Iberdrola, en el marco del acuerdo de colaboración firmado con el Ayuntamiento de Campo de Criptana el pasado mes de noviembre, ha desarrollado el proyecto de iluminación de los restos arqueológicos de los Molinos Históricos del Catastro del Marqués de Ensenada.
La iluminación se lleva a cabo mediante proyectores, utilizando dos clases: una para los paramentos exteriores y otra para lograr iluminar el interior de los inmuebles. Cada proyector incluye un sistema de control remoto que funciona con Bluetooth Low Energy (BLE), para aprovechar todo el potencial de la instalación de iluminación.
El diseño ha buscado obtener un efecto de “iluminación natural”, potenciando los volúmenes del conjunto arquitectónico. Para ello se ha utilizado la tecnología LED más avanzada. En concreto, se han instalado 12 proyectores con una combinación de temperatura de color cálida.
El acto de inauguración ha contado con la presencia de Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno; Ana Muñoz, Viceconsejera de Cultura de la Junta de Castilla–La Mancha; Jose Manuel Caballero, presidente de la Diputación de Ciudad Real; Santiago Lázaro, alcalde de Campo de Criptana y el presidente de la Fundación Iberdrola España, Fernando García Sánchez.
“El hacer partícipe a la iniciativa privada en la puesta en valor de nuestro patrimonio, para ampliar nuestros recursos y potenciar el turismo, es también uno de los objetivos del Plan de Sostenibilidad”, explica el alcalde criptanense, Santiago Lázaro, en la puesta de largo de los molinos históricos.
La puesta en valor de estos restos arqueológicos ha supuesto una inversión de más de 18.000 euros.
Molinos históricos del Catastro del Marqués de la Ensenada
El molino de Campo de Criptana se conoce como molino de torre. El tambor se construye a base de mampostería de piedra, reduciendo su sección en altura con dos niveles. Exteriormente se enfosca con mortero de cal y arena encalándose para protegerlo. La planta circular, con un grueso muro, soporta una cubierta de estructura de madera a veces cubierta de cinc y en los más antiguos de madera, de forma que se pueda orientar al viento.
La cueva-silo sigue las directrices de la construcción del Molino, gruesos muros rectilíneos de mampostería laterales, adosados al terreno circundante y una bóveda de mampostería circular apoyada en los muros laterales. El cerramiento frontal se realiza mediante un muro rectangular de espesor constante donde se ejecuta el hueco de acceso al silo, mediante una puerta de madera de una hoja, suficiente para el acceso para ensilar de manera manual los sacos que contenían el grano a procesar y también permitían el acceso de pequeñas caballerías (mulas o asnos).
Fuente: Fundación Iberdrola