La miopía está emergiendo como un importante problema de salud pública mundial, con un fuerte aumento de casos en las últimas tres décadas. Este incremento alarmante ha capturado la atención de investigadores y profesionales de la salud que buscan entender mejor los factores que contribuyen a su desarrollo y las estrategias más efectivas para su prevención. En particular, el papel del tiempo al aire libre en la prevención de esta condición se ha convertido en un foco de investigación intensiva.
Un reciente estudio prospectivo realizado en Shanghai, ha explorado cómo patrones específicos de exposición al aire libre pueden mitigar el avance de la miopía en niños, demostrando la eficacia de estar al menos 15 minutos continuos al aire libre con una exposición a una intensidad lumínica superior a 2000 lux.
El problema global de la miopía
En las últimas tres décadas, hemos sido testigos de un incremento exponencial en la prevalencia de la miopía, particularmente entre los jóvenes asiáticos, donde las tasas de incidencia se acercan alarmantemente al 90% en ciertos grupos demográficos. Esta alarmante tendencia de aparición temprana de la miopía en niños en edad escolar presagia un aumento en los casos de alta miopía y miopía patológica en el futuro, augurando una crisis de salud ocular.
Los niveles más severos de miopía incrementan significativamente el riesgo de desarrollar afecciones que comprometen seriamente la visión, tales como la maculopatía miópica, cataratas y glaucoma. Estas condiciones no solo deterioran la calidad de vida de los individuos afectados, sino que además representan una pesada carga socioeconómica debido a los costos asociados con su tratamiento y manejo. En este contexto, es esencial implementar intervenciones preventivas efectivas desde la infancia temprana para mitigar la expansión de la miopía y sus complicaciones asociadas.
Exposición exterior y miopía
Numerosos estudios han confirmado que pasar más tiempo al aire libre es una medida efectiva contra la miopía, destacando que los niños que incrementan su actividad exterior experimentan una menor incidencia de esta condición y un desarrollo miope menos acelerado.
Investigaciones específicas como las de Read et al. y Wu et al. han mostrado que una exposición diaria superior a 3000 lux por más de 40 minutos puede desacelerar el alargamiento axial del ojo, y que tanto períodos cortos en luz intensa como períodos más largos en luz moderada son beneficiosos. Además, un estudio reciente evidenció una relación dosis-respuesta entre la exposición a la luz solar y la reducción de la miopía, recomendando al menos dos horas diarias al aire libre.
A pesar de estas afirmaciones, aún existen incertidumbres sobre cómo diferentes patrones de exposición al aire libre específicos afectan la progresión miope. Este nuevo estudio busca profundizar en esta cuestión, con el objetivo de afinar las estrategias de intervención para niños en edad escolar, identificando los patrones de exposición al aire libre que más eficazmente prevengan la miopía.
Resultados obtenidos
Los investigadores diseñaron un estudio de cohorte prospectivo de 1 año anidado en el estudio STORM, un ensayo clínico aleatorizado en grupos escolares realizado desde octubre de 2016 hasta diciembre de 2018 en Shanghai, China. Así, en el segundo año del estudio STORM (2018) se proporcionó a cada niño un reloj inteligente para su uso diario, en concreto, de las 7 a.m. a las 7:00 p.m. En total, se incluyeron un total de 2.976 niños con una edad media de 7,2 años.
Los resultados del estudio indicaron que el tiempo promedio que los niños de Shanghai de 7 a 9 años pasaron al aire libre fue de 90 minutos diarios, con una intensidad media de luz solar de 2.345 lux, cifra inferior a la esperada. Esta cantidad de tiempo contrasta significativamente con la de niños en Australia y el Reino Unido de edades similares, quienes reportaron pasar entre 2 y 3 horas diarias al aire libre, aunque con niveles de luz solar más bajos, específicamente 1.072 lux para los australianos de 10 a 15 años y 1.627 lux para los estadounidenses de 5 a 10 años. Factores como las diferencias en las exigencias educativas, incluyendo la carga de tareas y las clases extracurriculares, así como variaciones en el estilo de vida y en los contextos socioculturales, podrían explicar por qué los niños chinos pasan menos tiempo al aire libre en comparación con sus contrapartes en otros países.
Independientemente de lo anterior, el estudio encontró que el tiempo al aire libre y la intensidad de la luz solar tenían una interacción aditiva en el cambio miope, impactando directamente en la progresión de la misma. Estos resultados sugieren que el beneficio de pasar tiempo al aire libre se potencia con la exposición a niveles de luz solar superiores a 2000 lux, condiciones que son fácilmente alcanzables en entornos exteriores cotidianos, ya sea bajo luz solar directa o incluso bajo la sombra de árboles. Por lo tanto, se recomienda fomentar que los niños pasen la mayor cantidad de tiempo posible al aire libre, aprovechando incluso niveles moderados de luz solar para maximizar la protección contra el desarrollo de la miopía.
Además el estudio destaca la importancia de los patrones de exposición al aire libre con un período continuo de al menos 15 minutos asociado con un cambio menos miope. Aunque los estudios en animales han sugerido que una duración más corta y una mayor frecuencia de exposición a la luz podrían ralentizar eficazmente el cambio miope, el estudio actual sugiere que los patrones de exposición al aire libre con duraciones cortas pueden tener efectos mínimos en el cambio miope en los seres humanos.
Conclusiones
El estudio ha demostrado que periodos continuos de al menos 15 minutos al aire libre, acompañados de una intensidad lumínica de al menos 2000 lux, están significativamente relacionados con una menor progresión de la miopía.
Estos resultados refuerzan la idea de que las futuras estrategias de intervención no deberían limitarse a incrementar simplemente el tiempo total al aire libre, sino que también deberían enfocarse en optimizar los patrones específicos de exposición. Esto implica no solo alargar la duración del tiempo pasado fuera, sino también asegurar que este tiempo se desarrolle bajo condiciones de luz solar adecuadas. Por tanto, para la prevención efectiva de la miopía, es esencial integrar estas consideraciones en la planificación de programas educativos y de salud pública dirigidos a niños y adolescentes.
Puede acceder al paper de la investigación a través del siguiente enlace:
https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2822298
Imágenes: Freepik