El padre de este concepto revolucionario llamado BioLED, el investigador Rubén Costa que lidera el grupo de optoelectrónica en el Instituto de IMDEA Materiales desde este año, ha sido reconocido como uno de los diez Innovator Talents 2017 por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) Technology Review.
El BioLED y las Biopantallas tienen algo en común, el uso de convertidores de color basados en proteínas luminiscentes. Este material que se había considerado como no apto para la preparación de dispositivos luminiscentes es hoy la revolución de la iluminación saludable, barata y ecológica.
La investigación de Ruben Costa,está centrada en el estudio de nuevos materiales para el desarrollo de tecnologías centradas en la iluminación y la creación de energía (células solares).
«Nuestra aproximación es seguir el concepto “Green Photonics”. Es decir, desarrollar y aplicar nuevos materiales que sean ecológicos, sostenibles, fáciles y baratos de producir, y que además nos proporcionen las mismas prestaciones o incluso las mejoren», dice Rubén Costa.
En este sentido, el BIO-LED es un perfecto ejemplo de la aproximación Green Photonics adaptando componentes que la naturaleza ha optimizado durante siglos a nuestra necesidades.
Lo que, Rubén Costa y su equipo ha desarrollado es una goma basado en la combinación de dos polímeros, que cuando interaccionan con proteínas luminiscentes las estabiliza durante años conservando sus propiedades luminiscentes. Además, la goma presenta propiedades ópticas y mecánicas que permiten su uso como filtros de color. Es decir, lo que proponen es reemplazar los convertidores de color inorgánicos de los LEDs comerciales por nuestras biogomas basadas en proteínas.
Los filtros de proteínas podrían representan una alternativa barata, ecológica y eficiente a los convertidores inorgánicos. El Bio-LED básicamente consiste en coger un LED comercial que tiene la misma electrónica, chip y carcasa, reemplazando el filtro de color inorgánico por el diseñado en mi laboratorio. Así podemos producir luz blanca pura, además de mantener los niveles de eficiencia y brillo, aunque debemos mejorar la estabilidad que es nuestro de foco de atención, dice el investigador Rubén Costa.
Además nuestro trabajo, declara Rubén, se emplaza en un nuevo marco de pensamiento tecnológico en el que intentamos desarrollar una iluminación artificial blanca saludable y barata. Recientemente hemos demostrado que también se pueden preparar filtros de color para pantallas de ordenador, mientras que otros grupos del MIT has desarrollado láseres con proteínas.
Ahora, un reconocimiento más y muy importante.
El padre de este concepto revolucionario, el investigador Rubén Costa que lidera el grupo de optoelectrónica en el Instituto de IMDEA Materiales desde este año, ha sido reconocido como uno de los diez Innovator Talents 2017 por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) Technology Review. Esta revista pertenece al MIT que es el centro tecnológico más relevante del mundo. Aquí han trabajado un número sin fin de premios nobeles e investigadores que han cambiado el mundo desde su fundación en 1861. Esta revista ha reconocido que el horizonte abierto por el bioLED y las biopantallas proporciona una solución disruptiva y sencilla a los problemas de salud y economía asociados con los sistemas de iluminación usados en nuestras casas, ordenadores, teléfonos, etc.
A raíz del premio LpS 2016 en LED Professional Symposium en Bregenz publicamos una entrevista donde quedo claramente reflejada la pasión de Rubén Costa por crear sistemas de iluminación y células solares que consoliden el concepto green photonics. La fama de este joven investigador ha dado hoy otro salto al ser reconocido por el MIT. Ahora Rubén Costa competirá con otros candidatos de los países de la Unión Europea por el reconocimiento europeo del MIT que será dado a conocer en septiembre de este año. Mientras esperamos a la resolución de este evento les dejamos con las partes más relevantes de la entrevista que mantuvimos.