La innovación como epicentro de nuestra economia

Hace unos días publicábamos en este medio “En cifras” dando paso a un nuevo apartado dentro nuestra sección de “Negocios/Mercado” donde nuestro objetivo es dar a nuestros lectores y en una sola imagen las cifras y datos de un sector o parte de nuestra economía.

Nos decidimos empezar por la I+D+i porque en esta editorial entendemos que España no tiene futuro si piensa que con su inversión en I+D (1,24% del PIB) puede competir en el mundo. Es la hora de que la innovación conquiste el corazón de nuestro sistema económico.

Todo el mundo habla de que Corea del Sur es el paradigma y nosotros estamos de acuerdo. En el año 2014 tuvimos la oportunidad de asistir a varios eventos a raíz de la presentación en España de la Cámara de Comercio Española- Coreana y escuchamos con todo detenimiento, atención y fascinación el milagro Coreano, que sufrió una crisis varios años antes que España y decidió doblar su esfuerzo en innovación.

Corea del Sur  ha crecido rápidamente desde la década de 1950. Hoy en día, es la 13ª economía más grande (por PIB PPA) del mundo[ ]y está clasificado como país desarrollado por la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).[][] []También se encuentra entre los países más avanzados tecnológicamente y mejor comunicados;[ ]es el tercer país con mayor número de usuarios de Internet de banda ancha entre los países de la OCDE, siendo también uno de los líderes globales en producción de aparatos electrónicos, dispositivos semiconductores (por ejemplo para tecnología LED) y teléfonos móviles. []También cuenta con una de las infraestructuras más avanzadas en el mundo[] y líder mundial en la industria de la construcción naval, encabezada por compañías prominentes como Hyundai Heavy Industries.

Hoy, Corea del Sur, destina a la innovación 50.000 m$ al año y exhibe una buena lista de multinacionales entre la que brillan Samsung, LG y Hyundai. Por el contrario España, ignora esta realidad de los tiempos y rebaja temerariamente la inversión en I+D. Lamentablemente nos distanciamos del mundo donde la diferencia la marcan corporaciones como Apple o Google o lugares emblemáticos como Silicon Valley.

Los expertos dicen que nos faltan 85.000 profesionales en el sector de las TIC: matemáticos, ingenieros, informáticos, etc. Y falta superar nuestra actitud: los prejuicios hacia el emprendedor y la gran ausencia de educación y digitalización desde la raíz en la cultura de la audacia empresarial y sobre todo la “segunda oportunidad”: Para triunfar hay que fracasar primero. No hay tiempo que perder porque la competencia es brutal.

Con todo, España está llena de virtudes. Somos una potencia turística y agroalimentaria, con una red de infraestructuras envidiable y gozamos de una excelente situación geográfica donde converge Europa y Africa, el Atlántico y el Mediterraneo. Con un clima benigno y una esperanza de vida generosa y una sanidad, pese a los recortes, envidiable, necesita sin embargo, mayor empuje del sector privado. Aunque Telefónica, Amadeus, Acciona o Iberdrola se cuelan en el top 1000 de la innovación mundial, las pymes no rinden proporcionalmente un nivel similar.

España ha llevado a cabo, en los últimos 40 años, una transformación hacia la prosperidad como muy pocas se conocen el mundo y esto nos ha permitido dar un gran salto, pero sin ningún género de duda, que toca volver a construir país e inventar una nueva España más innovadora y tecnológica: educación, digitalización, industrialización e internacionalización. Estos cuatro, son los catalizadores de un cambio obligado en el que por ahora sólo estamos acertando y como salida de la crisis para muchas empresas en la internalización.

Catching DetailsTenemos que aprovechar nuestro talento innovador y capacidades científicas y tecnológicas en esta etapa de recuperación, para no caer en ciertos errores del pasado. Hay que crear nuevas industrias en los nichos más intensivos en conocimiento y, al mismo tiempo, hacer evolucionar a las empresas tradicionales con la ayuda de las diferentes tecnologías:TIC, nanotecnología, biotecnología, etc., que se consideran claves para su futura competitividad. La innovación no es una cuestión de sectores porque atañe a toda la economía, tampoco es cuestión de tamaños. Parte de las innovaciones más productivas en el medio plazo proceden de capacidades existentes conectadas de forma diferente para adaptarlas a las nuevas tendencias. La innovación deber ser una actitud que debe penetrar en toda la sociedad.

Por parte de los políticos se necesita apoyo en cualquier buen proyecto, venga de donde venga. Y una vez más impulsar la colaboración público-privada, ante la falta de un diálogo sistemático y verdadero.

Respecto a la formación, hay demasiadas personas sin formación y otras muchas que no sirven para el mercado. Siendo la educación una de las cuestiones clave para impulsar la innovación en España, llevamos años debatiendo sobre ella, sin encontrar un punto de equilibrio. La Comisión Europea ha estimado que Europa necesita 700.000 profesionales altamente cualificados en áreas relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación si no quiere que su competitividad se hunda frente a EE.UU, Japón o gigantes emergentes como China.

Volviendo al principio de nuestra editorial de hoy, la comparación entre Corea del Sur y España es un libro abierto sobre lo que hay que hacer de cara al futuro. Entre 1998 y 2003, el dragón asiático tuvo una de las peores crisis de su historia. Lo mismo ha ocurrido a España 10 años más tarde. Sin embargo, las respuestas de ambos países para salir adelante han sido muy diferentes: mientras que Corea del Sur aumentó más de un 50% su inversión en I+D durante la crisis, pasando de una inversión de 16.000 m$ a más de 25.000 m $, España redujo un 10% sus inversiones durante la recesión.

El papel de la Administración no tiene que ser el de liderar el proceso, sino evitar trabas que frenen la innovación, permitir que las ideas se desarrollen. Necesitamos visión y saber a qué aspiramos.

 

 

 

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