Ya no es sólo una palabra de moda. Algunos dicen que blockchain es definitivamente «el nuevo internet» o «el internet de valor», es decir, un catalizador que lo revolucionará todo. Sin embargo, los críticos argumentan que el vocablo en cuestión se ha exprimido tanto que el concepto se ha vuelto algo confuso, ya que ya no hay un blockchain, sino muchas blockchains: cadenas de bloques públicas, como Bitcoin o Ethereum; cadenas de bloques privadas, y cadenas de bloques de consorcio, cada una con sus especificaciones concretas.
En cualquier caso, en su base, tienen tecnologías de contabilidad distribuida (DLT, en inglés). Y eso significa que funcionan como una base de datos compartida, que no se almacena en un único lugar sino en diferentes computadoras de todo el mundo. Cada pieza de esta base de datos (llámala bloque) está encriptada y tiene una ID (hash) que está vinculada a la pieza anterior y a la siguiente de la cadena. Al final del proceso, se obtiene la información inicial completa e intacta, y ésa es la magia del asunto. Este método también hace que la tecnología sea razonablemente segura y una herramienta valiosa para autentificar no sólo las transacciones, sino también cualquier transferencia de datos entre diferentes partes a través de la red.
En resumen, de momento, muy problablemente el concepto no aparecerá todavía en los programas de prime time, pero lo cierto es que va ganando cuota de pantalla. Las empresas son conscientes del potencial de blockchain para reinventar procesos y ya hay innumerables ejemplos de su implementación en todos los sectores. No sólo en áreas relacionadas con las criptomonedas, como pagos o identificación digital, sino también en cadenas de suministro, salud, el sector inmobiliario, la música, la energía, la pesca e incluso la protección de especies en peligro de extinción, por citar sólo algunas.
Blockchain e IoT: ¿una combinación perfecta?
Estos mismos sectores están integrando más y más dispositivos conectados. La tecnología blockchain se puede utilizar para rastrearlos y procesar las transacciones y la coordinación entre esos dispositivos. Así pues, blockchain parece ser la bala de plata que necesita la industria IoT para resolver problemas de escalabilidad, privacidad y fiabilidad. ¿Pero lo es? ¿Son blockchain e IoT una pareja perfecta?
«Tiene todo el sentido del mundo considerar que IoT use blockchain», dice Marc Rocas, presidente de Blockchain Catalunya. «En primer lugar, teniendo en cuenta los volúmenes de dispositivos que se espera que se conecten en los próximos años, una arquitectura centralizada o en la nube no suma. Las arquitecturas distribuidas son necesarias porque agregan redundancia y, por lo tanto, seguridad, lo que significa que ofrecen una mejor resistencia a los ataques. Además, se espera que los dispositivos sean «autónomos» para negociar conectividad y rutas óptimas, y esto también implica una cierta autonomía de transacciones, que se pueden implementar vía contratos inteligentes (smart contracts)», añade.
Sin embargo, Rocas deja igualmente claro que aún es pronto para determinar cuál será la solución o el estándar dominante. Actualmente, IOTA, tecnología de contabilidad distribuida de código abierto que utiliza una arquitectura propia (Tangle), en lugar de bloques, parece haber tomado la delantera, ya que da la sensación de estar especialmente diseñada para impulsar el internet de las cosas.
La razón es que no integra ninguna entidad que gestione los pagos, ni mineros que confirmen las transacciones. Es la propia comunidad quien verifica los registros, eliminando, así, la necesidad de intermediarios y comisiones y, en teoría, reduciendo también el consumo de energía que requiere el proceso. Estos factores son esenciales cuando se tiene en cuenta que la red de IoT procesará miles de millones de microtransacciones entre dispositivos diariamente en los próximos años. Recordemos que Gartner estima que en 2020 habrá unos 26.000 millones de dispositivos conectados.
Compañías como Bosch, Fujitsu, Den Norske Bank y Volkswagen ya han anunciado proyectos basados en el protocolo IOTA. También hay ejemplos de integración de IOTA en diferentes sectores IoT, incluyendo la movilidad, la energía, el IoT industrial o la administración.
Desafíos de las DLT
Sin embargo, el uso de la tecnología DLT plantea algunos desafíos. Sus detractores dicen que a pesar de la escalabilidad teórica de Tangle, el protocolo de IOTA tiene un consumo de energía relativamente alto. Además, todo el proceso es computacionalmente complejo teniendo en cuenta las capacidades limitadas de muchos dispositivos IoT y puede ser inviable en ciertos casos.
Montse Guardia, directora general de Alastria Blockchain Ecosystem, considera que IOTA es una gran apuesta que aún necesita tiempo para madurar para que los usuarios aprendan y se adapten mientras se desarrolla. «No es solo marketing, pero aún queda un largo camino en su desarrollo para poder aprovechar su potencial», afirma.
Toda nueva tecnología necesita tiempo para consolidarse. Las blockchains no son una panacea. De hecho, ya han sido hackeadas. Era cuestión de tiempo. Nada es infalible. Además, la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR, en inglés) también representa un gran desafío para las blockchains. ¿Serán algún día perfectas? No. Pero esa es la magia de la tecnología. Y se llama disrupción.
Mientras tanto, el Blockchain Solutions World que se celebrará en el marco del IoT Solutions World Congress del 29 al 31 de octubre se centrará en soluciones y casos de éxito reales.
Sabemos que cuando algo parece demasiado bueno para ser verdad, es casi seguro que lo es. «Por eso queremos darles a los visitantes de nuestro evento las herramientas necesarias para hacer las preguntas clave al evaluar propuestas de valor, encontrar marcos para decidir las mejores opciones técnicas en cada etapa y garantizar que las soluciones brinden los resultados empresariales deseados», concluye el director de IoT Solutions World Congress, Roger Bou. El resto dependerá de cada empresa.
Autora: Anna Solana, colaboradora de IoTSWC 2019