, Joanne Oh se ha basado en el Li-Fi pero lo ha transformado en otra tecnología. En vez de usar bombillas LED para transmitir la información, usa luz infrarroja y antenas pasivas que no requerirían movimiento.
Este nuevo sistema elimina las desventajas del Li-Fi con bombillas LED. Y es más, lo destroza en términos de velocidad. Los primeros tests de esta tecnología habrían conseguido una velocidad de descarga de 42.8 gbps a 2 metros y medio de distancia. Es decir, sería 100 veces más rápido que los routers WiFi que se suelen tener en los hogares. Aunque también sigue teniendo problemas, como que no puede atravesar paredes.
Todavía quedan algunos años para que esta tecnología se perfile, pero está claro que la luz puede aportar mucho más que alumbramiento.