El desarrollo y bienestar de las aves, y en concreto de los pollos en las granjas avícolas, dependen en gran medida de diversos factores ambientales, siendo la iluminación uno de los más influyentes. Así, y en el contexto de la avicultura moderna, la gestión adecuada de la iluminación se está consolidando como un elemento esencial, no solo por su impacto directo en el crecimiento físico de las aves, sino también por su papel fundamental en la modulación de su comportamiento y bienestar general.
Es crucial, por tanto, profundizar en la comprensión científica y consolidar los conocimientos ya verificados en este campo para fomentar el uso eficaz de la iluminación en entornos avícolas, así como para desarrollar nuevas soluciones y estrategias lumínicas que contribuyan a mejorar la producción y el bienestar en las granjas.
Un estudio reciente llevado a cabo por científicos de la Universidad de Auburn en Alabama ha examinado el estado actual de la investigación en este ámbito, analizando los efectos de diversas prácticas de iluminación en el rendimiento y bienestar de las granjas de pollos durante el período de 2018 a 2024, proporcionando así una visión integral y actualizada de las tendencias y avances en la iluminación avícola.
La investigación en sistemas de iluminación para granjas de engorde de pollos ha tradicionalmente abordado cuatro temas esenciales: la fuente de iluminación, la iluminancia o intensidad de la luz, la programación del alumbrado (duración), y la longitud de onda de la luz (color). Sin embargo, esta nueva revisión amplia el enfoque a un quinto aspecto crítico que ha cobrado interés recientemente: la caracterización espacial y temporal del ambiente lumínico en las instalaciones comerciales de engorde.
A continuación, presentamos un análisis detallado de los principales resultados y conclusiones obtenidas:
Intensidad de iluminación o iluminancia
La iluminancia, medida habitualmente en lux (lx), representa un factor crucial en las granjas avícolas de engorde y juega un papel esencial en el soporte de las necesidades fisiológicas básicas de las aves, además de influir en su comportamiento. Este término se refiere a la intensidad de la luz proyectada sobre una superficie específica y es comúnmente referido como la intensidad luminosa.
Durante los últimos 15 años, la investigación sobre la intensidad de la luz en las granjas avícolas se ha concentrado principalmente en el impacto de esta en el rendimiento de las aves. Tradicionalmente, se ha reconocido en la industria que ajustar los niveles de intensidad luminosa puede controlar la actividad de los pollos, influyendo directamente en indicadores de rendimiento como la ingesta de alimento y la conversión alimenticia.
Los estudios recientes no parecen contradecir la investigación pasada que indica que los niveles de iluminación de aproximadamente 5 lux, traen beneficios significativos en el rendimiento. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que las aves, y en concreto los pollos, pueden preferir intensidades de luz más altas (20 lux) para comportamientos específicos, como alimentarse y beber, y que estas mayores intensidades también podrían mejorar la salud ocular.
Por ello, se están llevando a cabo estudios para evaluar las preferencias de las aves respecto a diferentes intensidades de luz para diversas actividades, como alimentarse, beber, descansar y asearse, explorando el uso de sistemas de iluminación gradual. Esta línea de investigación responde a evidencias que sugieren que las aves podrían preferir distintas intensidades luminosas según la actividad que estén realizando.
No obstante, este enfoque presenta un contraste directo con la preferencia de muchas granjas de engorde por mantener una iluminación uniforme. A pesar de esto, la investigación sobre iluminación gradual es necesaria, ya que podría alinearse mejor con las preferencias naturales de los pollos, quienes tienden a realizar actividades en áreas más iluminadas y descansar en zonas más tenues. Esta adaptación podría no solo mejorar el bienestar de las aves, ajustándose a sus preferencias por diferentes intensidades de luz, sino que también podría influir positivamente en su rendimiento.
Variación espacial y temporal
La mayoría de los estudios sobre la iluminación en las granjas de engorde de pollos se realizan en entornos de investigación con intensidades de luz constantes. Sin embargo, la realidad en las granjas comerciales es considerablemente diferente.
Por ejemplo, mientras que la literatura académica considera 5 lux como una intensidad baja y más de 20 lx como alta para el crecimiento, las prácticas en EE. UU. suelen establecer objetivos mucho menores, a menudo por debajo de los 5 lux. Aunque algunas empresas reportan beneficios al utilizar estos bajos niveles de luz, las intensidades pueden ser mucho mayores en vastas áreas de las granjas debido a la intrusión de luz externa, ya que, por ejemplo, los niveles de luz cerca de los ventiladores son comúnmente de cientos de luxes.
En contraste, en la Unión Europea los estándares son más elevados. La Directiva 2007/43/CE del Consejo de la UE, por ejemplo, establece un mínimo de 20 lux durante los períodos de iluminación, asegurando que esta cubra al menos el 80% del área utilizable. Normativas similares existen en el Reino Unido. Además, organizaciones de certificación como GAP y UK Better Chicken Commitment imponen mínimos de hasta 50 lux.
A pesar de que la industria avícola prefiere la uniformidad lumínica, las estrategias actuales raramente alcanzan este ideal, incluso en instalaciones con paredes sólidas. Tecnologías como las cortinas en los ventiladores, que han demostrado reducir la intrusión de luz y mejorar la uniformidad, aún no son ampliamente adoptadas. Esta situación subraya la necesidad de investigaciones que reflejen con mayor precisión las condiciones lumínicas reales de las granjas comerciales, con el fin de optimizar tanto el rendimiento como el bienestar animal.
Longitud de onda de la iluminación (color)
En los últimos años, la investigación ha profundizado en el estudio del impacto que el color de la iluminación tiene sobre el comportamiento, rendimiento, fisiología y salud general en entornos agrícolas. Este enfoque creciente busca comprender cómo diferentes longitudes de onda de la luz pueden influir de manera significativa en la eficiencia y el bienestar de las granjas.
Muchos de los artículos publicados sobre este tema utilizan una combinación de tratamientos de iluminación en sus estudios. Aunque existen algunas discrepancias entre estudios individuales, se observan similitudes generales en los hallazgos
Por ejemplo, se ha encontrado que la luz azul y verde tiene un impacto marginal o nulo en el rendimiento de los pollos (Helva et al. 2019; Nelson et al. 2020a; Remonato Franco et al. 2022b; Tan et al. 2022), pero diversos estudios indican mejoras en parámetros de bienestar como la reducción del miedo y el estrés (Helva et al. 2019; Oke et al. 2021; Remonato Franco et al. 2022a), mejoras en la marcha (Tan et al. 2022) y una agudeza visual aumentada (Remonato Franco et al. 2022).
En contraste, una iluminación roja suplementaria no mostró un impacto significativo en el rendimiento (Purswell et al. 2018). Además, la exposición a luz ultravioleta (UVA + UVB) ha demostrado disminuir las tasas de mortalidad y acelerar el tiempo para alcanzar los pesos objetivo, además de mejorar la condición del plumaje y reducir el miedo y el estrés (House et al. 2020; James et al. 2018), aunque se requieren más investigaciones para obtener conclusiones definitivas.
Un desafío importante en la investigación de la influencia de la longitud de onda de la luz en los pollos de engorde es la falta de estandarización en las unidades utilizadas para medir la intensidad de la luz. Los pollos perciben la luz de manera diferente a los humanos y, por lo tanto, se ha propuesto una alternativa para medir la iluminancia percibida por los pollos llamada «clux» (Nuboer et al.Citation1992; Prescott y Wathes Citation1999; Prescott et al. Cita 2003). El concepto detrás del lux percibido por el pollo (clux) es que las fuentes de luz pueden producir la misma intensidad que perciben los humanos (lux), pero las intensidades percibidas por los pollos de engorde pueden diferir debido a su diferente sensibilidad espectral. Los investigadores consideran que es esencial realizar más investigaciones que comparen directamente las interacciones entre longitud de onda e intensidad de luz medida en clux para obtener una comprensión más precisa de sus efectos en los pollos de engorde.
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Efectos de la luz natural
Existe una necesidad creciente de estudios que investiguen la influencia de la luz natural en el rendimiento, salud y bienestar en granjas avícolas. La mayoría de las instalaciones de investigación no están diseñadas para proporcionar luz natural y realizar estudios controlados en casas comerciales que la utilicen representa un desafío significativo. A pesar de esto, numerosos programas de etiquetado de bienestar animal requieren la incorporación de la iluminación natural en entornos comerciales.
Aunque la literatura predominante sugiere que la luz natural fomenta la actividad, su impacto en el rendimiento y otros indicadores de bienestar no es definitivo, por lo que se necesita una investigación más exhaustiva en este campo.
Por ejemplo, diversos estudios han demostrado que la luz natural puede mejorar la salud de las extremidades y aumentar la actividad física de las aves (Bailie et al., 2013; Fouda et al., 2018). Sin embargo, otros no han observado diferencias significativas en los parámetros de bienestar entre los pollos expuestos y aquellos criados sin ella (de Jong y Gunnink, 2019).
Los beneficios de la luz natural, además de ser capaz de producir el espectro completo de luz desde UV hasta infrarrojo, es que tanto las aves domésticas como las silvestres están naturalmente adaptadas para responder a variaciones en la intensidad luminosa (Prescott y Wathes, 1999). No obstante, si se busca uniformidad en la iluminación, la luz natural presenta desventajas como su intensidad y composición espectral impredecibles, que varían según el día, la temporada y las condiciones de nubosidad. Dado que las intensidades de luz en las instalaciones con luz natural suelen ser mucho mayores que los objetivos empresariales, se presenta una oportunidad para reducir el uso de luz artificial y ahorrar en cestos energéticos. A pesar de esto, la mayoría de las instalaciones comerciales continúan usando iluminación artificial durante el día.
Duración de la iluminación
Los programas de iluminación comercial típicamente establecen un fotoperíodo de 23 horas de luz y 1 hora de oscuridad (23 L:1O) durante los primeros 7 días (período de cría) y luego ajustan a 20L:40 o 18L:6O para el resto del ciclo de crecimiento, según las recomendaciones de Aviagen (2018) y Cobb-Vantress (2021).
El fotoperíodo y el escotoperíodo se refieren a la duración de la luz y la oscuridad, respectivamente. Investigaciones recientes indican que incrementar el escotoperíodo a 4–6 horas durante el periodo de cría no afecta negativamente el rendimiento o el bienestar de las aves (Ashabranner, 2023; Magee et al., 2022). Además, estudios como el de Jiang et al. (2023) han demostrado que escotoperíodos más largos, de hasta 12 horas, pueden mejorar tanto el rendimiento como el bienestar durante la fase de crecimiento.
Existe cierto consenso sobre la duración óptima del escotoperíodo en el crecimiento de los pollos. Por ejemplo, las directrices en EE. UU. sugieren entre 4 y 6 horas de oscuridad continua (Aviagen, 2018; Cobb-Vantress, 2021), mientras que las normativas de la Unión Europea y certificaciones de terceros como GAP (2020) y BCC (2019) requieren entre 6 y 8 horas de oscuridad continua tras diferentes períodos de cría.
Un escotoperíodo más prolongado durante la cría podría traducirse en ahorros significativos en los costes eléctricos para los productores, debido a una reducción en el tiempo de funcionamiento de las luces. Aunque la mayoría de las investigaciones previas sobre iluminación en granjas se ha centrado en el período de crecimiento, la evidencia reciente sugiere que podría ser beneficioso explorar más a fondo los efectos de otros componentes de la iluminación, como la intensidad y la longitud de onda, durante las primeras etapas de vida.
Conclusiones
A modo de resumen listamos a continuación las principales conclusiones obtenidas del estudio:
- Existe una notable discrepancia entre los ambientes de iluminación en entornos de investigación y los que se encuentran en las granjas comerciales de engorde. A medida que se obtiene información más detallada sobre las variaciones espaciales y temporales de la intensidad luminosa en estas granjas, es crucial que la investigación en iluminación refleje con precisión las condiciones que las aves experimentan en la realidad comercial.
- La iluminación por gradientes contrasta con el deseo de uniformidad luminosa de muchas empresas avícolas. Sin embargo, estudios recientes indican que las granjas podrían preferir áreas más iluminadas para alimentarse y realizar actividades, mientras que optan por zonas más tenues para descansar. Este enfoque podría mejorar el bienestar de las aves sin sacrificar el rendimiento.
- Es esencial estandarizar las mediciones de intensidad luminosa, ya sea en clux o en lux, para facilitar comparaciones efectivas entre diferentes estudios y mejorar la precisión científica.
- La luz natural a través de ventanas introduce una mayor variabilidad en la intensidad de la luz en comparación con instalaciones sin ventanas, a menudo superando los niveles de intensidad objetivo durante gran parte del día. Aún así, la iluminación artificial frecuentemente permanece activa. Existen oportunidades para implementar sistemas de control de iluminación dinámicos y sensibles, lo que podría traducirse en significativos ahorros energéticos.
- La luz azul y verde ha demostrado ser prometedora en la reducción del miedo y el estrés en los criaderos, aunque los beneficios directos sobre el rendimiento debido a cambios en el color de la luz son menos evidentes. Además, la efectividad de proporcionar luz UV mediante fuentes de luz específicas o luz natural requiere más investigación.
- Tradicionalmente, en las granjas de engorde se les proporciona un fotoperíodo de 23 horas de luz durante las primeras etapas de cría; sin embargo, investigaciones actuales sugieren que un período oscuro más prolongado (4-6 horas) puede ofrecer ventajas productivas. Aunque la mayoría de los estudios se han centrado en el período de crecimiento, existen oportunidades significativas para explorar los efectos de la iluminación durante las etapas tempranas de desarrollo de los pollos.
Puede acceder al paper completo de la investigación a través del siguiente enlace:
https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00439339.2024.2446298#d1e246
Artículo elaborado a partir del Paper: “An updated review on the effect of lighting on broilers and the environment of commercial houses”, 2025.
Fuente de imágenes: Freepik. Imágenes procedentes de bancos de recursos que no perteneciente a la investigación