Un estudio pionero llevado a cabo en la región francesa de Montpellier plantea nuevas estrategias para compatibilizar la reducción del alumbrado público con la conservación de la biodiversidad y la aceptación social. La investigación propone enfoques adaptativos que equilibran las necesidades ecológicas con las percepciones ciudadanas sobre seguridad y confort en el espacio urbano nocturno.
Los investigadores del INRAE, el MNHN, AgroParisTech y la cooperativa La TeleScop han llevado a cabo el primer análisis cruzado a escala metropolitana sobre la necesidad de reducir la iluminación nocturna para seis grupos de especies y la aceptación social de estos cambios entre los residentes urbanos.

El estudio, centrado en la conurbación de Montpellier Méditerranée, dio como resultado un mapa que cruza las necesidades de conservación de la biodiversidad con las expectativas de la población respecto al alumbrado público. Esta cartografía permite identificar zonas en las que la reducción de la iluminación sería beneficiosa tanto para la fauna como para los ciudadanos, así como otras en las que se requieren medidas de compromiso.
Los resultados, publicados en la revista Nature Cities, muestran como una política de iluminación nocturna con adaptaciones espaciales a nivel de calle e incluso de farola puede contribuir a equilibrar las demandas de protección de la biodiversidad con las preocupaciones ciudadanas, especialmente en lo relativo a la seguridad. Como parte del proyecto, los investigadores desarrollaron la aplicación web SustainLight, que presenta los resultados en un formato de mapa interactivo para facilitar la planificación de políticas de alumbrado a escala local.
Luz artificial, especies nocturnas y percepción ciudadana
Aunque la iluminación artificial nocturna cumple funciones esenciales, sus efectos negativos sobre los ritmos circadianos de humanos y animales están ampliamente documentados. No obstante, los debates sobre el alumbrado público suelen plantearse en términos binarios, enfrentando las necesidades de los residentes con las de la biodiversidad y centrando la discusión en el apagado total de las luces urbanas.
La conurbación de Montpellier Méditerranée representa un caso especialmente sensible, ya que su contaminación lumínica plantea un riesgo potencial debido a su cercanía al Parque Nacional de las Cévennes. En este contexto, el equipo de investigadores llevó a cabo un análisis espacial que combina las necesidades ecológicas de reducción lumínica de diversas especies con el grado de aceptación ciudadana ante distintos cambios en la iluminación pública.

Cartografiando las necesidades de la biodiversidad y las expectativas ciudadanas
A partir de imágenes satelitales de alta resolución, los investigadores cartografiaron la contaminación lumínica generada por la conurbación de Montpellier. Posteriormente, analizaron las necesidades de conectividad nocturna de seis grupos faunísticos —aves, anfibios, dos grupos de insectos y dos de murciélagos— empleando tanto los datos geoespaciales como el conocimiento local y los inventarios aportados por tres asociaciones naturalistas: la Oficina para los Insectos y su Entorno (OPIE), el Grupo de Murciélagos de Languedoc-Roussillon (GCLR) y la Liga para la Protección de las Aves (LPO).
Cada punto de luz (farola) fue evaluado y clasificado en función de su urgencia para aplicar medidas de reducción de la contaminación lumínica. Paralelamente, el equipo encuestó a 1.148 residentes del área metropolitana para conocer sus preferencias respecto al alumbrado urbano en distintas situaciones.
Al cruzar ambos conjuntos de datos —los requerimientos ecológicos y las percepciones ciudadanas—, los investigadores identificaron zonas con potencial de intervención consensuada, así como otras donde se requerirán medidas de compromiso. El estudio permitió distinguir tres tipos de escenarios:
- Zonas con alto valor ecológico y buena aceptación social de la reducción lumínica. Son áreas donde coexisten importantes corredores de biodiversidad con comunidades sensibilizadas respecto a los efectos de la contaminación lumínica. Aquí, las intervenciones pueden ser ambiciosas: apagado de luminarias, uso de tecnologías adaptativas o despliegue de sensores para detección de presencia.
- Zonas densamente urbanizadas con desafíos ecológicos moderados y aceptación parcial. En estos barrios, la fauna no está tan amenazada pero existen aún oportunidades de mejora. Las medidas que implican cambios técnicos —como el uso de LEDs de menor temperatura de color, dimming nocturno o luminarias direccionadas— tienen una mayor probabilidad de ser aceptadas y pueden generar beneficios acumulativos.
- Zonas con gran valor ecológico pero fuerte resistencia social. En estas áreas, la reducción de luz sería clave para la biodiversidad, pero existe una fuerte oposición vecinal a apagar o atenuar el alumbrado. Aquí, el estudio sugiere medidas indirectas, como campañas de sensibilización, participación ciudadana en el diseño de soluciones, y adopción progresiva de medidas técnicas menos intrusivas.

Todos los resultados se han integrado en un mapa interactivo accesible a través de la aplicación web SustainLight, desarrollada para facilitar que responsables públicos y ciudadanos exploren soluciones adaptadas al contexto local y tomen decisiones informadas sobre la gestión del alumbrado en la metrópolis de Montpellier.
El caso de Montpellier ilustra cómo el diseño de políticas públicas de iluminación puede beneficiarse de una lógica espacial y adaptativa, superando tanto las recetas homogéneas como los enfoques exclusivamente técnicos. La clave estaría en combinar ciencia, tecnología y participación ciudadana para configurar una nueva gobernanza de la luz que tenga en cuenta la diversidad del territorio y de sus habitantes.
Fuentes de imágenes: Freepik-Unsplash. Imágenes procedentes de bancos de recursos gráficos que no pertenecen a la investigación.

