Sage, líder mundial de sistemas de contabilidad en la Nube, ha hecho un llamamiento para que la comunidad tecnológica internacional asuma su responsabilidad en el desarrollo ético de la Inteligencia Artificial (IA) en el ámbito empresarial.
Con la publicación de “Código Ético: Desarrollo de la Inteligencia Artificial para empresas basado en cinco principios básicos”, Sage pone en valor las recomendaciones a tener en cuenta en la Industria 4.0 (también llamada cuarta revolución industrial).
Este código de conducta ha sido desarrollado por Sage durante la construcción del propio programa de aprendizaje automático de IA de la compañía, diseñado específicamente para reducir los procesos de administración financiera de los empresarios de cualquier envergadura, desde start ups hasta grandes empresas.
Kriti Sharma, Vicepresidenta de Bots e Inteligencia Artificial de Sage, explica: “Desarrollar chatbots y programas de Inteligencia Artificial que ayuden a nuestros clientes es la parte sencilla de nuestro trabajo, lo difícil es gestionar todas las dudas que esta disrupción tecnológica genera, pues son muy amplias y diversas. Por este motivo, desarrollamos nuestra IA dentro de un conjunto de guías que funcionan como principios básicos y contribuyen a garantizar que nuestros productos son seguros y éticos”. “El “Código ético” ha sido diseñado para proteger al usuario y asegurar que los gigantes de la tecnología, entre los que se encuentra Sage, están implementando la Inteligencia Artificial de forma segura. Además, queremos actuar como líderes y hacer un llamamiento a otras empresas (pymes, grandes compañías o hackers) para pedirles que tengan en cuenta estos principios a la hora de desarrollar sus propios sistemas de Inteligencia Artificial”, afirma Sharma.
NOTA DE PRENSA “Código Ético: Desarrollo de la Inteligencia Artificial para empresas basado en cinco principios básicos”
1. La Inteligencia Artificial debe reflejar la diversidad de los usuarios a los que sirve. Tanto la industria como la comunidad tecnológica deben desarrollar mecanismos eficaces para filtrar los sesgos y el sentimiento negativo de los datos recogidos por la Inteligencia Artificial. Esto servirá para garantizar que la IA no perpetúa estereotipos erróneos.
2. La Inteligencia Artificial debe rendir cuentas, igual que lo hacen los usuarios. Los usuarios construyen una relación de confianza con la IA tras varias interacciones significativas. Después de adquirir confianza, llega la responsabilidad y la IA tiene que responsabilizarse de sus acciones y decisiones, igual que lo hacen los seres humanos. Si no aceptamos este tipo de comportamientos de otros profesionales “expertos”, ¿por qué deberíamos hacer una excepción con la tecnología?
3. Recompensa a la Inteligencia Artificial por sus progresos. Cualquier sistema de IA que base su aprendizaje en malos ejemplos podría llegar a ser socialmente inapropiado.
En la actualidad, que los sistemas de IA amplíen su campo de escucha y de recogida de datos es la solución para que progresen en su aprendizaje. Uno de los retos es el desarrollo de un mecanismo de recompensa. Las medidas de aprendizaje y refuerzo deben construirse no sólo basándose en lo que la IA o los robots hacen para lograr un resultado, sino en cómo se alinean con los valores humanos para lograr ese resultado concreto.
4. La Inteligencia Artificial debe garantizar la igualdad de condiciones. Las tecnologías sociales, como los asistentes de voz o los robots, ofrecen soluciones de rápido acceso, especialmente indicadas para personas discapacitadas por problemas de visión, dislexia o movilidad reducida. La comunidad tecnológica empresarial necesita acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías para garantizar la igualdad de condiciones y ampliar el número de talentos disponibles.
5. La Inteligencia Artificial sustituirá puestos de trabajo, pero también creará nuevos empleos. Aparecerán nuevas oportunidades creadas por la robotización de tareas y es importante que los seres humanos estén preparados para ello. Hay que tener en cuenta que, si la IA y la empresa trabajan juntos, conseguirán que la plantilla se centre en lo verdaderamente importante: construir relaciones y cuidar de los clientes.
“Es muy importante que las compañías adopten las mejoras tecnológicas que tienen a su alcance, sobretodo, cuando se trata de algo tan significativo como la Inteligencia Artificial que puede ser determinante para pequeñas y medianas empresas”, afirma Luis Pardo, Consejero Delegado de Sage Iberia. “Estoy seguro de que el código ético servirá a muchas pymes a desenvolverse con facilidad en la IA”, concluye Pardo. En este contexto, Sage ha liderado la revolución de la contabilidad financiera gracias al lanzamiento de Pegg, el primer chatbot de contabilidad del mercado. Diseñado con la intención de liberar a los clientes de las tediosas labores administrativas que les impiden centrarse en tareas más importantes, Pegg actúa como un asistente inteligente para pymes, lo que permite a los usuarios controlar los gastos y administrar las finanzas a través de aplicaciones de mensajería tan populares como Facebook Messenger. Un año después de su lanzamiento, Pegg está siendo utilizado por decenas de miles de usuarios en 135 países de todo el mundo. Además, también ha sido integrado con Sage One, la herramienta de contabilidad en la nube utilizada por pequeñas empresas de todo el mundo.