La globalización está presente en todos los ámbitos relacionados con el medioambiente. Son muchos los beneficios que ha generado el desarrollo tecnológico permitiendo una integración global de todas las políticas y economías, pero también existen consecuencias desfavorables que afectan directamente a la gestión y protección medioambiental.
Ante la eliminación de barreras comerciales se crea un mercado global, que ha generado un incremento importante del consumo de recursos energéticos como consecuencia de las mayores distancias que recorren las materias primas o los productos manufacturados en países donde la mano de obra es más barata.
Dado que la demanda de consumidores ahora es mayor, puesto que el ámbito de comercialización de productos es internacional, los países más pobres deben sobrexplotar sus recursos (bosques, recursos agrarios o pesqueros…etc). Igualmente deben utilizar estos recursos cuando la deuda externa les obliga a hacerlo, por no tener otra posibilidad de poder hacer frente a la misma.
Otro aspecto importante y que afecta directamente a la gestión ambiental es el importante aumento de la competitividad, como consecuencia de la globalización. Al enfrentarse a mayores niveles de exigencia, en numerosas ocasiones las empresas y organizaciones reducen sus estándares ambientales para poder disminuir sus costes de producción. Por esta razón muchas multinacionales sitúan sus fabricas en países donde la mano de obra es más barata, la legislación ambiental es menos exigente y en definitiva, los costes disminuyen considerablemente, haciendo al producto más competitivo.
Además, es obvio pensar que la globalización, con todo lo que ello conlleva, ha incrementado el consumismo a niveles insospechados e injustificados generándose nuevamente una sobrexplotación de recursos para poder cubrir la demanda que se genera.
Como consecuencia del deterioro ambiental que se produce, muchos países están tratando de establecer soluciones a medio y largo plazo que permitan que se genere un crecimiento sostenible y que las consecuencias negativas de la globalización para el medioambiente puedan quedar minimizadas.
Existen algunos aspectos que son clave para tratar de minimizar los efectos nocivos de la globalización sobre el medioambiente:
– Educación ambiental: Resulta fundamental poder concienciar a todos los individuos desde el inicio de su desarrollo a cerca de su responsabilidad sobre el entorno y las consecuencias que sus acciones tienen sobre éste. La Educación ambiental y su aplicación sobre la sociedad suele ser proporcional al grado de desarrollo de un país, por ello resulta fundamental que aquellos países con mayores recursos, destinen una parte de los mismos a promover la educación no solo en su propio territorio, sino también en aquellos que son más pobres y difícilmente pueden hacerlo de manera independiente.Al fin y al cabo todos vivimos en el mismo planeta y su protección es una responsabilidad compartida.
– Normativa armonizada. En ámbitos como el europeo, se crean políticas que establecen objetivos comunes para los países afectados por las mismas. Desde hace más de 20 años se trabaja en el establecimiento de requisitos de aplicación y de obligado cumplimiento para aquellos países que desean pertenecer a una Europa Única. En los últimos años se está trabajando en la integración de Directivas Europeas que se interrelacionen modelando un proceso de fabricación del producto que cumpa todos los objetivos relacionados con la protección ambiental. Un ejemplo es el paquete de medidas de Economía circular que se está trabajando actualmente en Bruselas y que promueve la fabricación sostenible de productos tomando en cuenta aspectos como el ecodiseño, eficiencia energética, gestión del residuo…etc.
Promover el desarrollo sostenible es fundamental para proteger nuestro medioambiente. La promoción de valores que estimulen patrones de consumo dentro de los límites que permite la correcta gestión de nuestro entorno es la clave para evitar poner en peligro a los ecosistemas naturales que constituyen la base de la vida en la tierra.
Siendo como es el fomento del desarrollo sostenible una clara solución al problema de la globalización, surgen claras dudas sobre como potenciar el mismo. ¿Como promover que las diferencias económicas entre países afecten de la menor manera posible al desarrollo sostenible? ¿Como tratar de armonizar a nivel mundial unos estándares medioambientales que tengan semejante repercusión sobre los diferentes modelos económicos existentes en nuestro planeta para así evitar que se produzcan situaciones ventajosas dependiendo de donde se desarrollen los procesos de fabricación?
A día de hoy el ser humano todavía no ha resuelto una de las claves necesarias para proteger su propia supervivencia, el reto del siglo XXI sin duda es lograr la «globalización medioambiental» y conseguir que cada punto de nuestro planeta goce del mismo nivel y medidas de protección independientemente de la localización del mismo.