Los trenes de alta velocidad son muy sensibles a cualquier material que se deposite sobre la vía, por ello mantener a ésta limpia es de suma importancia. La Universidad Tecnológica de Delft se ha asociado con Strukton Rail para el desarrollo de un dispositivo de limpieza basado en láser que permite eliminar los materiales que haya en la vía y puede ser utilizado a velocidades de hasta 80 kilómetros por hora de momento.
Cada otoño, las hojas caídas son un problema peligroso para los ferrocarriles en gran parte de Europa y América del Norte. Los trenes que pasan aplastan las hojas sobre las vías recubiertas de un material tipo teflón duro, lo que complica el agarre de las ruedas. El reducido contacto entre las ruedas y vías también afecta a los sistemas de señalización y comunicación destinados a evitar que los trenes colisionen. De acuerdo con Network Rail, en el Reino Unido las hojas causaron 4.500.000 horas de retrasos para sus pasajeros en 2013.
En Holanda, el mes pasado, según publica la revista New Scientist se comenzó a probar en algunos de sus trenes el nuevo sistema láser que barre las hojas y residuos de las vías y que en definitiva “borra” los restos orgánicos que haya sobre ellas.
Inclinados hacia abajo (la vía) y encajados justo en frente de una rueda, los láseres vaporizan los residuos acumulados a medida que pasa el tren. También secan los rieles para evitar que nuevas hojas se acumulen. Esto confiere a los trenes de una mejor capacidad de tracción, lo que permite una aceleración y frenado más rápidos.
El uso del láser para eliminar las hojas fue propuesto por primera vez en 1999 por una empresa británica llamada Thor Laser que desarrolló un láser con una temperatura de 5000 ° C, que era lo suficientemente fuerte para desintegrar las hojas a una vertiginosa velocidad de 25.000 veces por segundo. Según explica un portavoz de Network Rail «Esto funcionó muy bien en el laboratorio. Pero cuando se adapta a trenes en movimiento, las vibraciones hacen que sea difícil mantener el láser centrado en los rieles”. Network Rail, finalmente optó por chorros de agua de alta potencia en su lugar.
El equipo holandés ha estado trabajando sobre el problema de enfoque ya que su sistema también apaga brevemente el láser cada vez que las vibraciones hacen que se pierda contacto con el raíl.
Si finalmente consiguen tener una segunda oportunidad, los láseres, una vez más tendrán que competir con los chorros de agua, así como con los chorros de una mezcla de arena-gel conocido como Sandite.
Sin embargo, los láseres tienen ventajas frente al empleo de agua. Los tanques de arena y agua necesitan rellenarse con gran frecuencia y los chorros de agua pueden dañar los rieles y el sustrato que tienen por debajo de su primera capa protectora.
Según Malcolm Higgins, fundador de ThorLaser, quien también actúa como asesor para el proyecto holandés, el láser no daña las vías. Esto es debido a que su longitud de onda de 1064 nanómetros implica que va a ser absorbido por las hojas y otra materia orgánica como el aceite pero no por el metal, por lo que la energía de los rayos láser rebotará fuera de los raíles.
Este nuevo sistema al favorecer una mejor tracción del tren permite a los conductores un manejo más fácil, lo que redundara en una mayor seguridad y comodidad. Si las pruebas diesen los resultados esperados, podría tratarse de un cambio completo en el concepto de limpieza de vías.