Cuando se inventaron, en 1960, los láseres se calificaron como «una solución a la espera de un problema». Desde entonces, se han vuelto omnipresentes y actualmente pueden encontrarse en miles de aplicaciones, en campos muy variados, como la electrónica de consumo, la iluminación, la tecnología de la información, la investigación científica, la medicina, la industria y ahora de manera muy importante dentro de la carrera armamentística de las grandes potencias.
En 1916, Albert Einstein estableció los fundamentos para el desarrollo de los láseres y de sus predecesores, los máseres (que emiten microondas), utilizando la ley de radiación de Max Planck basada en los conceptos de emisión espontánea e inducida de radiación.
En 1928, Rudolf Landenburg informó haber obtenido la primera evidencia del fenómeno de emisión estimulada de radiación.
En 1953, Charles H. Townes y los estudiantes de postgrado James P. Gordon y Herbert J. Zeiger construyeron el primer máser: un dispositivo que funcionaba con los mismos principios físicos que el láser pero que produce un haz coherente de microondas.
El primer láser fue uno de rubí y funcionó por primera vez el 16 de mayo de 1960. Fue construido por Theodore Maiman. En 1969 se encuentra la primera aplicación industrial del láser al ser utilizado en las soldaduras de los elementos de chapa en la fabricación de vehículos y, al año siguiente Gordon Gould patenta otras muchas aplicaciones prácticas para el láser.
Las armas láser proporcionan un complemento cada vez más importante a las armas cinéticas tradicionales en el campo de batalla. En el futuro muy cercano, ofrecerán protección fiable contra amenazas tales como enjambres de drones o gran cantidad de cohetes y morteros.
Varias compañías, principalmente norteamericanas están trabajando intensamente, como la compañía estadounidense Lockheed Martin, dedicada a la industria aeroespacial, militar y de seguridad global ha sido pionera en sistemas de armas láser desde hace más de 40 años, haciendo avances en el control y señalización de precisión, estabilización de línea de visión y óptica adaptativa, funciones esenciales en el aprovechamiento y dirección de la potencia de un rayo láser.
La velocidad de EEUU
Los militares estadounidenses han realizado con éxito las pruebas finales de sus novedosas armas láser y han anunciado que pronto estarán a disposición del Ejército de EEUU.
Estas pruebas marcan el final de un ambicioso proyecto para equipar con armas láser al Ejército de EEUU, informa el sitio oficial de la compañía, y allanan el camino para futuros desarrollos.
A principios de marzo, el teniente general Marshall Webb, jefe del Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea de EEUU, anunció que es posible que EEUU pruebe las armas láser a bordo del avión AC-130 antes del final de este año.
Lo más probable es que el cañón láser esté montado en el lado izquierdo del AC-130, y si la prueba de este año es satisfactoria, será utilizado como arma ofensiva, capaz de desactivar objetivos en tierra sin destruirlos por completo y sin causar «daños colaterales» entre la población civil.
A principios de este año, el contralmirante Ronald Boxall, del Centro Naval de Operaciones de Combate de Superficie de la Armada de EEUU, informó que durante el año 2017 la Marina de Guerra estadounidense tiene previsto llevar a cabo pruebas del sistema láser de combate de 150 kilovatios (kW), que permite no solo destruir drones sino también objetivos aéreos grandes, como misiles de crucero y aviones.
Asimismo, la empresa estadounidense General Atomics prevé instalar un cañón láser de entre 50 y 300 kW a bordo de su dron de combate General Atomics Avenger (Predator C) en 2018.
En abril de este año, el Ejército de EEUU debe proporcionar una ‘hoja de ruta’ para la instalación de los láseres en sus vehículos blindados y el uso probable de estas armas con fines defensivos en la vanguardia contra vehículos no tripulados, proyectiles de mortero y artillería del enemigo. Los expertos militares de EEUU también señalan que los láseres militares móviles actuales no son capaces de hacer frente a los helicópteros rusos Mi-24.
Además, en EEUU se habla cada vez más sobre la revitalización del programa para crear láseres basados en el espacio, el cual fue cerrado como poco perspectivo y caro en 2002.
El resurgimiento de Rusia
A finales de 2016, Rusia llevó a cabo pruebas exitosas del avión A-60, al que se le tiene previsto instalar un láser de combate. En 2009, se realizaron ensayos del cañón láser. Sin embargo, en 2011, los trabajos de desarrollo del armamento láser para el avión se suspendieron. Y ahora Rusia está reactivando este programa y trabajando en el láser de combate Skif-D.
Este mes, el director general de la Corporación de Aviación de Rusia MiG, Iliá Tarasenko, confirmó que el novedoso caza MiG-35 también podría ser equipado con láseres. Anteriormente, el comandante de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, el coronel general Víktor Bíndarev, había anunciado los planes de armar el MiG-35 con estas armas.
La producción en masa de los MiG-35 comenzará después de 2019.
El impulso de China
En febrero de este año, en el marco de la feria y Conferencia Internacional de Defensa realizada en los Emiratos Árabes Unidos, China presentó su sistema láser Silent Hunter de 50-70 kW, capaz de desactivar motores de automóviles a una milla de distancia.
La presentación provocó una pregunta razonable por parte de EEUU: ¿qué tendrá China en su arsenal de armas láser, si muestra abiertamente este tipo de instalaciones en las exposiciones internacionales? Para comparar, el láser instalado actualmente en el barco estadounidense USS Ponce tiene una capacidad de 33 kW.
En otoño de 2016, en una feria en Sudáfrica, China presentó otro complejo móvil terrestre Low Altitude Guard II sobre la base de un camión militar convencional, equipado con un cañón láser de 30 kW para destruir aviones y helicópteros.
En febrero, el experto estadounidense Richard Fisher presentó al Congreso de Estados Unidos información sobre el progreso de China en la creación de armamento láser, tras lo cual los medios rusos y extranjeros volvieron a citar material del 2013 de la revista china Chinese Optics.
En aquel entonces, los principales científicos chinos en el campo de los láseres militares propusieron llevar a la órbita un láser químico de cinco toneladas en 2023 para incapacitar los satélites de EEUU. Los mismos científicos señalaron que, en 2005, China había realizado pruebas exitosas para desactivar los satélites en órbita con el uso de un láser basado en tierra de una potencia de 50-100 kW.