La Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha publicado el informe anual sobre las principales tendencias de la inversión extranjera directa en esa zona. La edición de 2017 muestra a la región en una difícil coyuntura. Las entradas de IED disminuyeron un 7,9% en 2016, a 167.043 millones de dólares, cifra que representa una caída acumulada del 17,0% con respecto al nivel máximo de 2011.
La caída de los precios de las materias primas continúa afectando a las inversiones que buscan recursos naturales, el lento crecimiento de la actividad económica en varias economías ha frenado la llegada de capitales en búsqueda de mercados y el escenario global de sofisticación tecnológica y expansión de la economía digital tiende a una concentración de las inversiones transnacionales en las economías desarrolladas.
En su análisis el informe destaca el cambio de tendencia de las economías desarrolladas, según el cual muestran un aumento de la preocupación por la localización nacional de la producción. A este hecho se le añade, según la CEPAL, “a la acelerada transición tecnológica y la intensificación de las presiones competitivas, impulsan una reestructuración del universo empresarial hacia mercados más concentrados en actividades con un alto componente tecnológico”.
Según los datos que recoge de los años anteriores sobre los flujos mundiales de IED, en 2016 se registraron 1,7 billones de dólares, un valor mayor que el que se llegara a alcanzar en cualquier año del período comprendido entre 2008 y 2014. Sin embargo, esa cifra implica una disminución del 2% con respecto a 2015. Las economías desarrolladas retomaron el protagonismo y recibieron el 59% de los flujos de IED (que aumentaron un 5%), mientras que las economías en desarrollo recibieron el 37% del total de la IED (que disminuyó un 14%). Todas las subregiones en desarrollo recibieron menos inversiones, con caídas del 15% en Asia y del 3% en África.
La lectura del informe no es positiva sobre la llegada de inversiones a América Latina y el Caribe, que han disminuido por segundo año consecutivo, llegando a niveles similares a los de hace seis años.
En cuanto al análisis que realiza de la evolución por países, Brasil se mantuvo como el principal receptor (47% del total) y las inversiones aumentaron un 5,7%, aunque según indica el informa no se trata del resultado de ingresos de nuevo capital, sino por un aumento de los préstamos entre transnacionales. En el caso de México al parecer no logró mantener los datos positivos de años anteriores y la IED cae un 7,9%, aunque se mantuvo en niveles históricos elevados y fue el segundo país receptor (19% del total). El tercer puesto lo alcanza Colombia, cuyas entradas crecieron un 15,9% y se posiciona como la tercera economía con mayores ingresos (8% del total). Una importante adquisición en el sector energético y mayores inversiones en servicios explicaron el resultado, si bien aún no ha alcanzado los niveles del auge de precios de las materias primas. Excepto en el Paraguay, en el resto de los países de América del Sur ingresaron menos inversiones. Chile fue el cuarto país receptor de la región a pesar de haber caído un 40,3%.