La transformación digital en el ámbito empresarial ha revolucionado de los pies a la cabeza el ecosistema económico en el que operan las empresas. Desde hace poco más de tres años las nuevas tendencias tecnológicas se están haciendo hueco entre las organizaciones con mayor visión de futuro y capacidad de adaptación.
Una de las corrientes que está generando mayor revuelo y que apunta a ser protagonista en 2017, es el Internet de las Cosas, también conocido como IoT. El Internet de las Cosas es uno de los pilares sobre los que se asentarán las TIC a la hora de crear un universo hiperconectado, una realidad que, según parece, se materializará en muy poco tiempo. En base a un informe de Gartner, un 21% de las empresas a nivel mundial se ha marcado como objetivo implementar IoT de manera interna para abaratar costes, impulsar la productividad y mejorar la eficiencia.
La información que nos llega de empresas como Cisco o McKinsey refleja unos datos extraordinarios, cifrando entre 10 y 20 mil millones de euros respectivamente el impacto económico que supondrá el IoT en la próxima década favoreciendo, así, las inversiones en esta tendencia. Es más, según un estudio de la consultora Everis, este año se invertirá en menos opciones tecnológicas (un 10%) pero aumentando la cantidad destinada a aquellas con mayor potencial, entre las que se encuentra el IoT.
Según datos del mismo informe, la inversión a nivel global en este sector experimentará un crecimiento del 15% en el presente año. No cabe duda de que estos números ofrecen una perspectiva de futuro muy alentadora, claves para la consolidación del esta tecnología.
Aunque los datos y perspectivas de futuro acerca de esta tendencia tecnológica son bastante positivos, no se puede negar que hay multitud de barreras que aún quedan por superarse. Así, como toda tecnología relativamente reciente, el IoT presenta en la actualidad algunas debilidades.
La vulnerabilidad más importante es, sin lugar a dudas, su seguridad. Un estudio de Fortinet apunta que los 3 billones de dispositivos IoT que existen en la actualidad serán los principales objetivos de ataques cibernéticos, debido que son el punto más débil de la seguridad cloud.
Mejorar la seguridad se ha convertido, por tanto, en uno de los principales objetivos del IoT en 2017. Tal es así, que una parte más que notable de los recursos mencionados con anterioridad destinados al IoT se invertirán fundamentalmente en la securización de esta tecnología.
De hecho, algunos expertos en el sector de las TIC y varios medios de contrastada reputación no han tardado en augurar un futuro negro a este corriente resaltando, así, los «talones de Aquiles» en los que se puede, y por cierto, se debe, mejorar, como la seguridad, la privacidad, la interoperabilidad y las ambigüedades que quedan «en el aire» acerca de los derechos de propiedad intelectual.
Estos serán algunos de los principales temas a tratar de cara a los principales congresos y eventos centrados en el ámbito del IoT, tanto a nivel nacional (IoT Madrid, organizado por Executive Forum) como global (IoT India Congress).
Pese a estas dudas que quedan por resolver, no se puede obviar el hecho de que el IoT será uno de los sectores protagonistas a la hora de generar trabajo. Así, se estima que el Internet de las Cosas creará nada menos que 4,5 millones de empleos en Europa, un dato que estimula, más si cabe, la imperante necesidad de invertir en esta corriente.
Artículo publicado originariamente el El Mundo