La Comisión Europea adoptó el pasado 11 de marzo el formato final y la identidad visual de las nuevas etiquetas de eficiencia energética que afecta a 6 grupos de productos, entre ellos las lámparas.
La nuevas etiquetas prescinden de las clases superiores (A+++, A++ y A+) que dificultan a los consumidores el identificar y comparar los productos más eficientes, y se vuelve a la conocida y eficaz escala de “de la A a la G”. Un elemento nuevo en los nuevos modelos es un código QR con el que los consumidores podrán obtener información adicional oficial (no comercial) escaneando dicho código desde el móvil.
Asimismo, en función del producto, las etiquetas energéticas no sólo mostrarán el consumo de electricidad, sino también otros datos energéticos y no energéticos, con pictogramas intuitivos, para comparar productos y poder elegir con mayor conocimiento de causa: capacidad de almacenamiento, ruido emitido, etc.
Estas nuevas etiquetas serán visibles para los consumidores europeos en las tiendas físicas y online a partir del 1 de marzo de 2021. En ese año se pondrá en marcha una campaña de información en toda la UE dirigida a sus ciudadanos.
Un cambio de etiquetas necesario
Desde su introducción hace 20 años, la etiqueta energética de la UE ha tenido un éxito incuestionable: el 85% de los consumidores europeos la reconocen y la utilizan en el momento de compra. También ha impulsado la innovación en la industria y la competencia, con la comercialización de nuevos productos que mejoran progresivamente su clasificación energética. Aunque al principio la mayoría de los modelos se situaban en las clases más bajas (es decir, E, F y G), los nuevos modelos fueron mejorando su clasificación, hasta llegar a la situación actual, en la que la mayoría está en las clases superiores (A+++, A++ y A+) y no se encuentra ningún producto en las clases más bajas (en algunos casos, ni siquiera en la clase A). Sin embargo, este resultado positivo hace ahora más difícil para los consumidores distinguir los productos más eficientes: al comprar un producto de clase A+ podrían pensar que compran uno de los más eficientes del mercado, cuando, en realidad, a veces están comprando un producto medio o incluso uno de los menos eficientes.
Con el fin de facilitar a los consumidores la comprensión y la comparación de los productos, la UE ha decidido que en el futuro solo haya etiquetas energéticas “de la A a la G”. En 2017, la UE adoptó un sistema revisado de etiquetado energético que consiste en lo siguiente:
- La vuelta a la conocida y eficaz escala de etiquetado energético «de la A a la G» para los productos eficientes desde el punto de vista energético, reescalando las etiquetas existentes.
- Una base de datos digital para nuevos productos eficientes desde el punto de vista energético, de manera que todos los nuevos productos que se comercialicen en la UE estén registrados en una base de datos en línea, lo que mejorará la transparencia y facilitará la vigilancia del mercado por parte de las autoridades nacionales.
Es por ello que ahora, la Comisión europea ha adoptado el formato e identidad visual definitivos de las nuevas etiquetas de eficiencia energética para 6 grupos de productos. Cinco grupos de productos de electrodomésticos con etiquetas reescaladas:
- lavavajillas
- lavadoras y lavadoras-secadoras
- frigoríficos, incluidos frigoríficos para vinos
- lámparas
- pantallas electrónicas, incluidas televisores, los monitores y las pantallas digitales de señalización.
Y un etiquetado de un nuevo grupo de productos: los aparatos de refrigeración con función de venta directa (también denominados «frigoríficos industriales») utilizados en tiendas y máquinas expendedoras.
La importancia del Etiquetado Energético a nivel Mundial
Un análisis que se llevó a cabo en 2014 sobre una serie de países del mundo en relación con las normas mínimas de rendimiento energético y los programas de etiquetado energético existentes constató ya entonces que 59 países no pertenecientes a la UE habían adoptado un etiquetado energético para los equipos que utilizan energía.
El Ministerio de Industria de Australia realizó simultáneamente un estudio análogo en el que se destaca la gran cantidad de terceros países que imitan la etiqueta de la UE.
La etiqueta energética de la UE se ha convertido en un símbolo internacional de la eficiencia energética, cuyo impacto se ha extendido mucho más allá de los límites de la UE y del sector de los electrodomésticos en el que se originó. En la propia UE, el motivo de la etiqueta, flechas de colores juntas en una escala que va de la A (verdes) a la G (rojas), se ha utilizado en países no pertenecientes a la UE para indicar la eficiencia de los edificios, los neumáticos y los automóviles, así como de otros tipos de equipos de consumo o del sector comercial. Elementos de este mismo motivo figuran en etiquetas energéticas adoptadas en todo el mundo, ya sea como copias directas o casi directas (en la mayoría de los países de América Central y del Sur, en África, en muchos países de Oriente Medio, en Rusia y en otros Estados de la antigua Unión Soviética), en versiones ligeramente modificadas (en China, Hong Kong, Irán, Túnez) o en versiones que copian solo la codificación del color (Corea, Taiwán).
Marco legislativo y próximas etapas
En la actualidad, los productos eficientes desde el punto de vista energético están regulados por dos actos marco: una Directiva y un Reglamento:
- la Directiva sobre diseño ecológico (2009/125/CE): herramienta para aumentar la eficiencia energética de los productos
- el Reglamento sobre etiquetado energético [(UE) 2017/1369]: herramienta a través de la cual el consumidor puede reconocer los productos más eficientes
Tras esta reciente adopción por la Comisión de los actos delegados que describen las nuevas etiquetas, el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros tienen derecho a formular objeciones, durante un período de dos meses, tras el cual, si no se recibe ninguna, los textos se publicarán en el Diario Oficial de la Unión Europea. Las nuevas etiquetas se empezarán a utilizar en las tiendas y en línea en toda Europa a partir del 1 de marzo de 2021.
Además, a principios de julio de 2019, la Comisión tiene previsto adoptar un conjunto de once reglamentos sobre diseño ecológico, que abarca los seis grupos de productos con las etiquetas reescaladas y nuevas etiquetas (lavavajillas, lavadoras y lavadoras-secadoras, frigoríficos, lámparas, pantallas electrónicas y frigoríficos comerciales) y otros cinco grupos de productos para los que no está prevista ninguna etiqueta (motores eléctricos, fuentes de alimentación externas, transformadores de potencia, servidores y productos de almacenamiento de datos y equipos de soldadura).
Fuente imagen de portada: Comisión Europea