Está claro que las pantallas digitales se están convirtiendo en una característica clave dentro de los coches. Pero hay más que eso: en los coches del futuro, las pantallas digitales jugarán un papel clave en la interacción entre los conductores y sus vehículos. Bosch responde a esta tendencia con sus nuevos productos de visualización en 3D, lo cuales permiten generar un efecto tridimensional realista que permite captar la información visual de una forma más rápida que mediante las pantallas convencionales.
“Las pantallas se están convirtiendo cada vez más en sistemas interactivos que puedan anticipar mejor las necesidades individuales de los conductores. Hay un enorme potencial comercial para Bosch en este mercado”, declaró el Dr. Steffen Berns, presidente de Bosch Car Multimedia. Las previsiones sugieren que el mercado mundial de pantallas para vehículos se duplicará de los 15.000 millones de dólares a los 30.000 millones para 2025 (fuente: Global Market Insight).
Efecto 3D en el coche
A diferencia de las pantallas de cine, donde un efecto 3D sirve principalmente para mejorar el valor del entretenimiento, en los vehículos puede suponer un factor diferencial muy importante porque se adaptan mejor a las necesidades del conductor. “La profundidad de campo de la pantalla implica que los conductores pueden captar información visual importante de una forma más rápida, ya sea desde un sistema de asistencia o una alerta de atasco”, explica Berns. “Las alertas que parecen saltar de la pantalla son mucho más obvias y evidentemente más urgentes”. Al estacionar, además, la imagen de la cámara de visión trasera es más realista, lo que permite detectar obstáculos antes. Por otro lado, a la hora de la navegación, este efecto 3D también juega un papel decisivo, ya que la profundidad espacial de la visualización del mapa deja en claro de inmediato que edificio marca el próximo giro. Para su nueva pantalla, Bosch utiliza una tecnología 3D pasiva, que funciona completamente sin características adicionales como el seguimiento ocular o las gafas 3D.
El back-end hace diferencia
A medida que las pantallas crecen en tamaño, se vuelven más polivalentes e inteligentes, y cuentan con control de voz y táctil, se necesita cada vez más potencia informática. Esto podría significar muchas más unidades de control. Incluso ahora, hasta 15 unidades de procesamiento de back-end controlan la pantalla y los sistemas operativos. Bosch usa una sola computadora de cabina para coordinar toda la HMI y delega todas las funciones de control en una unidad de control central. «Estamos poniendo inteligencia en la cabina», dice Berns. Menos unidades de control también significa menos peso, y los tiempos de desarrollo del vehículo también se reducen. Gracias a las actualizaciones por aire, además, el sistema de infoentretenimiento puede mantenerse actualizado tan fácilmente como un teléfono inteligente.
La seguridad es lo primero
Las pantallas de vehículos están sujetas a rigurosas normas de seguridad. Especialmente cuando se trata de fluctuaciones de temperatura y vibraciones, estos estándares son mucho más altos que para la electrónica de consumo. Por ejemplo, las pantallas de los automóviles tienen que funcionar perfectamente si la temperatura es menos 40º o más 120º , y esto durante toda la vida útil del vehículo. Incluso en caso de falla parcial, los conductores deben poder confiar en una cantidad mínima de información vital en todo momento. Los sistemas operativos de Bosch se prueban exhaustivamente para que sean aptos para el uso del vehículo.
Fuente de imágenes: Bosch