En el siglo que está llamado a ser el siglo de las ciudades, las ciudades “súper eficientes” cuyo desarrollo urbanístico están basados en la sostenibilidad avanzan espectacularmente en nuestro país, hasta el punto de que España es líder en la UE en la puesta en marcha de planes para digitalizar las administraciones.
En julio de 2007 la población urbana sobrepasó a la población rural en el mundo. Además, se prevé que esta proporción se incremente notablemente en los próximos años, hasta el punto que, según algunas previsiones, en el año 2050 prácticamente el 70% de la población mundial se haga urbana y muchas de las ciudades cuenten con más de 10 millones de habitantes. Se estima que en 2025, solo en China, habrá 221 ciudades que superen el millón de personas, mientras que Europa tiene en la actualidad 35.
Las ciudades tienen un gran impacto en el desarrollo económico y social de las naciones. Son verdaderas plataformas donde las personas viven y trabajan, donde las empresas desarrollan su actividad y en el marco de las cuales se prestan numerosos servicios. Conceptualmente, una ciudad o complejo urbano podrá ser calificado de inteligente en la medida que las inversiones que se realicen en capital humano (educación permanente, en aspectos sociales,[] en infraestructuras de energía (electricidad, gas), tecnologías de comunicación (electrónica, Internet) e infraestructuras de transporte, contemplen y promuevan una calidad de vida elevada, un desarrollo económico-ambiental durable y sostenible, un gobierno participativo, una gestión prudente y reflexiva de los recursos naturales, y un buen aprovechamiento del tiempo de los ciudadanos.
Las ciudades modernas, basadas en infraestructuras eficientes y durables de agua, electricidad, telecomunicaciones, gas, transportes, servicios de urgencia y seguridad, equipamientos públicos, edificaciones inteligentes de oficinas y de residencias, etc., deben orientarse a mejorar el confort de los ciudadanos, siendo cada vez más eficaces y brindando nuevos servicios de calidad, mientras que se respetan al máximo los aspectos ambientales y el uso prudente de los recursos naturales no renovables.
Al hilo de una importantísima evolución técnica ha surgido el término Smart City, el cual engloba a aquellas urbes que gestionan desde un punto de vista transversal todos sus servicios, aplicando las tecnologías de la información (TIC) para mejorar la experiencia de los usuarios y sus resultados. Los pilares sobre los que se sostiene esta estrategia inteligente abordan el tratamiento de residuos, la gestión del tráfico, la eficiencia energética, la edificación sostenible, la sanidad, la educación y la administración electrónica. Si bien es cierto que todos estos conceptos hay que adaptarlos a la realidad de cada territorio, es decir que las necesidades de las ciudades del sur de España tienen poco que ver con las del norte. En el campo de la Administración electrónica España ha sido capaz de adelantarse a otros socios europeos gracias a diversos planes liderados por el Mº de Industria, colocando a nuestro país como el socio que más prestaciones públicas tiene digitalizadas: un 98% frente al 74% de media de la UE.
Servicios
Las ciudades se enfrentan a numerosos retos. Pero no hay que olvidar que en la actualidad ya tienen un gran número de servicios que atender. Las competencias de los ayuntamientos tienen que ver con la provisión de numerosos servicios públicos que van desde asegurar la seguridad en los lugares públicos a la ordenación del tráfico, la protección civil, la protección del medio ambiente, el suministro de agua o el transporte público. En la siguiente tabla se recogen las competencias propias de los municipios españoles.
Sin embargo, con independencia del marco competencial, muchos ayuntamientos tienen que abordar la prestación de otros muchos más servicios, por lo que la gestión de los municipios se hace cada vez más compleja y gravosa, sobre todo en las grandes ciudades. De hecho, se estima que, en el conjunto de los municipios españoles, alrededor del 30% del gasto va dedicado a financiar competencias no obligatorias
Las competencias de seguridad, protección civil, protección social y cultura son las que más recursos absorben en esta línea.
A modo de resumen, en la tabla adjunta se ofrece una lista exhaustiva de los servicios obligatorios por ley que tienen que proveer los municipios según su tamaño
Área de negocio. Algunas cifras.
- Diferentes estudios la enmarcan como una de las mejores áreas de negocio para crear empleo. Según AMETIC (Asociación de empresas de electrónica, tecnologías de la información telecomunicaciones y contenidos digitales), es España se podrían generar hasta 300.000 puestos de trabajo antes de 2017.
- Otro informe de la Fundación Renovables revela que las actuaciones llevadas a cabo necesariamente en el 95% de los edificios españoles requiere actuaciones de eficiencia energética , que supondría una oportunidad empresarial para crear 500.000 empleos hasta el 2020 y captar 4.000 millones de euros en ayudas de la UE.
- INDRA es una de las firmas que más ha apostado por el desarrollo de la administración inteligente. La compañía ha implantado procesos electrónicos que atienden a más de 20 millones de ciudadanos que permiten a 250.000 empleados públicos tramitar sus procedimientos internos por vía telemática.
- Otras compañías internacionales como IBM o Siemens, mantienen acuerdos con diferentes administraciones para mejorar el funcionamiento de algunos servicios, como son la gestión tributaria o la integración del transporte público.
- 31 millones de euros han costado la implantación del proyecto de ‘smart grid’, iniciado en 2009 en la ciudad de Málaga. 4.500 millones de toneladas de CO2 se han dejado de emitir gracias al sistema, una reducción del 20%.
El internet de las cosas
La tecnología ayuda a anticiparse a los problemas. Se trata de aprender a aprovechar toda la información de nuestros sistemas gracias al uso de tecnología innovadora. Lo “medible” es mejorable.
La información puede nacer de cualquier elemento urbano, como las farolas, semáforos, contenedores de residuos, etc. El M2M (generación masiva de datos mediante conexiones máquina a máquina), podría generar un negocio de 4,6 billones de dólares en el mundo en la próxima década según CISCO.
Ejemplos
La sensorización es una de las tareas más costosas a las que se enfrentan los Municipios para recopilar los datos, de manera que las alianzas con empresas son imprescindibles ante las restricciones presupuestarias. Por ejemplo Santander se ha unido con Telefónica I+D tras participar en un concurso europeo para desplegar chips en cuatro urbes continentales. Este proyecto permitirá monitorizar las plazas de aparcamiento en superficie de la capital cántabra gracias a la plataforma integral que posee la población.
Móstoles (Madrid) es otra de las urbes que más está apostando por los servicios inteligentes. Con una estrategia basada en el respeto medioambiental, una economía local que gire en torno a la energía, la innovación, el impulso a la marca local para atraer inversiones, así como las instalaciones del Parque Tecnológico y el Instituto de Investigación IMDEA Energía. Entre los proyectos que ya se desarrollan en esta ciudad destacan su Plan de Movilidad Urbana, la apuesta por el vehículo eléctrico y la telegestión del riego y del alumbrado público. En este sentido y para reducir la factura eléctrica hasta un 80% se realizó el cambio de las luminarias públicas por nuevas con tecnología LED.
Valladolid ha desarrollado el proyecto Ríos de luz, al que dedicó 1,8 millones de euros para utilizar la tecnología LED en la iluminación de 35 monumentos, un gesto con el que ha conseguido reducir un 48% la factura energética.
En Málaga, concretamente en El barrio de la Misericordia, el que da a la playa del mismo nombre, es uno de los más eficientes energéticamente de toda Europa: parte de su iluminación pública (más de 200 farolas) se autoabastece con miniaerogeneradores o paneles solares fotovoltaicos, que se activan mediante sensores para exprimir la utilidad de cada vatio; cuenta con puntos de recarga para vehículos eléctricos y tiene 11.000 vecinos (además de 1.200 negocios) conectados a un sistema de optimización de los recursos eléctricos que les ha ayudado a acumular un ahorro energético del 25% en los últimos cuatro años.
Los resultados obtenidos por el proyecto Smartcity Málaga y los 31 millones de euros invertidos en él le sitúan como uno de los programas más importantes del mundo en el campo de la eficiencia energética. En Europa no hay otra ciudad con un despliegue tan grande (abarca una zona de cuatro kilómetros cuadrados) de cableado PLC, capaz de transportar energía y datos a través de un mismo tendido. Solo le superan desarrollos parecidos en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), Boulder (Colorado, EE UU) y Columbus (Ohio, EE UU).
La iniciativa de Endesa, que ha generado un ahorro energético del 25%, supera los retos inicialmente establecidos: los de la llamada agenda 20-20-20 (conseguir reducir para 2020 un 20% los gasees de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990, ahorrar un 20% de energía y conseguir que un 20% de la que se genere salga de fuentes renovables). La compañía eléctrica controlada por Enel tiene proyectos de smart city en Barcelona y El Hierro.
Somos referentes a escala mundial
El ranking anual elaborado por la consultora IDC, que en analizó las 44 localidades españolas que más esfuerzos están realizando por transformarse en ciudades inteligentes. Barcelona, Santander, Madrid, Málaga y Bilbao encabezaron esta clasificación, seguidas muy de cerca por Valladolid, Zaragoza, Vitoria, San Sebastián y Pamplona. Estos 10 municipios junto con otros 39 crearon el 2012 la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), cuyo objetivo es que los ayuntamientos intercambien experiencias y trabajen de forma conjunta en el desarrollo de unas urbes más energéticas y sostenibles. Al frente de RECI se encuentra como presidente el actual alcalde de Santander, Iñigo de la Serna.
La consultora IDC observa tres modelos fundamentales: las ciudades que ponen el énfasis en el ámbito energético, las que presentan un mayor interés a la gestión inteligente de los servicios públicos y las que están desplegando infraestructuras basadas en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Málaga es el primer exponente de la primera fórmula, a través de un proyecto de eficiencia eléctrica que cuenta con la colaboración de IBM y Endesa. Madrid encabeza el grupo de ciudades empeñadas en mejorar servicios de movilidad, gestión de residuos y control de infraestructuras y Santander que se ha convertido en el mayor campo de pruebas a nivel mundial del denominado Internet de las Cosas, con la instalación de más de 15.ooo sensores que miden variables tan dispares como la calidad del aire, el volumen de tráfico o el riego de los jardines públicos.
Smart Grid
La gran aspiración de cualquier ciudad que quiera llamarse inteligente es poner en marcha un sistema energético capaz de conectar a generadores, distribuidores y consumidores de electricidad. El objetivos de las redes inteligentes (Smart grid) es aumentar la eficiencia y sostenibilidad del sistema, reduciendo las pérdidas de energía y proporcionando un suministro más seguro y de mayor calidad. Las energéticas como Endesa llevan tiempo trabajando en el desarrollo de estas redes, con numerosos proyectos de almacenamiento, distribución y gestión. En Málaga y Barcelona han desplegado tecnología de última generación en producción, almacenamiento, gestión de la demanda, movilidad eléctrica e iluminación eficiente en calles y edificios empresariales y residenciales.
La sustitución de los viejos contadores por otros inteligentes que pueden controlarse a distancia además de ofrecer al usuario final todo tipo de información. La tecnóloga INDRA está colaborando en proyectos internacionales de este ámbito como InMeter, que ha producido unos contadores con capacidad de discriminación horaria del consumo, control de potencia y programación de periodos tarifarios por parte de los usuarios, entre otras funciones.
El modelo de generación-distribución-uso de la energía eléctrica es actualmente el mismo que existía hace décadas, tal y como se muestra en la Figura 9. Sigue un esquema unidireccional de información en el que no hay realimentación del consumo de energía por parte de los hogares.
Los desequilibrios entre capacidad de generación y consumo tienen como consecuencia que parte de la energía no se aproveche. El concepto de Smart Energy Grid rompe con esa estructura monodireccional y propone un esquema de comunicación bidireccional de tal manera que se ajuste perfectamente la producción al consumo en tiempo real, mejorando así la distribución y reduciendo el gasto.
Muchas Smart Cities han comenzado su andadura desplegando infraestructuras y servicios en este sentido. En estos servicios se combinan los procesos inteligentes (p. ej. gestión de la oferta y la demanda y del consumo eléctrico en tiempo real) y las tecnologías inteligentes (p. ej. medidores y dispositivos inteligentes para la gestión de energética doméstica) con el fi n de contribuir al ahorro de costes tanto en el mercado residencial como en el empresarial.
Movilidad
La movilidad en las ciudades es un problema cada vez más acuciante. Es por ello que esta iniciativa es una de las más implementadas bajo el concepto Smart City. El concepto de movilidad se refiere a la sostenibilidad, la seguridad y la eficiencia de las infraestructuras y sistemas de transporte, así como a la accesibilidad local, nacional e internacional.
Uno de los mayores problemas en el ámbito de la movilidad es la congestión del tráfi co, que tiene un impacto negativo muy considerable en la calidad de vida de la ciudad tanto por la disminución de la productividad, como por el empeoramiento de la calidad del aire, así como por la contaminación acústica que conlleva. Según diferentes fuentes, en las grandes ciudades este impacto ronda entre el 1,4 % y el 4 % sobre el PIB de la ciudad. Se calcula que, en general, las carreteras congestionadas cuestan 78.000 millones de dólares por los 4.200 millones de horas perdidas en ellas y los 11.000 millones de litros de combustible gastados
Se estima que el 10 % de las redes de carreteras están afectadas a diario por atascos, además, el transporte por carretera representa el 83 % del consumo energético del total del sector de transportes y el 85 % de las emisiones de CO 2
Por otro lado, solo en la UE se producen entorno a 1,4 millones de accidentes al año, lo que supone unos 40.000 fallecimientos y ello representa un impacto del 2 % en el PIB europeo. Ante estas cifras, es razonable que las iniciativas relativas a la gestión de la movilidad sean una de las primeras en abordarse a la hora de plantear una Smart City.
Por dar datos de un entorno urbano, según estudios centrados en el ámbito de un barrio de Los Ángeles, solo para buscar aparcamiento anualmente se efectúa un gasto de 178.000 litros de combustible y se generan 730 toneladas de CO2 el equivalente a 38 viajes alrededor de la Tierra
Barcelona que dispone de una aplicación para móvil (Trànsit) que facilita el seguimiento del tráfico en tiempo real. Esta aplicación se descarga en el iPhone o en el Android y permite identificar la mejor ruta para seguir en la ciudad con el fin de evitar obras, congestiones, accidentes, etc. y así ahorrar tiempo. La aplicación también puede consultarse vía web y utiliza Google Maps para presentar el nivel de fluidez de la circulación, lo que permite conocer el estado de las principales vías de la ciudad.
El usuario además puede consultar las imágenes captadas por una treintena de cámaras desplegadas por todos los distritos que se van actualizando cada cinco o diez minutos. Esta aplicación incluye un sistema de alertas que envía mensajes a medida que se producen incidencias excepcionales en el tráfico.
Por último, para los ciudadanos que transiten siempre por la misma zona, existe la posibilidad de crear una lista de cámaras favoritas para permitir un acceso más rápido.
El transporte público, el uso compartido del automóvil (car sharing) y las bicicletas cubren las necesidades de movilidad de una población que quizás comienza a dejar de ver el coche como símbolo de estatus.
Un ejemplo en la línea del uso compartido de vehículo es el proyecto iCarYou desarrollado en el marco de la iniciativa europea Living Labs. El funcionamiento del servicio consiste en que los conductores pueden compartir su viaje con alguien y a cambio de ello reciben una compensación por parte del pasajero con el que comparten el vehículo. La aplicación permite que ambos, el conductor y el pasajero, compartan información sobre su punto de partida y su destino y lo hagan a través de su dispositivo móvil o a través de una aplicación que cuenta con una interfaz web. Si hay alguna coincidencia se notifica a las personas implicadas y se las pone en contacto. Esta aplicación permite ahorrar costes, reducir las emisiones de CO 2, aligerar el tráfico y son muy útiles en el ámbito de la ciudad.
El Ayuntamiento de Madrid ha lanzado a mediados de 2011 un proyecto en colaboración con Telefónica con el que se facilita esta gestión del transporte. En concreto, consiste en la incorporación de pantallas panorámicas en los autobuses de la línea 27 de la ciudad que ofrecen a los pasajeros información sobre el recorrido de la línea, próximas paradas, conexiones, tiempo de espera de otras líneas o posibles incidencias en la red de autobuses de la ciudad. Estas pantallas también se aprovechan para ofrecer información metereológica, de la agenda cultural y de ocio de la ciudad así como sobre los puntos de mayor interés turístico por los que circula la línea. El objetivo perseguido por el Ayuntamiento al incorporar estas soluciones es mejorar el sistema de movilidad de una ciudad tan extensa como Madrid, por la que cada día se desplazan más de cinco millones de ciudadanos y visitantes.
Ante el auge de las ventas de bicicletas en España, 780.000 en 2012, lo que significa que se vendieron más que coches, muchas ciudades llevan tiempo adaptadas a su uso, como Vitoria o Barcelona. Sevilla está considerada como una de las mejores ciudades del mundo para moverse en bicicleta y Madrid está reformando las calzadas del centro de la ciudad con carriles que dan prioridad a su circulación. En Mayo pondrá un servicio de alquiler de bicicletas.
La otra gran cara del nuevo paradigma de circulación es sin lugar a dudas, el vehículo eléctrico. La Agencia Internacional de la Energía estima que en 2050 habrá 2.000 millones de vehículos en todo el mundo, un tercio serán híbridos enchufables, otro tercio serán eléctricos y otro tercio funcionarán con pila de hidrógeno. Se estima que el ahorro que permite un vehículo eléctrico se cifra en algo más de 8.000 €. Además, si solo el 10 % de los coches fueran eléctricos en España se reduciría la emisión de CO 2 en 3,2 millones de toneladas.
En España se está desarrollando en Málaga un proyecto de movilidad eléctrica ZeM2All (Zero Emission Mobility to All) en el que colabora Telefónica I+D.
Y hay otros ejemplos, como el de HelloByeCars, un servicio de alquiler de coches eléctricos por horas para circular por Madrid de forma económica y respetuosa con el medio ambiente y que cuenta con el beneficio concedido por el Ayuntamiento de poder estacionar gratis hasta cinco horas diarias en zona azul y circular por las áreas de Prioridad Residencial. Estos vehículos se encuentran estacionados en aparcamientos situados en distintos puntos de la ciudad, donde los usuarios pueden recogerlos y dejarlos después. Los usuarios interesados en contratar este servicio se inscriben como clientes a través de la web hellobyecars.com y reservan el vehículo en la franja horaria que necesitan, especificando el lugar donde recoger el coche. Sin duda, la tecnología de la Smart City tiene mucho que aportar a servicios como este en el que la gestión de la información en tiempo real es esencial.
Conclusiones
No cabe duda que las Smartcities están contribuyendo a la creación de una nueva industria, porque posee el poder para impulsar la innovación, la creatividad y las nuevas ideas. A partir de ahora, vamos a presenciar la industrialización de internet. Dicen los “gurus” que en un futuro cercano, prácticamente todos los objetos estarán conectados, enviando información actualizada a la nube. En 2050, habrá más de 50.000 millones de objetos conectados.
Pero ¿qué haremos con todos esos datos? ¿Cómo podemos utilizar toda esa valiosa información para transformar las ciudades y hacerlas más sostenibles?
La clave es hallar el modo de que todo el mundo participe. Hablar sobre ciudades inteligentes es la parte fácil. Ahora ha llegado el momento de pasar a la acción. Hace unos años, la sostenibilidad se consideraba un servicio extra, un «añadido». Pero ya no es así, ahora la sostenibilidad es necesaria, es una forma de mirar al futuro. Es un enfoque que nos ayuda a crear valor para los ciudadanos.
Se necesita liderazgo, compromiso y tecnología.