El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado el decreto por el que se aprueba el nuevo reglamento de protección frente a la contaminación lumínica en Andalucía.
Este marco normativo surge como respuesta a la necesidad de llenar el vacío legal dejado por la anulación del Decreto 357/2010 en 2016, cuando el Tribunal Supremo lo invalidó debido a la omisión del informe obligatorio del Consejo Andaluz de Gobiernos Locales. Este paso adelante resuelve la ausencia de una normativa específica en la materia, reinstaurando un régimen actualizado y eficaz para la regulación de la contaminación lumínica en Andalucía.
En el mismo se establecen los criterios que permitan garantizar un uso racional y eficiente de la luz artificial en exteriores. Para ello, fija niveles máximos de iluminación en función de los usos y franjas horarias, limita la luz intrusa o molesta y el flujo luminoso hemisférico superior (la cantidad de luz emitida directamente al cielo) y establece horarios nocturnos para la reducción de la intensidad lumínica o el apagado de instalaciones innecesarias.
Por tanto, uno de los principales objetivos de la norma es reducir el derroche energético, promoviendo un alumbrado exterior adaptado a las necesidades reales de cada espacio y evitando la sobreiluminación. La contaminación lumínica tiene efectos negativos en la biodiversidad y en la salud de las personas, y, además, dificulta la observación del cielo nocturno. Así, y en este sentido, se incorporan medidas específicas para proteger la oscuridad natural en entornos sensibles, como los espacios naturales protegidos y los observatorios astronómicos de relevancia internacional.
La norma declara los observatorios astronómicos de Calar Alto (Almería) y Sierra Nevada (Granada) como puntos de referencia, estableciendo en torno a ellas zonas de influencia de máxima protección lumínica (municipios de Almería y Granada), donde se aplicarán condiciones de iluminación específicas para garantizar la continuidad de los trabajos de investigación científica y evitar interferencias en la observación astronómica. Además, la norma introduce la zonificación luminosa del territorio, un procedimiento que permitirá adaptar la regulación del alumbrado a las particularidades de cada municipio. También se establece la obligatoriedad de instalar sistemas de regulación del nivel luminoso en aquellas instalaciones que permanezcan encendidas en horario nocturno.
Asimismo, el reglamento incluye medidas para reducir los efectos nocivos de la luz azul, la más perjudicial para los ecosistemas nocturnos y la salud humana. Para ello, se ha incorporado el índice espectral G, un indicador desarrollado por un astrofísico andaluz y reconocido por la Comisión Europea, que permite medir con precisión la cantidad de radiación azul emitida por cada fuente de luz.
Un alumbrado más eficiente y sostenible
Por otro lado, el nuevo reglamento establece criterios técnicos para la iluminación en espacios públicos y privados, asegurando su adaptación a los principios de eficiencia energética y sostenibilidad. Así, se ha regulado el alumbrado exterior en diferentes ámbitos, incluyendo el vial, ornamental, deportivo, comercial y publicitario, fijando límites de intensidad y restricciones de horario para cada uno de ellos.
El alumbrado festivo y navideño, por su parte, será regulado mediante ordenanzas municipales, que garantizan una iluminación responsable y respetuosa con el medio ambiente. Se fomentará el uso de tecnologías de bajo consumo y la reducción del tiempo de encendido para minimizar el impacto ambiental y el gasto energético. Además, el reglamento prevé medidas específicas para la iluminación de carteles y rótulos luminosos, estableciendo restricciones en su intensidad y funcionamiento. Durante el horario nocturno, sólo podrán permanecer encendidos aquellos rótulos que indiquen servicios esenciales, y deberán reducir su flujo luminoso para evitar la contaminación lumínica.
Respecto a la iluminación de playas, costas y recintos deportivos, se establecen criterios específicos para la iluminación de playas, con el fin de minimizar su impacto ambiental y garantizar un uso eficiente de la energía. En el caso de las playas y el litoral, sólo podrán ser iluminadas aquellas áreas integradas en los núcleos urbanos y destinadas a actividades autorizadas. Para tramos de costa no urbanizados, la iluminación sólo se permitirá en eventos de interés social, cultural o deportivo, siempre con la autorización correspondiente. Además, la intensidad lumínica en estas zonas deberá ajustarse a los límites establecidos para evitar la dispersión de luz hacia el medio natural.
El alumbrado exterior en instalaciones deportivas será regulado por los ayuntamientos bajo criterios de sostenibilidad, adaptando la iluminación a las necesidades específicas de cada deporte y nivel de competición. Se fomentará la sectorización del alumbrado para garantizar que sólo permanezca encendida la iluminación necesaria en cada momento, reduciendo así el consumo energético y la contaminación lumínica.
Por otro lado, la estación de esquí y montaña de Sierra Nevada, ubicada en un espacio natural protegido y en una zona de influencia adyacente a un observatorio astronómico, contará con limitaciones adicionales. La iluminación de sus pistas no podrá superar las 350 horas anuales, con un margen del 10% para eventos extraordinarios y la empresa gestora deberá informar con antelación sobre los horarios de encendido y apagado, garantizando la transparencia y el cumplimiento de las restricciones ambientales.
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Plazos de adaptación y medidas transitorias
El reglamento establece un período de transición para la adaptación de las instalaciones de alumbrado existentes a la nueva normativa. En un plazo máximo de dos años, las luminarias y proyectores que emiten luz por encima del plano horizontal deberán ser reorientadas para minimizar el flujo hemisférico superior y reducir el impacto ambiental.
Durante este período, los ayuntamientos deberán aprobar su zonificación lumínica y adoptar las medidas necesarias para adecuar sus instalaciones a los nuevos criterios de eficiencia. La Junta de Andalucía ofrecerá apoyo técnico para facilitar la puesta en marcha de estas medidas y garantizar el cumplimiento de la normativa. En paralelo, se elaborará un mapa de áreas lumínicas en toda Andalucía, que permitirá identificar las zonas con mayores restricciones y orientar la planificación del alumbrado exterior en función de sus características ambientales y urbanísticas.
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