La luz azul que encontramos en los actuales dispositivos digitales, tales como teléfonos, tablets, ordenadores, etc, así como la luz azul proveniente del sol, transforma moléculas vitales de la retina del ojo en auténticas asesinas celulares. Esta es la principal conclusión sacada del estudio realizado por químicos de la Universidad de Toledo en Estados Unidos.
El proceso descrito en el estudio, que se publicó recientemente en la revista Scientific Reports, conduce a la degeneración macular relacionada con la edad, una de las principales causas de ceguera en Estados Unidos.
“Estamos expuestos a la luz azul continuamente, y la córnea y la lente del ojo no pueden bloquearla ni reflejarla”, comentó la Dra Ajith Karunarathne, profesora asistente en el Departamento de Química y Bioquímica de la Universidad de Texas. “No es un secreto que la luz azul daña nuestra visión al afectar a la retina del ojo. Nuestros experimentos explican cómo sucede esto, y esperamos que esto conduzca a terapias que desaceleran la degeneración macular”.
La degeneración macular se trata de una enfermedad ocular incurable que ocasiona una pérdida significativa de la visión y que comienza en promedio a una edad de entre 50 y 60 años. La degeneración macular supone literalmente la muerte de las células fotorreceptoras en la retina. Esas células necesitan moléculas denominadas “retinales” para detectar la luz y accionar una cascada de señales al cerebro.
El laboratorio de Karunarathne descubrió que la exposición a la luz azul provoca que la retina desencadene reacciones que generan moléculas químicas venenosas en las células fotorreceptoras.
“Es tóxico. Si haces brillar luz azul sobre la retina, las moléculas retinales mata a las células fotorreceptoras”, explica Kasun Ratnayake, estudiante de doctorado que trabaja en el grupo de química celular de Karunarathne. “Las células fotorreceptoras no se regeneran en el ojo. Cuando están muertas, están muertas para siempre”.
Kaunarathne introdujo células moléculas retinales en otro tipos de células del cuerpo humano, como células cancerígenas, células del corazón y neuronas. Cuando estas fueron expuestas a luz azul, este tipo de células murieron como resultado de la combinación con las moléculas retinales. La luz azul sola, o las moléculas retinales sin luz azul no tenían ningún efecto en la célula.
“No se registró ninguna actividad con la luz verde, amarilla o roja”, añade Kartunarathne. “La toxicidad generada en las moléculas retinales por la luz azul es universal. Y puede matar a cualquier tipo de célula”.
Los investigadores encontraron que una molécula denominada Alfa Tocoferol, un derivado de la vitamina E y un antioxidante natural en el ojo y el cuerpo, impide que las células mueran. Sin embargo, a medida que una persona envejece o se suprime el sistema inmunitario, las personas pierden la habilidad para luchar contra el ataque de las moléculas retinales y la luz azul.
El laboratorio está actualmente midiendo la luz que proviene de dispositivos como la televisión y pantallas de teléfonos inteligentes y tablets, para comprender mejor cómo las células en el ojo responden a esta exposición diaria de luz azul.
“Si nos fijamos en la cantidad de luz que sale de los teléfonos móviles, no es algo de lo que alegrarse, pero parece tolerable”, concluye el Dr John Payton, profesor asistente en el Dpto. de Química y Bioquímica de la Universidad de Texas. “Algunas compañías de teléfonos están agregando filtros de luz azul a las pantallas, y creo que es una buena idea”.
Para proteger sus ojos de la luz azul, Karunarathne recomienda usar lentes de sol que puedan filtrar tanto la luz ultravioleta como la azul en el exterior y evitar mirar teléfonos celulares o tabletas en la oscuridad.
«Cada año se informan más de dos millones de nuevos casos de degeneración macular relacionada con la edad en los Estados Unidos», dijo Karunarathne. «Al aprender más sobre los mecanismos de la ceguera en busca de un método para interceptar las reacciones tóxicas causadas por la combinación de luz azul y las moléculas retinales, esperamos encontrar una forma de proteger la visión de los niños que actualmente crecen en un mundo de alta tecnología».