En el corazón de Calatayud, la centenaria Plaza de Toros ha dejado de ser únicamente un recinto para espectáculos taurinos. Una parte de su infraestructura ha sido rehabilitada para albergar el nuevo Museo Taurino de la ciudad, un proyecto que combina recuperación patrimonial, inserción sociolaboral y tecnología aplicada a la iluminación.
La iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento de Calatayud y el Instituto Aragonés de Empleo (INAEM), ha contado con la participación activa de los alumnos del programa de formación “Coso Margarita” y con la colaboración técnica de TRILUX, responsable del diseño y suministro del sistema lumínico del museo.
Formación práctica como motor de rehabilitación
El proyecto forma parte del programa experiencial “Coso Margarita”, una iniciativa de la Escuela Taller local orientada a la inserción laboral de jóvenes mediante la formación práctica en el ámbito de la construcción, la rehabilitación y los servicios técnicos. El desarrollo de este museo ha ofrecido a los participantes una experiencia real de intervención sobre el patrimonio construido, participando en todas las fases del acondicionamiento del espacio, desde la adecuación estructural hasta la instalación eléctrica y lumínica.
La reconversión del espacio ha respetado la morfología original del edificio, integrando los nuevos elementos con criterios de conservación, accesibilidad y eficiencia. En este contexto, la iluminación técnica ha sido una herramienta esencial tanto desde el punto de vista funcional como expresivo.
Iluminación técnica con sello TRILUX
TRILUX se encargó del diseño y suministro de una solución integral de iluminación técnica para el nuevo museo. El proyecto se abordó desde una perspectiva de economía circular, aprovechando luminarias disponibles en stock sin comprometer la calidad del alumbrado ni su eficiencia energética.
La propuesta lumínica abarca la totalidad del recinto, desde el acceso principal hasta las zonas auxiliares, y ha sido concebida para responder de forma óptima tanto a los requerimientos funcionales del espacio como a las necesidades específicas de la museografía.
Una iluminación adaptada al relato museográfico
La experiencia comienza en la zona de entrada donde una tira LED empotrada a nivel bajo acompaña al visitante por la rampa de entrada, simulando un burladero y cumpliendo una función estética y de señalización, reforzando la narrativa del espacio desde el primer paso.
La sala derecha se encuentra equipada con un carril electrificado trifásico empotrado en forma de L y cinco proyectores LED orientables Lobu. Estas luminarias destacan planos verticales como carteles o paneles informativos. También se integraron Lobu empotrables en falso techo, útiles para charlas, proyecciones y otros usos flexibles.
A la izquierda, un carril en U con diez proyectores Lobu iluminan a la perfección vitrinas, piezas museográficas y cartelería. Su diseño compacto y orientación flexible permite cambiar la disposición expositiva sin necesidad de intervenir en la instalación eléctrica.
Para las zonas auxiliares se eligieron luminarias Amatris, con gran rendimiento cromático y diseño elegante y en la zona de almacén se optó por la estanca Oleveon Fit LED, resistente a humedad y polvo, pensada para espacios de uso técnico.
El resultado es un museo con una estética cuidada, funcional y eficiente desde el punto de vista energético, que ejemplifica cómo la formación profesional puede generar un impacto directo y positivo en el entorno construido y social.
Imágenes: TRILUX