Los ocupantes de espacios de oficinas planean priorizar la inversión en tecnología para apoyar el trabajo en remoto ante la situación originada por el COVID-19. Así lo expone la encuesta ‘EMEA Occupier Flash Survey’, elaborada por CBRE que recoge opiniones de más de 250 clientes en toda Europa (un 33% de los cuales están en España).
Alrededor de nueve de cada diez encuestados considera que los dos principales cambios en la estrategia inmobiliaria de ocupación de espacios a largo plazo serán, por un lado, un mayor peso del teletrabajo y, por otro lado, la priorización de la inversión en tecnología precisamente para apoyar el trabajo en remoto.
De hecho, un 86% de los encuestados afirma que ya ha implementado medidas de teletrabajo y otro 76% asegura que ya está analizando o tiene incluso previsto invertir en tecnología para dar apoyo al trabajo en remoto. Estos porcentajes son superiores en el caso de los ocupantes encuestados en España: un 96% ya ha adoptado medidas de trabajo en remoto y un 93% asegura que aumentará su inversión en tecnología para seguir apoyando el teletrabajo más allá del confinamiento y una vez se haya superado la pandemia.
«En medio de la interrupción desencadenada por la pandemia del COVID-19, persiste el énfasis de los ocupantes en la inversión tecnológica”, señala Richard Holberton, Jefe de Investigación de Ocupantes de EMEA en CBRE. “Mientras que ahora el foco está puesto en apoyar el trabajo a distancia y el uso de la tecnología para facilitar el distanciamiento social y las medidas de higiene mejoradas, a largo plazo esperamos que el pensamiento detrás de los planes pre-COVID-19 centrados en el uso de la tecnología para mejorar la experiencia de los empleados se vuelva a incorporar en las estrategias de negocio», añade Holberton.
Si bien el enfoque actual de la inversión en productos y servicios tecnológicos puede haber cambiado hacia el apoyo al trabajo en remoto y la gestión sanitaria, la inversión en tecnología estaba ya muy en el centro de las estrategias de los ocupantes antes de los cambios de protocolo necesarios que se han dado a raíz de la pandemia. Antes de la crisis del COVID-19, el 83% de los ocupantes de EMEA tenía la intención de aumentar la futura inversión en tecnología inmobiliaria, el 91% esperaba que la realidad virtual/aumentada formase parte de su inversión en tecnología y el 21% estaba dispuesto a pagar un alquiler premium de más del 20% en edificios inteligentes tecnológicamente adaptados.
Otros cambios en la estrategia de los ocupantes: menor densidad de ocupación y edificios inteligentes y sostenibles
Un tercer viraje en la estrategia inmobiliaria de los ocupantes, según la mitad de los encuestados (46%), será la disminución de la densidad de ocupación de los espacios de trabajo, es decir, que cada persona dispondrá de más metros cuadrados. En cuarto lugar, a mayor distancia (con un 41%) los encuestados consideran que otro de los grandes cambios será un mayor interés por los edificios con Certificación WELL o características sostenibles.
“La inversión en tecnología ha pasado de ser un factor ‘que estaría bien tener’ a un elemento imprescindible en las estrategias inmobiliarias de los ocupantes, ya que es crucial tanto para reducir el riesgo de transmisión del virus en las oficinas como para apoyar la confianza de los empleados en el lugar de trabajo. A medida que el uso de la tecnología integrada para recopilar datos que puedan informar en la toma de decisiones se vuelva más frecuente, esperamos que los ocupantes aprecien cada vez más el valor de invertir en esto”, explica por su parte Nick Wright, director senior del área de Consultoría de Estrategia de CBRE. “Los edificios verdaderamente digitales, con sistemas de hardware y software conectados, ayudan a impulsar la eficiencia operativa, reducir costes, mejorar la experiencia de los empleados y mejorar la productividad. En definitiva, el valor de la tecnología integrada va mucho más allá de la crisis sanitaria inmediata», concluye Wright.
Otras medidas ya aplicadas y otras previstas para el futuro post-COVID
El sondeo llevado a cabo por CBRE también pone de relieve que el 53% de los encuestados (entre ellos, siete de cada diez encuestados en España) ha introducido más medidas para garantizar la salud y la seguridad en el entorno de trabajo a raíz del COVID-19, y otro 40% ha flexibilizado la jornada laboral.
De cara a sus planes de futuro, junto a la inversión en tecnología, la gran mayoría (84%) tiene previsto intensificar los protocolos limpieza e higiene, otro 72% adecuará el espacio para garantizar que se respetan las medidas de distancia social entre ocupantes y cerca de la mitad (45%) están analizando la incorporación de tecnología touch-free.
Los ocupantes españoles encuestados se muestran especialmente dispuestos a ampliar las medidas de flexibilización del trabajo (88%) y a intensificar los protocolos de limpieza (87%).
El modelo del incremento de las tareas laborales a distancia, junto con los edificios de alta calidad adaptados a la tecnología, es una tendencia inicialmente identificada en el informe ‘CBRE’s Real Estate 2030’[1], que reporta la gran importancia de la tecnología a la hora de crear una experiencia de empleado constante y de alta calidad en la sede central: oficinas de estilo ‘club house’ que serán fundamentales en la atracción y retención de talento.