La Fundación Cueva de Nerja ha presentado hoy los “importantes avances científicos realizados en los últimos años en el marco de este monumento natural, dando un paso sin precedente en materia de conservación”. El Instituto de Conservación de la Cueva y la Universidad de Málaga trabajan en el diseño de una iluminación led que controle la proliferación de organismos que puedan dañar la cueva.
El presidente de la Fundación Cueva de Nerja y subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones, junto al gerente de la institución, Luis Díaz, han destacado que “la cavidad se constituye a día de hoy como uno de los mayores y mejores laboratorios de España”. No en vano, ha afirmado, “se alza como una gruta de vanguardia en investigación y conservación de reconocido prestigio tanto a nivel nacional como internacional”.
De este modo, ha explicado que “los resultados de las últimas investigaciones realizadas repercuten directamente en la conservación de la cavidad, permitiendo analizar y conocer el impacto y la evolución del denominado ‘mal verde’, una de las mayores amenazas para la conservación de esta y otras grutas turísticas, así como para los tesoros artísticos que atesoran a modo de pinturas prehistóricas, llegando a causar el cierre de otros espacios arqueológicos”.
Briones ha puesto entonces de manifiesto que “estos avances han sido plasmados en el libro ‘Análisis, impacto y evolución de los biofilms fotosintéticos en espeleotemas. El caso de la Cueva de Nerja’, una serie de trabajos coordinados por el Instituto de Investigación de la Cueva de Nerja (IICN) en los que han participado investigadores de las universidades de Barcelona y Málaga, así como del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla”, ha señalado.
En este sentido, ha advertido que este trabajo divulgativo “retoma la línea editorial de la Fundación Cueva de Nerja, siendo el volumen número siete de una serie iniciada en el año 1996 y que ahora, tras más de 20 años sin publicaciones, se hace eco de los esfuerzos científicos realizados con resultados excepcionales”.
“Este número responde a las peticiones efectuadas por la centena de investigadores nacionales e internacionales que integran ahora mismo nuestro equipo de investigación, a quienes no podemos más que agradecer su esfuerzo y dedicación para el desarrollo del mundo subterráneo y de la Cueva de Nerja como gruta turística”, ha reivindicado Briones.
En esta línea, ha recordado que la gruta nerjeña, que espera alcanzar en este 2018 los 475.000 visitantes, “contempla en sus presupuestos anuales una dotación de 274.000 euros para las áreas de Conservación e Investigación, lo que supone un nuevo impulso a dos materias que han alcanzado una implicación sin precedente en los últimos años por parte de la Fundación Cueva de Nerja”.
Un trabajo de referencia para el mundo subterráneo
Este monográfico es el resultado de años de trabajo de la doctora Yolanda del Rosal Padial, bióloga del Instituto de Investigación de la Cueva de Nerja, cuyos avances están avalados por un largo equipo de especialistas encabezado por la profesora María Concepción Hernández Mariné, miembro honorífico del departamento de Biología Natural, Sanidad y Medio Ambiente de la Universidad de Barcelona, quien ha desarrollado numerosos proyectos de investigación relacionados con la conservación del patrimonio cultural y natural subterráneo.
Ambas han estado presentes en el acto de presentación, además del conservador-arqueológico de la Fundación Cueva de Nerja, Luis Efrén Fernández, y representantes del Patronato de la Fundación Cueva de Nerja, junto a los descubridores y miembros de las universidades colaboradoras, donde han puesto en valor el trabajo realizado por el Consejo Científico Asesor en materia de conservación y difusión del patrimonio natural y cultural de la gruta, siendo impulsor para la creación del Instituto de Investigación Cueva de Nerja en el año 1999.
Hernández Mariné ha expuesto que, “en este momento, el crecimiento de microorganismos es muy lento y en algunos puntos va hacia atrás incluso”, punto en el que ha asegurado que “la Cueva de Nerja está muy bien, en mejores condiciones que muchos otros espacios, y yo he trabajado en Altamira o en las Catacumbas Romanas, y la Cueva está mucho mejor”, ha afirmado.
Por su parte, Del Rosal ha explicado que, una vez identificados y clasificados los microorganismos fotosintéticos que pueden perjudicar a la Cueva, y que evolucionan debido a la presencia de iluminación eléctrica, “se trabaja también en la aplicación de una iluminación compatible con las visitas, aunque el estado de salud de la Cueva es bueno”.