En tiempos de pandemia el distanciamiento social es un deber y el teletrabajo la opción que las empresas tienen que implementar para seguir con su actividad comercial. Ante esta situación, las comunicaciones online se han convertido en herramientas fundamentales para afrontar el confinamiento, permitiendo reunirse de forma “virtual” con clientes y compañeros, así como el realizar diversas acciones formativas en forma de webinars u otro contenido audiovisual. Con este uso exponencial de los dispositivos móviles y de video, ahora más que nunca, es importante entender cómo el uso de estas tecnologías pueden impactar en la comunicación. ¿Son todas las formas de comunicación online iguales? ¿Qué tenemos que tener en cuenta a la hora de ponernos en frente de la cámara?
En un pionero estudio, los neurocientíficos de la Florida Atlantic University demuestran cómo la mirada de una persona se altera durante la tele-comunicación si piensa que la persona del otro lado de la conversación puede verlos. Las personas somos muy sensibles a la mirada de otros e incluso bebés de dos días prefieren las caras en las que las ojos les miran de forma directa. El fenómeno conocido como “señal de mirada”, es una poderosa herramienta para fijar la atención.
A lo largo de casi toda la historia de la humanidad, las conversaciones se han llevado a cabo generalmente cara a cara, sabiendo hacia donde miraba cada interlocutor. Ahora, con la comunicación virtual, esta suposición ya no es válida – a veces la gente se comunica con las dos cámaras encendidas mientras que otras veces solo el que en ese momento está con la palabra puede ser visible. Los investigadores se propusieron determinar si el ser observado afecta el comportamiento de las personas durante la comunicación online.
Estudiando las señales visuales en video-comunicaciones online
Investigaciones anteriores han demostrado que el comportamiento de la mirada sobre la cara de un interlocutor durante la codificación del habla está influenciado por una serie de factores relacionados con la calidad de la señal del habla y la tarea de codificación. En esos estudios, los participantes eran conscientes de que estaban viendo estímulos pregrabados de un hablante que no son representativos de las interacciones sociales naturales en las que un interlocutor puede observar la dirección de su mirada, lo que puede afectar al comportamiento de fijación debido a consideraciones comunicativas y sociales. Para evaluar el posible papel de esos factores el estudio, publicado en la revista científica Attention, Perception & Psychophysics, compara el comportamiento de fijación en 173 participantes bajo dos condiciones: una en la que los participantes creían que estaban participando en una interacción en tiempo real y otro en la que sabían que estaban viendo un video pregrabado.
Los neurocientíficos querían saber si la fijación de la cara aumentaría en las condiciones de tiempo real, basado en la expectativa social de enfrentarse al interlocutor y llamar su atención, o si en cambio llevaría a una mayor evitación de la cara. De manera similar, también querían determinar en qué parte de la cara se fijaban los participantes. ¿Serían los ojos en la situación de tiempo real o en las pregrabadas en las que se eliminan las demandas sociales de hacer contacto visual? ¿Pasarán los participantes más tiempo mirando a la boca para codificar la conversación, lo que concuerda con estudios anteriores que muestran mayores fijaciones en la boca durante una tarea de codificación?.
Los resultados del estudio muestran que los participantes se fijaban en la cara completa en las condiciones de tiempo real y significativamente menos en las condiciones pre-grabadas. En las condiciones pre-grabadas, el tiempo de atención sobre la boca era significativamente mayor que en tiempo real. No hubo diferencias significativas en el tiempo dedicado a la fijación en los ojos entre ambas condiciones. Estos hallazgos pueden sugerir que los participantes se sienten más cómodos mirando directamente a la boca de un hablante – lo que anteriormente se ha considerado óptimo para codificar el habla – cuando piensan que nadie los está mirando.
«Debido a que la dirección de la mirada transmite tanta información socialmente relevante, es probable que el comportamiento de la propia mirada se vea afectado por el hecho de que los ojos sean visibles para el hablante», explica el coautor del estudio Elan Barenholtz. «Por ejemplo, las personas pueden intentar señalar que están prestando más atención a un hablante fijando su cara o sus ojos durante una conversación. Por el contrario, el contacto visual prolongado también puede percibirse como agresivo y, por lo tanto, el hecho de notar los ojos de uno podría conducir a una menor fijación directa de la cara o los ojos de otra persona. De hecho, las personas realizan movimientos oculares evasivos rompiendo y reformando periódicamente el contacto ocular durante las conversaciones».
Hubo una tendencia muy significativa de los participantes que participaban en la interacción percibida en tiempo real a mostrar un mayor comportamiento de fijación evasiva, lo que apoya la idea de que los contextos sociales alejan las fijaciones de la cara en comparación con cuando el contexto social no es un factor. Cuando la cara estaba fijada, la atención se dirigía hacia la boca durante el mayor porcentaje de tiempo en la condición pregrabada frente a la condición en tiempo real. La falta de diferencia en el tiempo dedicado a la fijación de los ojos sugiere que las fijaciones adicionales en la boca en la afección pregrabada no se produjeron a costa de una menor fijación de los ojos y deben haber derivado de una menor fijación en otras partes de la cara.
Se realizaron comparaciones sobre el tiempo de fijación en ojos y boca en ambas situaciones, siendo los ojos, de forma significativa, que recibieron mayor atención. El o, la edad, el origen cultural y el idioma nativo no influyeron en el comportamiento de fijación en las distintas afecciones.
«Independientemente de los mecanismos específicos que subyacen a las diferencias observadas en los patrones de fijación, los resultados de nuestro estudio sugieren que los participantes estaban tomando en cuenta consideraciones sociales y de atención en la condición en tiempo real. Dado que se ha encontrado que la codificación y la memoria se optimizan mediante la atención a la boca, que se redujo en general en la condición en tiempo real, esto sugiere que las personas no se centran completamente en la codificación del habla en una interacción en vivo», concluye Barenholtz.