La Casa Consistorial de Zaragoza, un emblemático edificio de la capital maña, ha sufrido una increíble transformación lumínica gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento, la UTE Alumbrado y la participación de Saltoki en el diseño lumínico, el suministro de los equipos y la puesta en marcha del sistema de control.
La Casa Consistorial, actual sede del Ayuntamiento, data de mediados del siglo XX y se sitúa en la frecuentada Plaza del Pilar, entre la Basílica de El Pilar y La Lonja. Su construcción, concluida en 1965, responde a las tipologías de los palacios renacentistas y fue concebida por los arquitectos Alberto de Acha, Mariano Nasarre y Ricardo Magdalena.
El edificio presentaba, previamente, una iluminación por bañado con proyectores de alta potencia en descarga, la cual aportaba una iluminación homogénea en la fachada, pero demasiado aplanada, sin posibilidad de realzar elementos ni destacar la estética tridimensional del edificio.
Es por ello que el Ayuntamiento se planteó su completa modernización, más teniendo en cuenta el estado de la instalación que se encontraba parcialmente averiada, era poco eficiente y sin posibilidad de reparación por falta de repuestos debido a la fuente de luz obsoleta de los equipos.
Iluminación para realzar la arquitectura del edificio
Los objetivos primordiales de la renovación eran dotar al emblemático edificio de una iluminación que realzara su fachada a la vez que se minimizara el consumo eléctrico, mejorando, por tanto, la estética arquitectónica y la eficiencia energética de la instalación.
Para el desarrollo de la propuesta, y ante la carencia de planos, se levantan en primer lugar medidas de las dimensiones del edificio, para su modelado en 3D y posterior simulación lumínica.
En cuanto a criterios de diseño se acuerda jerarquizar y realzar elementos de la fachada, tales como la puerta principal, esculturas exteriores, alero, balconadas, escudo y reloj, así como otros elementos constructivos singulares del edificio. Se persigue guiar al espectador a través de la fachada y, a la vez, buscar que el edificio destaque en el entorno con un juego de diferentes intensidades.
Para ello, se define una iluminación de acento que permite realzar la arquitectura del edificio y sus detalles decorativos, frente a la anterior instalación que suponía un mero bañado por inundación.
Para lograrlo, se colocan proyectores de 27 grados en la parte inferior para resaltar todas las columnas que dan acceso a los porches. En las ventanas de la primera planta se posicionan recortadores de ventana que permiten destacarlas en la visión general del edificio. En los balcones de la segunda planta se agregan proyectores de 30 grados y, por debajo del artesonado, de 12 grados.
Desde las torres ubicadas en el extremo contrario de la plaza, se colocan proyectores de 9 y 14 grados para ayudar a resaltar los elementos más importantes de la misma, como son el reloj, el escudo de la ciudad y las figuras del Ángel Custodio y de San Valero. Por último, en los porches de la planta baja se diseña un kit retrofit para reformar los faroles clásicos suspendidos del techo.
Todas las luminarias de la fachada presentan una temperatura de color de 3000K con la excepción de los retrofit de los porches que son de 2200K.
Adicionalmente, se plantea otra iluminación de color para adaptarse a los diferentes eventos que vive el edificio ubicado en la céntrica plaza del Pilar a lo largo del año. Para ello se opta por luminarias de proyección RGBW de altas prestaciones para aplicaciones de bañados de pared e iluminación de fachadas, equipadas con un sistema de control avanzado por DMX.
Para el sistema de control del RGBW, se adopta una solución robusta, potente y ampliable, que permite la generación de multitud de escenas, tanto fijas como dinámicas, mejorando así la experiencia del usuario haciéndolo participe de los diferentes acontecimientos que vive la ciudad.
Fuente de imágenes: Saltoki