Investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (MSU) están trabajando para mostrar cómo la iluminación LED pueden ayudar a los cultivadores de flores de corte en invernaderos de Michigan a ahorrar energía y mejorar sus cultivos.
Pese a que Estados Unidos es históricamente uno de los principales importadores mundiales de flores cortadas, cada vez más el consumidor estadounidense está empezando a demandar flores de productores locales, ya que les permite obtener una mayor diversidad de productos, a la vez que se apoya a la comunidad local y se reduce la huella de carbono.
Michigan, es el tercer productor a nivel nacional de cultivos de flores, por lo que no es de extrañar que la universidad del estado se haya interesado en ayudar a los cultivadores locales a ser más sostenibles y rentables.
“En la actualidad hay una gran demanda de flores cortadas especiales, es decir fuera de las rosas, claveles y crisantemos, donde la oferta está dominada por las importaciones. Asimismo, cada vez hay más cultivadores de este tipo de flores especiales en Michigan y en todo Estados Unidos, es por ello que nos hemos propuesto colaborar con los productores locales para mostrarles como la iluminación LED, puede reducir sus costes energéticos, reducir el tiempo de producción y sacar lo mejor de las flores especiales de Michigan”, explica Roberto López, profesor asociado de horticultura en la Facultad de Agricultura y Recursos Naturales de la MSU.
Uno de esos productores es Lindsay Daschner, propietario de Forget Me Not Farms desde 2016 en Ottawa Lake, Michigan, a la cual los investigadores de la MSU está ayudando para formular sus planes de desarrollo para sus invernaderos con la incorporación de nueva iluminación LED.
“La mayoría de cultivadores se centran en solo cultivar tres tipos diferentes de flores. Nosotros cultivamos cerca de 30 tipos de variedades para que nuestros clientes, floristas del sudeste de Michigan y el noroeste de Ohio, puedan tener una selección y variedad de flores cortadas especiales durante la mayor parte del año posible”, explica Daschner.
Impulsando la iluminación suplementaria LED para mejorar el cultivo local de flores cortadas
“Algunas de las plantas necesitan más de 12 horas de luz para florecer, es por ello que si quieres cultivar plantas de alta calidad en Michigan, tienes que complementar la luz solar con luces eléctricas de alta intensidad”, explica López
Actualmente, la industria depende de lo que se llama sodio de alta presión, o lámparas HPS, para una iluminación suplementaria. Pero la iluminación LED ofrece importantes ventajas que los investigadores de la MSU están investigando en los invernaderos de investigación que dispone la universidad.
“Los LED utilizan menos energía que las lámparas de sodio de alta presión, lo que significa que los diodos emisores de luz cuestan menos operar con el tiempo. Esto puede traducirse en ahorros sustanciales, especialmente cuando las plantas requieren luz durante horas y horas, día tras día. Además, la iluminación LED también puede se ofrecer en una gran variedad de colores, en comparación con el singular amarillo cálido de las lámparas de sodio de alta presión. Y estos colores pueden promover diferentes propiedades de crecimiento en las plantas”, detalla López.
Es decir, los LED podrían acelerar el crecimiento de las plantas, reducir el tiempo de cosecha y acentuar las características que son más atractivas para floristas y consumidores, lo que implica más beneficios para los productores.
Esto se trata de una cuestión clave para los productores. A parte de los ahorros en cuanto a consumo que se pueden conseguir, y que son fáciles de entender, los productores están especialmente interesados en cuál es la mejor “receta” de luz y mejor implementación de la solución de iluminación LED en sus invernaderos, que les permite obtener esas ventajas adicionales en sus producciones.
“Queremos proporcionar a los productores la información que necesitan para dar esos próximos pasos e incentivar el cambio al LED”, explica Caleb Spall, asistente de investigación de posgrado de MSU que trabaja junto con López para probar y entender los efectos de diferentes tratamientos LED en los invernaderos de investigación de la MSU.
Aunque se necesitará otro ciclo de crecimiento para validar los hallazgos del equipo, los resultados de este año son prometedores. Así, por ejemplo, una iluminación complementaria totalmente roja puede alargar los tallos de las flores, lo que puede ser una característica atractiva para los floristas. Y las plantas cultivadas bajo toda la luz suplementaria azul florecieron más rápido, un resultado que podría ayudar a los productores a producir más flores durante el año.
Para garantizar que estas observaciones sean consecuencia de la iluminación suplementaria, los investigadores también deben mantener consistentes otras variables, como la temperatura y la humedad del invernadero.
Además de las ventajas anteriormente mencionadas, en comparación con la importación de flores de Colombia, Ecuador, los Países Bajos e incluso Canadá, la compra de productos de origen local reduce el combustible necesario para enviar flores, así como las emisiones de carbono asociadas.
“Las flores también comienzan a marchitarse cuando se cortan, por lo que se almacenan y envían frías para ralentizar ese proceso y preservar su calidad. Reducir el tiempo que se tarda en llevar las flores de las granjas a los consumidores significa tener flores más atractivas, y también ahorra la energía que habría entrado en refrigeración. Así que es un beneficio para todos, incluido el medio ambiente”, señala Daschener.
Artículo elaborado a partir del reportaje de Matt Davenport para MSUTODAY.