La Junta de Castilla y León está convencida de que el desarrollo de políticas de ahorro energético y educación en hábitos de consumo razonables reporta beneficios a la economía, tanto en la actividad empresarial como en el hogar. Por eso, la Junta castellana ha impulsado medidas para la consecución de sus objetivos.
Conscientes de que la energía es un bien escaso y sus fuentes se agotan, la Consejería de Economía y Empleo está impulsando políticas de ahorro energético a partir de fuentes renovables. Estas políticas parten de la idea de crear una conciencia verde en los ciudadanos mediante campañas de información en las que se destaca el ahorro conseguido en poco tiempo siguiendo unas pautas de consumo racional.
Etiquetado energético
En este sentido, el etiquetado energético, aplicado tanto a los vehículos como a los electrodomésticos y, como novedad, a los edificios, constituye una medida de ahorro energético y respeto al medio ambiente cuya rentabilidad es casi inmediata en términos de ahorro para la economía de los ciudadanos. Además el ciudadano debe entender que una opción de compra de un producto energéticamente más eficiente mejora el entorno, y reduce la dependencia energética del exterior y la emisión de contaminantes.
Electrodomésticos
El etiquetado energético es un elemento clave para permitir el ahorro energético y la adquisición de hábitos de consumo de energía responsables, ya que orienta al consumidor hacia los aparatos más eficientes y respetuosos con el entorno y motiva a la industria a mejorar el diseño, y la I+D+i para poder competir en el mercado. La elección por ejemplo de un frigorífico clase A frente a uno clase C puede ahorrar hasta 322 euros en la factura eléctrica a lo largo de su vida útil. Es decir, si se opta por electrodomésticos más eficientes, nuestra factura de la luz puede llegar a reducirse hasta un 25 %.
Iluminación y ordenadores
En el caso de la iluminación también podemos encontrar el mismo tipo de etiqueta, incluyendo además información sobre los lúmenes (cantidad de luz aportada), los vatios (consumo), y el tiempo de vida de la lámpara. La sustitución de bombillas que suelen estar encendidas unas 5 horas al día, por lámparas de bajo consumo, puede reducir la factura eléctrica de un hogar entre un 15 y un 20 %. Del mismo modo, los ordenadores con etiqueta Energy Star pueden reducir hasta un 70% las emisiones de CO2, pero debemos tener en cuenta que no se debe abusar de los modos stand by que permiten disminuir el consumo, y apagar completamente los aparatos si no van a ser usados en un periodo de tiempo superior a una hora.
Edificios
En cuanto al ahorro energético en los edificios, la Junta de Castilla y León, cree fundamental la implantación del certificado energético de edificios, ya que el alto número de viviendas construidas en la Comunidad antes de la crisis, ha aumentado de forma significativa el consumo. Teniendo en cuenta que la fachada, la cubierta y las ventanas son las partes esenciales del edificio las medidas van encaminadas al aislamiento de esas partes. Hay que tener en cuenta que en la climatización de las viviendas, un grado de diferencia en los meses de verano o de invierno puede suponer hasta un 5% de consumo.
Con todo ello, la aplicación del certificado energético de edificios por parte de la Junta de Castilla y León busca limitar la demanda energética de todo tipo de construcciones, optimizar el rendimiento de las diferentes instalaciones de un inmueble y fomentar el uso de energías renovables en las viviendas busca que tanto el bolsillo del consumidor como el medio ambiente salgan claramente beneficiados.