El Museo Nacional de Qatar abrió sus puertas el pasado 27 de marzo de 2019 después de un proceso que ha llevado más de 10 años para su diseño y construcción. Su impresionante arquitectura, diseñada por el laureado Jean Nouvel, está inspirada en la naturaleza, específicamente en una rosa del desierto. Para los 11 espacios expositivos que cuenta el centro, el equipo de Licht Kunst Licht desarrolló una solución de iluminación integrada con la arquitectura y que acompaña al visitante de forma escénica a través de las diferentes galerías.
La arquitectura única del nuevo edificio refleja la profunda conexión de los pueblos nómadas con el desierto, la fauna y la flora del país, evocando a una rosa del desierto: una estructura de cristal, formada por arena, agua salada y el viento, que se produce de forma natural en Qatar. En el interior, emergen diferentes volúmenes de gran expresión, que a veces evocan la intimidad de las tiendas nómadas, y a veces la inmensidad del firmamento. La luz natural se filtra a través de huecos y aberturas dispuestas en ubicaciones cuidadosamente seleccionadas, ya que la poderosa luz solar de la región tiene que ser domesticada para cumplir con los necesarios requisitos de conservación de una espacio expositivo.
La exposición en sí lleva al visitante a un recorrido de 2,7 km de largo, que abarca toda la historia geológica de la península de Qatar, muestra su flora y fauna e ilustra el rápido desarrollo del país de una población nómada hacia la sociedad altamente tecnológica del presente. Además se exhiben obras de artistas locales e internacionales de renombre.
La exposición de caracteriza por una secuencia de artefactos, modelos y reproducciones en una variedad de vitrinas, complementadas con proyecciones de video y pantallas. El visitante se mueve entre diferentes reinos visuales que apenas se superponen. El concepto de iluminación tenía que tomar en cuenta esta progresión, requiriendo de una poderosa orquestación de las exhibiciones y espacios.
Por este motivo, se desarrolló un concepto de dos capas de luz: la iluminación general proporcionada por las luminarias de techo, y el acento de las exposiciones individuales en las vitrinas mediante luminarias en miniatura integradas y en su mayoría invisibles. La disposición de las luminarias siguió un complejo conjunto coordinado de reglas de densificación y disolución: todas las fuentes de luz tenían que mantener una distancia específica con las proyecciones y pantallas para no disminuir su efecto. Las exhibiciones independientes y los displays minimalistas y transparentes, se enfatizan con una brillante luz de acento. Una temperatura de color de la iluminación de 3.000 K se utilizan en todo el museo. Esta combinación entre la fuerte iluminación de acento y la iluminación general más atenuada, a veces evoca los efectos de una hoguera nocturna.
Una luz a medida desde el techo
Las luminarias de techo consisten en diferentes focos ajustables que están empotrados en el mismo. La gran variedad de geometrías espaciales y las proporciones de las exposiciones extremadamente diversas requieren el emplear diferentes propiedades fotométricos para los focos. Se utilizan tres tipos de ángulos de haz diferentes – spot, medium, y flood – combinados con diferentes accesorios ópticos cuando es necesarios.
Un verdadero desafío fue el de conseguir una distribución fotométrica adecuada aquellos espacios altamente esculturales. Debido a que una planificación 2D no era útil, cada zona debía verificarse mediante un modelo virtual 3D BIM.
Otra particularidad de la solución de iluminación implementada es su capacidad de ajuste y regulación individual a través de un control remoto. Para controlar una luminaria específica, se pueden conectar via infrarojos y modificar los ángulos de las ópticas en +- 35º y girarlas +- 175º. Esto no solo permite una adecuación de la escenografía de la luz cuando se cambian las exposiciones, sino que, sobre todo, proporcionar una enorme simplificación en el proceso de dirección de la luz y acentuación. Como resultado, la iluminación del control remoto proporciona un ajuste sofisticado y sin complicaciones em todas las exhibiciones.
Luz oculta en las vitrinas
Las vitrinas en el Museo Nacional de Qatar son tan diversas como los propios espacios expositivos. Algunas salas se convierten en exhibiciones por derecho propio, otras configuraciones entrelazan vitrinas con paredes o pisos, o las exhibiciones se convierten en grandes estanterías que albergan una multitud de exhibiciones de diferentes tamaños. Por lo tanto, cada solución de iluminación se adapta cuidadosamente a su ubicación y contenido.
Todos los equipos de iluminación dentro de las vitrinas son modulares: un perfil acomoda los cables, mediante las focos en miniatura y las luces lineales insertadas estan dispuestas de acuerdo a los requierimientos de la vitirina y se orientan en consecuencia. Otras configuraciones están basadas en luminarias que se conectan de forma mecánica a un riel a través de imanes.
Una impresionante experiencia museística para el visitante
Como podemos ver, la iluminación juega un papel sutil, pero muy importante, para transportar al visitante a un viaje de más de 700 millones de años de historia natural y artísticas de la península de Qatar. La interacción y sincronización de todos los elementos, como la escasa luz diurna escasa que define los espacios, la luz de techo acentuada, la iluminación diferencias de las vitrinas y las proyecciones visiuales de los diseñadores multimedia crean una secuencia sensorial que resuena deja huella en el visitante.
Fuente de imágenes: Licht Kunst Licht. Fotógrafo: Danica O. Kus, www.danicakus.com