La inversión en Europa en tecnologías relacionadas con las smart cities alcanzará los 19.000 millones de dólares en 2018 según IDC. Un mercado que casi va a duplicar su volumen hasta situarse en 31.000 millones de dólares en 2021, según las estimaciones de esta misma consultora.
Estas cifras simbolizan la importancia creciente de una transformación urbana en la cual la ecorresponsabilidad y la gestión inteligente de las ciudades y de los recursos naturales conciernen tanto a las empresas como a los gobiernos.
Smart grids
Las smart grids están reestructurando la producción y distribución de electricidad en las ciudades inteligentes. Más de 200 millones de contadores eléctricos inteligentes se desplegarán en 2020 según un informe de la Unión Europea. De hecho, los ecobarrios energéticamente eficientes se están desarrollando cada vez más, particularmente en Alemania, Francia, Suecia, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Estados Unidos, Japón o China.
Estas redes inteligentes ofrecen una solución a los nuevos desafíos que están abordando las ciudades. Producir electricidad gracias a las energías renovables (fotovoltaica, eólica, térmica) será también uno de los desafíos de las ciudades para cumplir con los requisitos ambientales del Acuerdo de París sobre el cambio climático, primer acuerdo universal sobre el calentamiento global. Un desafío que las tecnologías pueden cumplir mediante el almacenamiento y la conversión de energía solar, pero también mediante la optimización de la gestión energética de los edificios y la adaptación de la oferta a la demanda para minimizar las pérdidas y ofrecer precios más competitivos.
Smart water
El desarrollo de redes inteligentes de agua está en línea con la dinámica de las smart grids. Los operadores industriales y las autoridades locales trabajan conjuntamente para conectar sus redes de agua para implementar servicios innovadores, tanto en términos de gestión como de consumo.
Concretamente, esto se materializa en dos objetivos: optimizar el rendimiento de las redes de agua potable (flujo, presión, calidad del agua, etc.) y democratizar una gestión anticipada y reactiva de los sistemas de saneamiento al gestionar el servicio de suministro de agua de las ciudades en tiempo real.
Estas instalaciones permitirán la gestión predictiva y remota de la infraestructura mediante la recopilación y el análisis de datos. Entonces será posible anticipar inundaciones, pero también detectar fugas automáticamente sin tener que movilizar equipos en el sitio.
Smart gas grid
Las redes de gas conectadas complementan la gestión de los recursos naturales en las ciudades inteligentes. Una vez más, el suministro de energía tradicional evoluciona hacia un modelo gestionado por una organización circular, centrándose en los recursos locales e impulsado por tecnologías menos intensivas en energía.
El objetivo de empresas y autoridades públicas es modernizar las redes de distribución de gas mediante la integración de las TIC gracias al M2M. Para mejorar la eficiencia de las redes de distribución existentes, las redes de gas inteligentes permitirán integrar y democratizar el gas verde, obtener una visión más clara y gestionar remotamente estas redes, además de asegurar una mejor red de distribución.
Los numerosos sensores que se instalarán en las redes ofrecerán una visión más precisa de su estado y permitirán un mejor control de los flujos. El mantenimiento predictivo permitirá reducir gradualmente los costes de mantenimiento.
Según Frédéric Salles, CEO de Matooma, “más allá de los numerosos desafíos tecnológicos y económicos de las ciudades conectadas, uno de los retos más importantes para las colectividades locales y regionales será ir más allá proponiendo sinergias entre estas diferentes redes. Ya no se tratará de crear redes inteligentes, sino de conectar todas estas redes bajo una misma «red inteligente» capaz de gestionar todos estos recursos para una gestión más eficiente e inteligente de las ciudades”.
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