La mayoría de personas asocian la enfermedad del Alzheimer con una profunda pérdida de memoria, pero a menudo son los síntomas (trastornos del sueño, depresión, ansiedad) los que son realmente un desafío a tratar y que son responsables de la reducción de calidad de vida tanto de los individuos afectados como de sus familiares y cuidadores.
En un proyecto de investigación financiado por el Instituto Nacional sobre Envejecimiento (NIA) de EE.UU, la Dra. Mariana Figueiro, profesora y directora del Lighting Research Center (LRC), está investigando si la puesta en marcha de iluminación personalizada puede disminuir el impacto de estos síntomas en ancianos con alzheimer y demencias relacionadas. Los resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Journal of Clinical Sleep Medicine.
Utilizando una variedad de fuentes de luz (luminarias de pie, cajas y mesas de luz) para realizar esta intervención de iluminación adaptada e individualizada, se sometió durante 14 semanas a 46 pacientes con alzheimer en ocho centros de atención de largo plazo, a una iluminación activa todo el día ( alto estímulo circadiano CS de 0,4) o de iluminación de control (bajo estímulo circadiano CS<0,1). El estudio empleó actigrafía de muñeca y medidas estandarizadas de calidad del sueño, estado de ánimo y comportamiento.
Los resultados mostraron que, en comparación con la situación inicial, la intervención de iluminación activa mejoró de forma significativa la calidad del sueño y redujo los síntomas depresivos y los comportamientos de agitación y ansiedad.
Intervenciones de iluminación personalizada
Los tratamiento con luz son una terapia no invasiva que se ha utilizado junto con otras intervenciones farmacológicas para reducir las alteraciones del sueño los síntomas de depresión y ansiedad en pacientes con alzheimer.
Los patrones de luz y oscuridad de 24 horas determina en gran medida los ciclos de sueño-vigilia (ritmos circadianos) de una persona, diciéndole al cuerpo cuándo dormir y cuándo despertarse. Los estudios han demostrado que la exposición diurna a la luz solar CS >0,3 ( aproximadamente 350-500 lux en los ojos) puede mejorar la eficiencia del sueño nocturno y aumentar la vigilia durante el día al promover el arrastre circadiano.
Los niveles de iluminación en las residencias de mayores generalmente no son lo suficientemente altos durante el día, y quizás demasiado altos durante la noche. La iluminación interior típica proporciona menos de 100 lux en la vista, mientras que estar afuera en un día soleado proporcionará entre 1,000 y más de 10,000 lux en los ojos. Los adultos mayores en centros de atención a largo plazo a menudo pasan sus días y noches en habitaciones poco iluminadas con un tiempo mínimo al aire libre y, por lo tanto, no experimentan los patrones diarios sólidos de luz y oscuridad que sincronizan el reloj circadiano del cuerpo con el amanecer y el atardecer local.
Por lo tanto, es compresible que muchos pacientes en estos centros de atención estén aquejados de problemas de insomnio y otros trastornos del sueño. Investigaciones recientes han demostrado que la falta de sueño puede afectar directamente el inicio y la progresión de la enfermedad de Alzheimer y, por el contrario, los patrones de sueño saludables y regulares pueden prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad. Esta investigación sugiere una relación bidireccional entre la interrupción del sueño y el depósito de beta amiloide, el componente principal de las placas amiloides que se encuentran en el cerebro de las personas diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer.
Los ancianos con alzheimer experimentan disfunciones graves de su ciclo de sueño-vigilia que clínicamente se presentan como excesiva somnolencia durante el día, deambulación nocturna, agitación, irritabilidad y disminución del funcionamiento cognitivo. Los problemas de sueño se exacerban en las personas con estos trastornos de demencia , cuyos ritmos circadianos pueden volverse menos consolidados, como se manifiesta en el aumento del vagabundeo nocturno. Esta población también está en mayor riesgo de depresión y ansiedad. Estas perturbaciones se incrementa en los centros de atención a largo plazo, donde experimentan una inactividad aún mayor y una exposición reducida a la luz diurna eficaz durante el día, lo que agrava aún más sus síntomas.
La Dra. Figueiro comenzó a trabajar en su primera beca de investigación importante del NIA en 2010, midiendo las exposiciones a la luz circadiana en personas con alzheimer y demencias relacionadas. Su investigación reveló que los pacientes que estuvieron expuestos a niveles de luz más bajos, exhibieron niveles de actividad más bajos y experimentaron una mayor interrupción circadiana que los adultos mayores sanos. Luego se enfocó en un reto específico: entregar luz de una manera que fuera altamente efectiva para las personas con alzheimer. Un ejemplo exitoso de esta intervención de iluminación personalizada es la mesa de luz, que puede suministrar una fuerte dosis de luz a los ojos, un factor importante para estimular el sistema circadiano. La luz tiene que entrar en el ojo para ser efectiva para el arrastre circadiano.
Aunque una revisión de Cochrane publicada en 2014 arroja dudas sobre la eficacia de la terapia de luz para mejorar el sueño y el comportamiento en pacientes con alzheimer, “si se especifica e implementa cuidadosamente, la iluminación personalizada diseñada para impactar al máximo en el sistema circadiano puede ser una poderosa intervención no farmacológica para mejorar el sueño y el estado de ánimo, en personas que sufren de alzheimer y demencias relacionadas”, señala Figueiro.
«Cuando se administra de manera adecuada, usando el estímulo circadiano (CS) y diferentes modos de entrega, todo ello medido de forma precisa, usando medidores de luz personales calibrados, una intervención de iluminación diseñada para incorporar al máximo el sistema circadiano mejorará significativamente la calidad del sueño, los síntomas depresivos y el comportamiento de agitación en pacientes con Alzheimer. Es importante usar, entregar y medir la iluminación adecuada para ver los efectos positivos», concluye Figueiro.
Futuras investigaciones
El año pasado, el NIA otorgó una beca de 5 años a la Dra. Figueiro para continuar su investigación. Figueiro será la investigadora principal y trabajará con investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai para estudiar si una intervención de iluminación personalizada diseñada para promover el arrastre circadiano puede reducir el deterioro metabólico en personas que viven con la enfermedad de Alzheimer.
La Dr. Figueiro también está investigando si una intervención de iluminación a largo plazo (6 meses) diseñada para promover el arrastre circadiano mejorará el sueño, la cognición y la memoria en personas con deterioro cognitivo leve (DCL) , que es una etapa prodrómica «de riesgo» o potencial de demencia.
Las alteraciones del sueño-vigilia son evidentes en aproximadamente el 60% de las personas con alzheimer. Un sueño saludable podría mejorar la memoria funcional y a largo plazo, y en el mejor de los casos, prevenir la aparición de la enfermedad de Alzheimer.