En México se celebró el pasado sábado, 3 de diciembre, la octava edición de la Noche de las Estrellas bajo la temática “Menos focos, más estrellas en busca del cielo perdido”. La edición de este ha contado con más de 90 sedes y pretende, entre otras cosas, recuperar el cielo oscuro como un patrimonio de la humanidad.
La Noche de las Estrellas tuvo como sede central las Islas de Ciudad Universitaria en México, donde se llevaron a cabo diversas actividades: charlas, talleres y observaciones abiertas a todo el público. Aunque también se realizaron actividades paralelas en casi todos los estados de la república.
El objetivo central de la Noche de las Estrellas es acercar la ciencia a la ciudadanía. La iniciativa, que se inició en 2009, empezó al principio con 26 sedes, y este año se han sumado 91.
La lucha contra la contaminación lumínica
Una de las principales preocupaciones planteadas este año en La Noche de las Estrellas ha sido la recuperación del cielo oscuro como un patrimonio de la humanidad. Para José Franco, coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Fccyt) y coordinador del proyecto Noche de las Estrellas 2016, la contaminación lumínica “es un tema que puede parecer cosmético, pero no lo es (…) Es la menos obvia de todas las formas de contaminación, pero también tiene consecuencias importantes”.
Al respecto, explicó que impacta en la flora, la fauna y el ser humano. “De hecho, en la Riviera Maya ya hay registro de las fuertes consecuencias porque las especies de insectos, plantas y hasta animales acuáticos sufren las consecuencias del exceso de luz, es decir, el exceso de luz no solo afecta el metabolismo de las personas, sino que también genera efectos ambientales bastante severos”.