La imposición de la tecnología LED no sólo abarca el ámbito de la iluminación, también el de la salud y la belleza. Diversas páginas de belleza, centros médicos y de estética señalan a este tratamiento como lo más de 2017 entre los famosos. Nos referimos a los conocidos, científicamente, como tratamientos de terapia fotodinámica. ¿Quieres saber en qué se basan?
La terapia fotodinámica, o más conocida como máscara LED, es una terapia que tiene su origen en la NASA. Así es. La agencia espacial norteamericana tras varios estudios médicos comprobó que la aplicación de luz LED sobre las heridas de los astronautas que volvían de una misión por el espacio cicatrizaban y se curaban más rápido y mejor.
Años después esta tecnología llega a los centros de estética y salud. La terapia, que utiliza longitudes de onda específicas de baja intensidad, es indolora y no genera calor, y se aplica en numerosos tratamientos médicos y estéticos para el rostro, cuello y escote: desde ciertos tipos de cáncer de piel, pasando por lesiones inflamatorias de la piel como, por ejemplo, el acné, e incluso para conseguir un aspecto más rejuvenecido.
La luz LED, aplicada a la piel, es capaz de estimular los tejidos y conseguir una piel más sana, pues estimula la creación de colágeno y elastina; elimina la colagenasa, la enzima responsable de nuestro envejecimiento; consigue un aspecto rejuvenecido del rostro, y aumentan la luminosidad de la piel.
Según el color del LED que se utiliza se pueden alcanzar unos objetivos estéticos u otros. Así, por ejemplo, el color morado sirve para rejuvenecer mientras que el color verde es para eliminar toxinas. Los pacientes que ya la han probado aseguran sentir cambios en su piel de manera inmediata.