La nueva sala de diagnóstico del Centro Estatal de Educación para Personas Ciegas (LBZB) de Hannover, Alemania, ha sido diseñada para mejorar las condiciones laborales de las personas con discapacidad visual. Este espacio innovador utiliza luminarias regulables de Glamox, gestionadas mediante un sistema de control lumínico, que permite evaluar, probar y definir las condiciones de iluminación más adecuadas para cada usuario. Una vez identificadas, estas condiciones pueden ser reproducidas posteriormente en el entorno laboral real. Se trata de la primera implementación de un proyecto de estas características en colaboración con Glamox.
El laboratorio de iluminación está orientado a explorar los beneficios de la luz natural. Diversos estudios han demostrado que la exposición a condiciones similares a la luz diurna puede contribuir a frenar la progresión de la miopía y generar efectos positivos tanto en el rendimiento visual como en las capacidades cognitivas.
Esta evidencia también se refleja en la práctica clínica, según Claas Proske, coordinador de Diagnóstico Funcional de la Visión y asesor en tecnologías de asistencia del LBZB: “En muchos casos observamos que las personas con discapacidad visual o con limitaciones en su visión se benefician notablemente de niveles de iluminación más elevados. En cuanto al color de la luz, suelen percibir como más agradables las tonalidades blanco neutro o blanco frío”.
La sala de diagnóstico está equipada con luminarias planas C95, capaces de alcanzar una iluminancia de hasta 2400 lux, un valor muy superior al habitual en entornos interiores. Esta intensidad lumínica favorece una mayor percepción del brillo y el contraste cromático, lo que ayuda a reducir la fatiga visual y a mantener la atención durante más tiempo.
Sistema de gestión lumínica para un control preciso
El sistema de gestión de la iluminación permite un control flexible y preciso de las condiciones lumínicas del espacio. A través de una tablet, el usuario puede ajustar de forma individual tanto la iluminancia como la temperatura de color, mediante una interfaz web especialmente configurada y accesible por Wi-Fi.
La iluminancia se puede regular introduciendo un valor porcentual de atenuación, con un rango que alcanza hasta los 2400 lux. Por su parte, la temperatura de color es ajustable entre 2700 K (blanco cálido) y 6500 K (blanco frío), lo que permite adaptar la luz a distintas necesidades visuales y estados psicofisiológicos.
Estas modulaciones no son meramente estéticas: cada rango de color tiene efectos específicos sobre la percepción visual y el estado cognitivo. Según los informes recogidos por el LBZB, la luz blanca fría —especialmente a partir de los 5300 K— favorece la lectura, mejora la concentración y es percibida como estimulante durante el día.
Evaluación diagnóstica en condiciones lumínicas optimizadas
La sala de diagnóstico del LBZB permite evaluar las funciones visuales y visuo-cognitivas de cada persona bajo distintas condiciones de iluminación. A través de procedimientos específicos, como la técnica de mirada preferencial (preferential looking) o los test de Lea-Hyvärinen —diseñados especialmente para niños que aún no reconocen letras—, así como mediante observaciones informales, es posible obtener un perfil detallado del uso de estrategias visuales, auditivas y hápticas por parte del paciente.
La posibilidad de ajustar individualmente los parámetros lumínicos permite también examinar funciones visuales concretas, como la sensibilidad al contraste, en distintos escenarios de iluminación. “Esta información es muy valiosa para nosotros, ya que podemos trasladarla para que se aplique de la mejor manera posible en el entorno laboral de la persona”, señala Claas Proske, del LBZB.
En conjunto, la implantación de este concepto de iluminación adaptable en el LBZB pone de relieve el papel fundamental que desempeña la luz artificial optimizada en el diagnóstico y en la atención especializada a personas con discapacidad visual.
Efectos positivos de una iluminación optimizada
La posibilidad de ajustar las condiciones de iluminación no solo beneficia a personas con discapacidad visual, sino que también aporta ventajas significativas para usuarios sin alteraciones visuales. Una iluminancia adecuada, combinada con una temperatura de color correctamente calibrada, puede mejorar notablemente la percepción visual, disminuir la fatiga ocular y reducir la aparición de dolores de cabeza asociados al esfuerzo visual prolongado.
Además, la iluminación adaptada influye directamente en el ritmo circadiano al regular la producción de melatonina, una hormona clave en el ciclo sueño-vigilia. Este efecto es especialmente relevante en entornos interiores con escasa luz natural, ya que la exposición a luz azul con alta temperatura de color —como la que emite la luz blanca fría— inhibe la secreción de melatonina, favoreciendo así un mayor estado de alerta durante el día. Esta interacción entre luz, fisiología y rendimiento pone de relieve la importancia de diseñar entornos lumínicos que no solo respondan a criterios funcionales, sino también a parámetros biológicos.
Fuente de imágenes: Glamox